Elizabeth Berkley no dejó que el fracaso de 'Showgirls' la hundiera para siempre

Elizabeth Berkley tenía 23 años cuando aceptó su primer papel como actriz protagonista con toda la ilusión del mundo. Era el de Nomi Malone, la bailarina exótica de Showgirls (1995) que llega a Las Vegas dispuesta a cumplir su sueño a toda costa. La dirigía un actor de renombre, varias actrices de éxito habían leído el guion mientras que el proyecto le daba la oportunidad a de desligarse del rol de adolescente perfecta creado por Salvado por la campana (1989-1993). Sin embargo, quién iba a decirle que estaba a punto de embarcarse en un proyecto que cambiaría su vida y su carrera para siempre.

Y no precisamente para bien. Al menos, en el principio de su periplo cinematográfico. Porque el rechazo de la crítica y la mala recepción en taquilla fue tan abrumadora que la cinta de Paul Verhoeven llegó a ser catalogada como una de las peores de 1995. Pero en lugar de pasar factura a su director, el peso del fracaso recayó en esta joven intérprete que veía cómo sus sueños se esfumaban de repente. Sin embargo, pocos saben que Elizabeth encontró la manera de empoderarse con aquel fracaso.

Después de cuatro años interpretando al prototipo de la adolescente popular estadounidense en Salvado por la campana, Elizabeth Berkley buscaba un proyecto que la ayudara a dar el salto definitivo al mundo del cine. Quería demostrar a la industria que era una actriz adulta y decidió tomar el riesgo de aceptar uno de los papeles más polémicos que circulaban por los pasillos de Hollywood. Incluso cuando Drew Barrymore, Angelina Jolie, Pamela Anderson, Charlize Theron, Sharon Stone y Madonna habían rechazado formar parte de la producción (en muchos casos por la cantidad de desnudos que requería la propuesta).

Seguramente a Elizabeth le daba seguridad saber que el director era un experto en el thriller erótico tras haber dirigido Bajos Instintos (1992) y catapultado a Sharon Stone al estrellato. Así que se puso en sus manos interpretando escenas de bailes exóticos, desnudos y secuencias sexuales de lo más estrafalarias. El resultado fue un batacazo rotundo, incluso cuando se esperaba que el morbo mediático diera un empujón extra a la taquilla.

Es decir, Showgirls contaba con la actriz de un éxito juvenil tan popular como Salvado por la campana y era la primera película de gran presupuesto que se estrenaba en salas con el rating para mayores de 17 años -una calificación que reemplazaba el antiguo cine ‘X’ en EE. UU.-. Tanto el tráiler como la promoción fueron directos al grano: Showgirls era una película hecha con, y para, ojos masculinos. Pero ese público que abarrotó las salas de cine tres años después de ver a Sharon Stone cruzando las piernas no respondió de la misma manera.

En consecuencia, Showgirls terminó arruinando aquellos inicios de Elizabeth Berkley. Mientras los inversionistas perdían dinero y sus responsables seguían adelante con sus vidas profesionales, la de ella se detuvo. Y es que Elizabeth fue de las que pago más caro aquel riesgo. Su agente dejó de representarla y por culpa de las malas críticas otros agentes se negaban a aceptar sus llamadas (vía Los Angeles Times). De un día para el otro, pasaba de ser la chica popular de Salvado por la campana en Hollywood a ser desterrada por culpa de un fracaso económico.

Elizabeth tuvo que empezar de cero a través de películas menores y papeles secundarios. Recién cinco años más tarde, en 1999, la vimos de nuevo en una película destacada como fue Un domingo cualquiera de Oliver Stone aunque su papel era menor (al igual que en La maldición del Escorpión de Jane de Woody Allen, 2001). En realidad, probablemente no me equivoque en pensar que la gran mayoría pensamos que había desaparecido del mapa cuando volvimos a verla en capítulos de la popular CSI (interpretó a la exnovia de Horatio (David Caruso) en 2003 y luego volvió en CSI: Miami en 2008).

Lo irónico del asunto es que mientras ella se buscaba la vida cargando con la letra escarlata de Showgirls, la película ganaba popularidad como clásico de culto a través del home video.

Creo que no soy la única que puede reconocer que durante mucho tiempo vimos a Elizabeth Berkley con compasión. Sin embargo, ella misma confesó hace tiempo que la experiencia no la hundió como hubiéramos imaginado, sino que la ayudó a encontrar la manera de empoderarse en el fracaso y las críticas, transformando todo aquello en una manera para ayudarse a sí misma y otras mujeres.

En una entrevista de 2021 que concedió a Collider, Elizabeth reveló que optó por no ver aquella experiencia como una víctima sino “como alguien que navegó una época muy dura, que fue altamente polémica y en donde había mucha culpa”.

La actriz reflexionaba con positividad sobre el impacto que la película tuvo con el paso del tiempo, apreciando su efecto en la cultura pop y el cariño que fue ganando entre el público. “Jamás podría haber imaginado en aquel doloroso momento tras el estreno que sería celebrada como un clásico de culto icónico” sentenciaba. Sin embargo, las cosas no fueron fáciles, sino que a Elizabeth le costó llegar a esta conclusión.

Durante mucho tiempo no quiso participar en proyecciones o charlas especiales dedicadas a la película hasta el día de la legalización del matrimonio homosexual, apareciendo espontáneamente en una proyección de la cinta en un cementerio, dando un discurso sobre la gratitud que sentía hacia la comunidad homosexual por el apoyo que dieron a la película en todos estos años.

La verdad es que, a pesar del destierro y el trayecto profesional que tuvo que comenzar otra vez desde abajo, Elizabeth no se arrepiente de nada, aunque desearía que las cosas hubieran sido un poco más fáciles para ella. “Pero todos pasamos por altibajos. Todos vivimos situaciones difíciles, solo que la mía fue muy pública. Como una mujer muy joven tuve que aprender cosas que fueron duras pero las superé, y salí mejor y más fuerte en todos los sentidos. Esa fue mi elección y mi crecimiento personal”.

Después de aquella experiencia, Elizabeth fue más cuidadosa a la hora de elegir con quien asociarse en nuevos proyectos, tanto en teatro, cine o televisión. Más que recordarla como el peor momento de su vida, contaba que aquella experiencia fue “catalizadora” hasta el punto de llevarla a crear un programa de autoestima en 2006.

Se trata de Ask Elizabeth y se trata de un programa que enseña en colegios como voluntaria dando charlas a miles de jovencitas. Incluso cuenta con un bestseller publicado en 2011. Una revelación que yo misma desconocía y que me hizo recordar a la labor de Goldie Hawn, quien dejó el cine durante 15 años para crear un programa escolar que enseña a los niños a meditar en las escuelas.

“Quería darles a las niñas un lugar seguro para que se sientan escuchadas y sepan que no están solas navegando la experiencia adolescente. No se trata de verme en un podio diciéndoles cómo vivir sus vidas, se trata de darles una comunidad para escucharse mutuamente y utilizar sus voces en servicio de cada una” declaraba hace un par de años.

Tanto en su libro como en sus charlas, Elizabeth se dirige directamente a las jóvenes adolescentes compartiendo su propia sabiduría y consejos sobre temas como el autoestima, la presión externa, cómo ajustarse a nuevas situaciones, la menstruación, el primer amor, etc.

La actriz de 50 años confesaba que, quizás, no había sido consciente de la importancia que escondía todo lo vivido con Showgirls hasta que creó este programa. Una vía de empoderamiento personal a raíz de haber sido ella misma el centro de las críticas y el rechazo tras haberse expuesto tanto artística y físicamente ante el ojo público y cargar con aquella cruz durante tanto tiempo.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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