Emilia Clarke pone cordura al debate que menosprecia a los actores de Marvel
Emilia Clarke será una recién llegada al universo deMarvel y no tendrá (todavía) la extensa experiencia artística de una estrella como Anthony Hopkins, pero eso no la detuvo a la hora de poner cordura a uno de los debates que persigue a los actores de la saga. Un debate que precisamente despertó el mismísimo actor de El silencio de los inocentes al recordar su paso por las películas de Thor.
La actriz británica es una de las nuevas incorporaciones del Universo Cinematográfico de Marvel (conocido por las siglas UCM) a través de su participación en Invasión secreta, la serie de Disney+ que finalmente coloca al estratega Nick Fury (Samuel L. Jackson) en el centro de la acción. Y a sus 36 años, es una de las intérpretes con experiencia de sobra en producciones que requieren todo tipo de efectos especiales, habiéndose adaptado a las pantallas verdes y azules de Juego de Tronos, Terminator: Génesis y Han Solo: Una historia de Star Wars. Por ese motivo podemos tomar su palabra como la de alguien que sabe de lo que habla, tras haber asegurado a Los Angeles Times que no está de acuerdo con las críticas que señalan que actuar delante de una pantalla verde no es actuación “real”.
“El estigma es que la gente no actúa en estos espectáculos”, dijo refiriéndose a las interpretaciones que se llevan a cabo delante de pantallas verdes que facilitan el trabajo de imposición de escenarios y efectos especiales en postproducción. Como sería el caso de sus secuencias volando al lomo de sus dragones en Juego de Tronos y, ahora, en la serie de Marvel donde interpreta a la hija rebelde del skrull Talos (Ben Meldelsohn).
“[Pero] luego dices, ‘Bueno, entonces, ¿por qué les piden a todos estos grandes actores que lo hagan y por qué dicen que sí?'”, cuestiona. Y así, con una pregunta tan sencilla, derrumba el debate que limita la apreciación del trabajo interpretativo de muchos actores. Un debate que Anthony Hopkins resucitó recientemente.
El actor ganador de dos premios Oscar hundió el trabajo interpretativo de los actores delante de pantallas verdes al reflexionar en su propia experiencia como Odin, el padre de Thor en las películas de Marvel. “En Thor tienes a Chris Hemsworth -que se parece a Thor- y un director como Kenneth Branagh, que está seguro de lo que quiere”, aseguró en una entrevista para The New Yorker. “Me pusieron en una armadura, me incrustaron una barba. Me sentaron en el trono y a gritar un poco. Si estás sentado delante de una pantalla verde, no tiene sentido actuar”, concluyó.
Anthony Hopkins quizás cometió el error de generalizar con su experiencia al sentenciar que actuar sin la interacción física y visual de un escenario tangible no tiene sentido. Como si se tratara de recitar frases que no tendrán relevancia porque lo que destacará, al final, son los efectos visuales. Y en su caso la reflexión era comprensible porque su personaje no destacó como debería en las películas de Thor para un actor de su calibre . Tal vez porque el rodaje, según explicó, se limitó a caracterizarlo y pedirle que gritara. O porque se trató de una situación puntual en donde él, como actor, no se sintió cómodo con este tipo de producciones donde la imaginación resulta esencial. Por una cosa o por otra, las carencias se notaron a través de interpretaciones vacías y olvidables en las tres producciones donde apareció: Thor (2011), Thor: El mundo oscuro (2013) y Thor: Ragnarok (2017).
En cambio, Emilia Clarke propone una reflexión interesante y es que si actuar delante de pantallas verdes, sin escenarios detallados ni referencias visuales que alimenten la imaginación del actor, no se consideran tan reales o auténticas como aquellas que cuentan con todos los escenarios a su alrededor, entonces ¿por qué pesos pesados como Samuel L. Jackson u Olivia Colman se apuntan? Ambos intérpretes aparecen en Invasión secreta -siendo el actor de Pulp Fiction el que más experiencia tiene en la saga de Marvel- sin embargo, hay otros nombres destacados que son reconocidos por sus premios y nominaciones a los Oscar o producciones dramáticas que se sumaron a la acción superheroica. Como Mark Ruffalo, Benedict Cumberbatch, Russell Crowe, Don Cheadle, Josh Brolin, Natalie Portman, entre otros.
En primera instancia podríamos sugerir que, en algunos casos, tal vez exista un interés económico dado que hablamos de una saga compuesta por superproducciones de alto presupuesto que permiten continuidad profesional. Es decir, estos actores pueden volver en otras películas y series, asegurándose un sueldo abultado de vez en cuando. Sin embargo, también es probable que exista cierta curiosidad artística por descubrir este tipo de universo, expandir sus filmografías o conectar con otro tipo de público. Después de todo, los efectos especiales siempre formaron parte de la industria cinematográfica. Desde los tiempos de los montajes de negativos para crear una sola imagen a las pantallas verdes o captura en movimiento que se utiliza ahora. Y no por eso la implicación de un actor y la preparación de un personaje tiene que ser menos trabajada que si se trata de un drama.
No obstante, siempre existió esta percepción en el imaginario colectivo como apunta Emilia Clarke. Una percepción que, de cierta manera, el mismo Hollywood tiene la culpa de perpetrar al mirar hacia otro lado cada vez que llega el momento de celebrar los mejores trabajos del año. Porque, con la excepción de casos puntuales, el cine de superhéroes siempre vivió el mismo desprecio que el género de terror cuando llega la temporada de premios. Por ejemplo, a lo largo de 95 años de historia académica, solo seis películas de terror fueron nominadas al premio mayor -El exorcista, Tiburón, El sexto sentido, Cisne negro y ¡Huye!y solo una lo ganó: El silencio de los inocentes. En el caso del cine de superhéroes, la situación es peor: Black Panther fue la primera película del género que logró ser nominada, seguida por Joker el año siguiente. Y si hablamos de actuaciones la situación destaca más todavía, dado que solo Heath Ledger y Joaquin Phoenix ganaron un premio por sus trabajos en el género a través de interpretaciones diferentes del villano de Gotham. En casi un siglo.
En resumen, Emilia Clarke podría haber dado con la tecla del debate y el menosprecio que sufren algunos actores que pasan meses entrenando, aprendiendo coreografías y diálogos para crear un espectáculo de acción superheroico por el mero hecho de actuar rodeados de pantallas verdes. ¿Y si viéramos el debate al revés? ¿No será más desafiante actuar un personaje cuando tienen que imaginar todo lo que les rodea?
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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