Eugenio Derbez se rinde ante Ana de Armas y su mensaje tiene un significado especial

Ana de Armas como Marilyn Monroe en 'Blonde'. Cr. Netflix © 2022
Ana de Armas como Marilyn Monroe en 'Blonde'. Cr. Netflix © 2022

Mucho se dijo de Blonde cuando aterrizó en la plataforma de Netflix. Como película nos desgarró por dentro. Y a cada uno a su manera. Los hay quienes sufrieron con el dramatismo de esta adaptación libre de la vida de Marilyn Monroe, y otros que rechazamos la idea de convertir su legado en la víctima perpetua del abuso y la misoginia que plasma el director Andrew Dominik. Los hay quienes la detestaron o la aplaudieron también (todas reacciones que vi en Twitter y sitios de recopilación de puntuaciones).

Ni encandiló a los críticos como se esperaba, ni tampoco a los usuarios de la plataforma. Pero sí dio mucho de qué hablar. Y a cuatro meses de su estreno y cuando muchas películas de Netflix pasan al olvido, todavía existe una charla activa: la del maravilloso trabajo de Ana de Armas gracias a sus nominaciones constantes en la actual temporada de premios. Y ahora, cuando quedan pocos días para conocer a los nominados al Óscar, Eugenio Derbez se suma a la ola de espectadores que se están rindiendo ante el trabajo de la actriz cubana. Aunque, en su caso, el aplauso está acompañado de una apreciación que solo los latinos hacemos en su total dimensión.

LOS ANGELES, CALIFORNIA - DECEMBER 13: Eugenio Derbez attends the Inauguration of The Instituto Cervantes In Los Angeles plaque unveiling with Her Majesty The Queen of Spain at Instituto Cervantes on December 13, 2022 in Los Angeles, California. (Photo by Frazer Harrison/Getty Images)
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA - 13 DE DICIEMBRE: Eugenio Derbez asiste a la inauguración de la placa del Instituto Cervantes en Los Ángeles con Su Majestad la Reina de España en el Instituto Cervantes el 13 de diciembre de 2022 en Los Ángeles, California. (Foto de Frazer Harrison/Getty Images)

"Acabo de ver Blonde y estoy impresionado", escribió el cómico, productor y director mexicano en sus redes sociales. "Como actor mexicano que no aprendió inglés hasta que tenía 40 años, ella hizo lo que pensé que era imposible. No puedo creer que esta actriz cubana pueda transformarse en uno de los íconos estadounidenses más famosos que el mundo haya conocido, con tanta humanidad, gracia y emotividad. No puedes entender lo difícil que es hasta que intentas no solo actuar en un idioma diferente sino también encarnar una cultura diferente".

El artista nacido en ciudad de México pero con residencia en Los Angeles, terminó su publicación agradeciendo a la actriz cubana por mostrarnos "que las únicas barreras que enfrentamos son las que nos ponemos a nosotros mismos". "¡Te mereces el Óscar! ¡Espero que pronto podamos conocernos y trabajar juntos!", concluía. Y Ana de Armas enseguida le contestaba con un 'like'.

Que Eugenio celebre a su compañera de profesión desde el aplauso de la percepción latina, tiene una lectura muy especial. Porque a los 61 años ha vivido en carne propia el dulce sabor del éxito, pero también los precipicios y piedras que se cruzan de vez en cuando en el camino. Sobre todo en Hollywood, donde los estereotipos sobrevolaron históricamente a las minorías. Como bien dice, no aprendió a hablar inglés hasta que había superado su cuarta década de vida. Fue entonces cuando, después de labrarse una carrera sólida en México, como comediante en televisión, cine y teatro, cruzó la frontera. Y digamos que no vivió un recibimiento adornado de proyectos tan desafiantes como Blonde.

La mayoría de personajes que hizo al principio estaban encasillados en la imagen de cómico latino que servía como alivio secundario -por ejemplo, en Jack y Hill-. El tiempo pasó y el doblaje le sirvió de megáfono para hacerse notar en el negocio internacional a través del cine animado, hasta que Cómo ser un latin lover, en 2017 y junto a Salma Hayek, le dio el empujón que le faltaba. Y finalmente, el año pasado, saboreó las mieles del éxito hollywoodense cuando CODA: Señales del corazón, donde interpretaba a un profesor de música carismático que creía en el talento de la protagonista, ganaba el Oscar a mejor película.

Es decir, si alguien sabe lo mucho que cuesta encontrar oportunidades interesantes en Hollywood y lo difícil que es interpretar en otro idioma son los artistas como él. Esos que conocen los vericuetos del negocio y saben a ciencia cierta la misión que esconde un proyecto en otra lengua. Porque, como bien dice, Ana de Armas no solo interpreta a un personaje en inglés, sino a un ícono de una cultura extranjera. Lo que hace que el desafío sea mayor todavía.

Evidentemente, no es el único que piensa de esta manera. Muchos hispanos reaccionaron con el mismo aplauso en redes sociales. Incluso desde Yahoo ya celebramos la importancia cultural que representaba el fichaje y resultado de Ana, y reconozco que yo misma pensé lo mismo cuando me sorprendió con su trabajo. No obstante, no se trata de un detalle que las críticas internacionales de habla inglesa hayan destacado. Porque por mucho que hayan alabado el trabajo de Ana de Armas -como podemos ver en la recopilación que hace RottenTomatoes- no encontré ninguna que destacara la gran diferencia que su trabajo representa en relación a la difícil tarea que tenía por delante, siendo de cultura latina y con inglés como segundo idioma. Una conversación que sí tenemos presente en la comunidad hispana.

En cambio, a nivel internacional, lo que surgió fue un debate a raíz de las críticas que señalaban que se podía escuchar el acento cubano de Ana de Armas en el tráiler. Como si fuera un sacrilegio. Sin embargo, al ver la película, descubrimos que cualquier deje natural de su acento original era totalmente irrelevante. Incluso muchos medios de prestigio, como Variety o The Hollywood Reporter, hablaron de este detalle en sus críticas, destacando la poca relevancia que tenía a la hora de valorar el trabajo de Ana de Armas. De esta manera, todas esas críticas iniciales terminaron quedando en ridículo, demostrando un racismo encubierto por rechazar lo superficialmente inmigrante o latino. Porque, si nos ponemos a pensar en ello, este tipo de reacciones no pasan cuando un actor británico o australiano interpreta a una figura estadounidense y se le escapa su acento nativo.

La actuación de Ana de Armas es para estar nominada al Óscar porque no se limita a imitar los gestos y miradas, el tono de voz o la forma de hablar, de Marilyn. No. Lo que consigue la actriz es mucho más que eso. No solo se convierte en la versión más fidedigna de Monroe a nivel estético y físico, viviendo una metamorfosis ante la cámara que la transforma en la diva de carne y hueso; sino que transita todo el metraje convertida en la versión de Marilyn que el director quería contar. Ana navega la historia con la visión del cineasta, captando, viviendo y transmitiendo la ingenuidad y esperanza, los anhelos y sufrimientos de una mujer sufrida en esta versión de su existencia. Ella es Marilyn, la Marilyn de Blonde. Su trabajo es tan elegante e impecable que no podemos imaginar a otra actriz en su lugar.

Y lo consigue siendo una actriz cubana que no creció en la misma cultura de su personaje. Que, además, aprendió inglés cuando ya se había mudado a Hollywood, haciendo castings sin entender las líneas de diálogo que le daban. Pero con mucho estudio, entrenamiento vocal y preparación, se metió de lleno en la misión de interpretar a un ícono cultural de otro país. Trabajó el acento pero también los gestos, miradas y todo aquello que pudiera servirle para convertirse en la Marilyn Monroe más creíble del cine. Y lo consiguió. Esta latina con español como primer idioma, lo logró.

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