‘Frankenstein’ y Guillermo del Toro podrían ser decisivos en definir la batalla más grande de Hollywood

La historia de Frankenstein está cobrando forma en dos estudios diferentes. Dos rodajes, dos actores, dos directores y dos visiones distintas, que se están llevando a cabo al mismo tiempo mientras se escribe este artículo. Una es The Bride, la adaptación que dirige Maggie Gyllenhaal para Warner Bros., que acaba de compartir las primeras imágenes de Christian Bale y Jessie Buckley como las creaciones monstruosas. La segunda es Frankenstein, la película que Guillermo del Toro lleva toda su vida soñando dirigir. Un sueño que actualmente está cumpliendo de la mano de Netflix, conJacob Elordi como protagonista.

La buena noticia es que ambas producciones tienen opciones para coronarse como dos de las películas más atractivas de 2025. Sin embargo, lo más interesante es que podría suponer el primer enfrentamiento decisivo en una batalla que tiene a Hollywood dividido desde la pandemia.

Dos versiones de Frankenstein

The Bride supone la segunda película de Maggie Gyllenhaal como directora después de los aplausos recibidos con La hija oscura (2021) de Netflix y tres nominaciones a los Oscar. La historia tracurre en el Chicago de los años ’30, dándole un giro al cuento a través de la resurrección de la Novia (Buckley), pero su nueva vida sorprende a sus creadores a medida que demuestra deseos hacia el romance y movimientos sociales radicales. El reparto lo completan actores consagrados como Penélope Cruz, Peter Sarsgaard y Annette Bening.

La versión de Guillermo del Toro será un cuento de terror y ciencia ficción con Oscar Isaac como el científico creador y Jacob Elordi como el monstruo, reemplazando a Andrew Garfield quien tuvo que abandonar el proyecto por conflictos de agenda tras la huelga del Sindicato de Actores. El director de La forma del agua lleva muchos años imaginando su versión de Frankenstein. Su pasión por la vulnerabilidad de la figura del monstruo quedó plasmada a lo largo de toda su filmografía, mientras aseguró a Collider hace unos años que su “novela favorita en el mundo es Frankenstein”.

La película es una adaptación de la novela original de 1818 aunque, según dijohace tiempo, no quería que fuera el “clásico mito del monstruo”, sino que quería expandirlo y combinar elementos de Frankenstein y La novia de Frankenstein. Originalmente puso el proyecto en marcha con Universal en 2008, pero los planes cambiaron y la idea desapareció de la agenda del estudio. Pero Guillermo nunca dejó de planificarla, imaginarla y diseñarla, hasta que en 2023 obtuvo nuevas alas con su acuerdo para producir varios proyectos con Netflix.

El rodaje comenzó el pasado mes de febrero en Toronto y el reparto incluye también a Mia Goth, Christoph Waltz y Charles Dance.

El posible enfrentamiento del ‘cine gemelo’ como nunca antes

The Bride tiene previsto estrenarse en cines a partir del 2 de octubre de 2025. Frankenstein todavía no tiene fecha de lanzamiento pero, teniendo en cuenta que la película se encuentra en preproducción y que el proceso siguiente de incluir efectos, sonido y edición final puede llevar gran parte del año o más, se rumorea que es muy improbable que vayamos a verla en 2024 y que, en cambio, pueda ser una de las películas que Netflix promueva para Halloween de 2025. Es decir, el mismo mes y con semanas de diferencia. Una en cines, la otra en la plataforma de Netflix.

En otras palabras, las dos películas del monstruo creado por Mary Shelley podría suponer el primer enfrentamiento decisivo entre el streaming y el cine tradicional de la historia moderna de Hollywood. Porque si bien la competencia de la industria nos llevó a elegir y dividirnos en varias ocasiones a través del fenómeno del ‘cine gemelo’ (cuando dos películas de la misma temática o similares se estrenan prácticamente al mismo tiempo), nunca se había dado un caso como este donde la atención se podría dividir entre apostar por el cine tradicional, el streaming o los dos.

Ataque a la Casa Blanca y La caída de la Casa Blanca contaban una historia similar donde la Casa Blanca era el punto de ataque de terroristas en 2013 con Gerard Butler y Channing Tatum como respectivos héroes de turno. Ganó la primera, siendo un éxito más latente con dos secuelas. Blancanieves también se las vio en cines por partida doble con Blanca Nieves y el cazador y Espejito, Espejito en 2012. Ambas contaban versiones opuestas del famoso cuento de hadas con Kirtsten Stewart y Lily Collins, pero la primera fue la que salió airosa con una taquilla superior de $396 millones y una secuela. Y así, muchos ejemplos más.

Mi villano favorito y Megamente en 2010, las dos películas de animación CG sobre villanos protagonistas, se enfrentaron con premisas similares pero solo la primera superó la prueba del éxito con $543 millones recaudados, tres secuelas y el spin-off de Minions. Misión a Marte y Planeta rojo nos llevaron a Marte por partida doble en 2000 con fracaso mutuo pero con la segunda siendo la mayor perdedora.

Amigos con derechos y Amigos con beneficio jugaron con el mismo título y la idea del amor sin compromiso en 2010 con resultados parecidos. El ilusionista con Edward Norton no pudo superar a El gran truco con Hugh Jackman y Christian Bale en 2006, como tampoco las historias de insectos animados en Antz: Hormiguitaz contra Bichos: una aventura en miniatura, mientras Armageddon e Impacto profundo plasmaron el fin del mundo por un desastre celestial en 1998. La primera fue la que arrasó más en taquilla, generando conversación en aquel año por definir cuál era la favorita del público (personalmente siempre preferí la segunda).

De esta manera, mientras el cine tradicional nos puso de frente con propuestas similares que nos llevaron a irremediablemente elegir una como favorita (porque nos gustó más, funcionaba mejor, etc.), en 2025 podría ser el momento de descubrir si el público apuesta por descubrir la historia de Frankenstein con Christian Bale en cines; o la versión de un experto en cine monstruoso como Guillermo del Toro en Netflix o demostrarle a Hollywood que las dos vías tienen cabida con éxito a partes iguales.

Mucho se dijo sobre la competencia del cine tradicional y el streaming con bandos claramente divididos, pero nunca habíamos tenido la posibilidad de descubrir la tendencia moderna de manera tan tangible como la podríamos tener con Frankenstein. Cineastas de todo tipo dieron su opinión, divididos entre aquellos que defienden el cine tradicional hasta la muerte, como fue el caso de Christopher Nolan, Denis Villeneuve y Patty Jenkins cuando criticaron que Warner Bros. lanzara sus películas en su servicio de HBO Max el mismo día de los estrenos en salas en 2021 (luego Nolan hizo que su contrato con Universalimpusiera que Oppenheimer estuviera 100 días en cartelera antes del lanzamiento en plataformas -cuando la ventana suele ser de 45-), mientras otros han sido más amables con el medio, aceptando que los tiempos cambian y toca evolucionar con ellos. Guillermo del Toro es uno de ellos.

El director tapatío dijo en un simposio celebrado en el Festival de Cannes en 2022 que “no debemos consagrar el pasado y tratar de preservar algo que no se va a mantener. El futuro se presentará, lo queramos o no. El nivel de diálogo y la vieja estructura no es sostenible”. En su defensa por adaptarse a los nuevos tiempos del streaming -donde él mismo estrenó Pinocho ese mismo año en Netflix- recordó que “hizo falta una pandemia para sacudirlo todo”, donde “teníamos comida, medicinas e historias. Tres cosas que nos sostuvieron durante meses y años”.

Evidentemente, cada propuesta tiene factores claves a favor de cada una. The Bride cuenta con un actor que atrae a la audiencia como Christian Bale apostando por otra de sus famosas transformaciones físicas. Además, se trata de una versión que prueba con un giro diferente, lo que podría captar la atención de espectadores que buscan ideas originales a historias clásicas. Sin olvidar que Maggie Gyllenhaal supo demostrar una sensibilidad cinematográfica exquisita en La hija oscura, lo que podría convertir a esta versión en una apuesta llamativamente diferente.

Por otro lado, la versión de Guillermo del Toro podría suponer el punto culmine para su cine de monstruos. Al ser un director apasionado por el material original, que lleva años soñando con esta película, se antoja como una manera de volver a sus raíces con el monstruo que empezó todo en su imaginación. No cabe ninguna duda que el cineasta lo dará todo en esta creación, apostando por su magia para el género, su ojo visionario, vulnerable y sensible cuando plasma a sus temidos pero sufridos monstruos. Mientras que tampoco deberíamos subestimar el poder de convocatoria que está acumulando Jacob Elordi después de arrasar en Amazon Prime Video con Saltburn. Es probable que Netflix estrene esta película en cines pero su estrategia habitual siempre fue la de realizar estrenos limitados, para centrar el visionado sobre todo en el streaming que, al final, es su negocio.

¿Habrá una que acaparará la atención por estar en cines o por la disponibilidad popular del streaming? ¿Podrán convivir al unísono sin que el éxito de una o el tipo de proyección haga sombra a la otra? ¿Perderán Denis Villeneuve y Patty Jenkins su discurso a favor de la magia del cine tradicional o lo hará Guillermo del Todo como defensor de la importancia de adaptarse a la evolución de los tiempos? Las incógnitas que este posible choque de historias puede disparar son enormes y claves. Porque si ambas triunfan a su manera en sus formatos disponibles, entonces se demostraría que no hay batalla por la que seguir discutiendo. Que el público avanza pero también protege la magia del cine tradicional. Dependerá de la calidad de cada película definir el resultado el interés final del público por descubrirlas.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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