El entrañable gesto de Robin Williams que dio esperanza a Christopher Reeve
El comediante ayudó a la estrella de 'Superman' tras sufrir el accidente en 1995
Robin Williams fue alguien especial. De eso no cabe ninguna duda. Tocó los corazones de miles de personas a través de sus películas, emocionándonos y haciéndonos reír con una trayectoria inolvidable. Ayudó a otros actores en la meca del cine, dio consejos, salió al rescate de compañeros e incluso impuso su afán por ayudar al prójimo a través de una cláusula contractual que exigía que sus películas dieran trabajo a personas sin techo. Williams creía que su labor era “ayudar a la gente” y eso fue lo que hizo cuando su gran amigo Christopher Reeve sufrió el accidente de equitación que lo dejaría cuadripléjico. Porque el actor de Papá por siempre fue la primera persona que consiguió sacarle una sonrisa tras la devastadora noticia.
La estrella de Superman y el humorista eran más que amigos. Eran como hermanos. Se habían conocido en 1973 cuando eran estudiantes de la prestigiosa escuela Juilliard de Nueva York, forjando una amistad basada en sus diferencias. Porque Williams no era estudioso y Reeve provenía del mundo de las universidades de prestigio. Pero congeniaron porque “éramos opuestos exactos”, dijo Williams en una ocasión, según cita Biography.
Fueron compañeros de habitación y Reeve incluso ayudó a su amigo cuando Robin no tenía dinero ni para comer. “Literalmente me alimentaba”, explicó Williams en una sesión de Reddit en 2013. “No creo que tuviera dinero para comida o mi préstamo estudiantil no había llegado todavía, y él compartía su comida conmigo”.
Y así pasaron de ser estudiantes a estrellas de Hollywood prácticamente al mismo tiempo -uno como el superhéroe comprometido a salvar a la humanidad y el otro como un extraterrestre en Mork del planeta Ork- compartiendo sus logros y transitando el camino hacia la fama siendo inseparables. El archivo fotográfico de Hollywood lo demuestra a través de decenas de fotografías asistiendo juntos a eventos, galas y premios desde sus inicios profesionales, manteniéndose unidos hasta el final.
“Robin era capaz de compartir sus verdaderos sentimientos conmigo, y yo siempre hice lo mismo con él. Esto siguió siendo verdad durante 25 años”, escribía Reeve en su autobiografía de 1998, Still Me (Fuente: Danny Dutch). Es decir, ni la fama, el dinero o el éxito los separaron.
Por ejemplo, Glenn Close contó en un evento de la Fundación Christopher & Dana Reeve en 2017 (vía E Online), que el actor de Superman se aparecía en el set de El mundo según Garp en 1982 pilotando su avioneta, simplemente para ir a buscar a su amigo. Llegaba los viernes, se llevaba a Robin volando (literalmente) y lo traía de vuelta los domingos. “Estoy convencida de que si Chris todavía estuviera con nosotros, Robin también lo estaría”, aseguraba la estrella de Atracción fatal.
A su vez, cuando Robin tuvo a su primer hijo en 1983, un niño llamado Zackary, le pidió a Reeve que fuera su padrino.
EL MOMENTO DE LA TRAGEDIA Y LA SONRISA DE UN AMIGO ÚNICO
Y entonces llegó el accidente que cambiaría la vida del superhéroe más popular del cine hasta el momento. Christopher Reeve practicaba equitación desde 1985. Se había enamorado del deporte tras aprender la disciplina para el rodaje de Anna Karenina. Pero el 27 de mayo de 1995 se cayó de su caballo durante un salto en una competencia. Se cayó de cabeza fracturándose la primera y segunda vértebra. Al despertar en el hospital cuatro días más tarde, le dieron la noticia: estaba paralizado del cuello hacia abajo.
Su condición era terriblemente trágica. Debían someterlo a una cirugía innovadora para reconectar la columna con el cráneo mientras solo tenía el 50% de probabilidades de sobrevivir las lesiones que había sufrido. Reeve sabía que su vida había cambiado para siempre. Que no volvería a sentir el abrazo de sus hijos -en aquel entonces de solo 15, 11 y 3 años- ni a su esposa Dana.
“Estás en shock”, explicó a Oprah Winfrey en 1998. “No puedes creer que tu vida tomó este camino porque tienes un mapa, tienes una idea hacia dónde quieres ir, tienes metas y aspiraciones. Realmente pensaba a los 42 que estaba en mi mejor momento, tanto personal como profesional. Que solo vendrían cosas buenas y, de repente, que te pase esto es un golpe. Piensas en todo lo que podrías haber hecho diferente, te culpas..."
Había tocado fondo. Incluso contempló el suicidio. Estaba deprimido, inseguro sobre su futuro antes de la cirugía. Pero entonces apareció Robin Williams.
Reeve se encontraba en su cama de hospital cuando, de repente, entró un visitante vestido con una bata quirúrgica de color azul y anteojos, que en acento ruso le dijo que era un proctólogo y estaba allí para hacerle un examen.
“Mi primera reacción fue que estaba con muchas drogas [en el cuerpo] o que, de hecho, mi cerebro estaba dañado”, escribió en su libro. Pero entonces se dio cuenta que el supuesto médico era su amigo imitando a su personaje de la comedia Nueve meses (1995) y, en ese momento, volvió a reír. Fue la primera vez que sonreía desde que había despertado de la tragedia. Y gracias a su amigo cambió su perspectiva.
“Por primera vez desde el accidente, me reí. Mi viejo amigo me había ayudado a saber que, de algún modo, iba a estar bien”, detallaba en su libro. “Luego pasamos tiempo juntos. Dijo que haría cualquier cosa por mí. Y pensé: Dios mío, no solo tengo a Dana [su esposa] y mis hijos sino que tengo amigos como Robin y Gregory [Mosher] que de verdad les importa. Quizás puedo estar bien. Es decir, la vida va a ser diferente y será un desafío enorme, pero todavía puedo reír y aún hay algo de alegría” (vía Danny Dutch).
Más tarde le contaría a Barbara Walters que, en el momento que Robin lo hizo reír, todo cambió. “Verlo y reírnos como los viejos tiempos fue uno de los primeros indicios de que la vida podía ser buena otra vez”, aseguró.
Además de ayudarlo a despertar su positivismo en medio de la tragedia, Williams se mantuvo apoyándolo continuamente. Asistió a diferentes eventos celebrados para reunir fondos para la Asociación Americana de Parálisis y fue miembro de la fundación creada por Reeve dedicada a encontrar tratamientos y curas para la parálisis causada por lesión de la médula espinal y otros trastornos neurológicos.
"Mi amistad con Robin Williams es una de las verdaderas alegrías de mi vida", dijo el actor de Superman en una ocasión según cita Esquire. "Robin es una persona que da a la gente las 24 horas del día. El regalo de la alegría, el regalo de la risa. Simplemente estar en una habitación con Robin Williams es un privilegio".
Christopher Reeve murió el 10 de octubre de 2004 tras sufrir un ataque cardíaco y entrar en coma. En su comunicado, Robin Williams dijo que el mundo había perdido a “un activista tremendo, un artista y una inspiración para personas en todo el mundo”, pero que él “había perdido a un gran amigo”.
Al año siguiente, cuando el actor de Jumanji recibió el premio Cecil B. DeMille -el reconocimiento anual que entregan los Globos de Oro a la trayectoria de un personaje- se lo dedicó a su amigo del alma. Después de proclamar un discurso repleto de bromas y acentos, haciendo reír a todo Hollywood, se puso serio y dijo: “Chris Reeve te extraño y te digo ‘mi vuelo de ángeles cantan sobre tu descanso, dulce príncipe’”, haciendo referencia a una frase de Hamlet de Williams Shakesperare, que recita el personaje de Horatio a su amigo moribundo, Hamlet.
Robin Williams falleció diez años después, el 11 de agosto de 2014, por suicidio. Poco después, su esposa Susan Schneider dio a conocer que el actor estaba sufriendo depresión y ansiedad antes de morir tras ser diagnosticado con Parkinson. Sin embargo, la autopsia reveló que, en realidad, padecía demencia con cuerpos de Lewy.
En resumen, aunque Robin Williams y Christopher Reeve hayan dejado sus propios legados en la historia del cine, la amistad que compartieron lejos de los focos mediáticos refleja el poder de la empatía que convive entre amigos del alma. Pero, sobre todo, lo lejos que se puede llegar con una sonrisa.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO
La hija de Robin Williams critica el uso de la IA para recrear la voz de su padre
Robin Williams incluía una cláusula en sus contratos que confirma que su empatía no tenía límites
La casualidad que llevó a Christopher Reeve a dejarnos un mensaje de humildad inolvidable
El romance secreto entre Jane Seymour y Christopher Reeve fue realmente de película