Gritar puede hacerte sentir mejor: ¿por qué todos necesitamos gritar un poco de vez en cuando?
Gritar a pleno pulmón forma parte de la terapia primal. Los expertos dicen que es una forma de liberación emocional.
A inicios de este mes, un usuario de Reddit llegó al subreddit de AskLosAngeles con una pregunta: “¿Alguien conoce un buen lugar en Los Ángeles donde pueda gritar a todo pulmón?”.
Esa persona no solo deseaba gritar, sino soltar “un buen grito de desahogo emocional, fuerte y catártico”. En la publicación contaba: “últimamente he sufrido mucho estrés y me siento muy deprimido, enojado y triste... necesito liberar todo eso en algún lugar antes de que pierda la cabeza”.
Las respuestas llegaron a raudales. “Lo hago en el coche mientras conduzco por la autopista”, respondió un compañero de reddit. Otros recomendaron la playa, el Dodger Stadium, algún espectáculo local de punk rock o una “sala de la ira”, sitios donde puedes gritar y destrozar cosas al mismo tiempo.
“Me gusta caminar por rutas poco transitadas y, tras unos 15 kilómetros, grito al vacío. Es muy sanador”, comentó una persona. Otro usuario de Reddit también recomendó la naturaleza: “Solía hacerlo cuando estaba deprimido. Me metía en el mar y gritaba y subía a tomar aire y disfrutar de las vistas. Con el tiempo empecé a surfear y realmente me ayudó muchísimo”.
Queda claro que mucha gente confía en el poder de los gritos. Pero ¿gritar tiene algún beneficio real para la salud mental? Según los expertos, la respuesta es sí. He aquí por qué.
¿Por qué queremos gritar?
Los gritos como tratamiento de salud mental no son nuevos. La doctora Ashwini Nadkarni, profesora asistente de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, le dijo a Yahoo Vida y Estilo que el psicólogo Arthur Janov desarrolló la terapia primal en la década de 1960 como un método para que los pacientes procesaran el trauma. Janov animaba a sus pacientes a gritar para que liberaran las emociones negativas.
Y hay una buena razón para creer que funciona. Nadkarni explicó que emociones como la ira y la frustración activan nuestro sistema límbico; o sea, una parte del cerebro clave en la forma en que experimentamos y expresamos las emociones.
Cuando estamos enojados o molestos, la adrenalina recorre nuestro cuerpo, explicó, lo que “tensa nuestras cuerdas vocales”. Eso hace que subamos el volumen de la voz.
Samantha Silverman, trabajadora social, experta en trauma y directora ejecutiva de Silver Linings Mental Health, le dijo a Yahoo Vida y Estilo que esa descarga de adrenalina nos empuja a “un estado intenso de excitación”, preparándonos para “afrontar o escapar de la situación”. Como resultado, “gritar puede ser una expresión natural de esa respuesta”, una forma de “externalizar y liberar instintivamente las emociones que nos sobrepasan”.
¿Cuáles son los beneficios de gritar?
Dejar salir todo lo que tienes dentro puede tener algunas ventajas.
Te ayuda a calmarte. “Gritar involucra al nervio vago, que interviene en la regulación del sistema nervioso”, apuntó Silverman. Eso ralentiza el ritmo cardíaco, reduce la presión arterial e inhibe la respuesta del cuerpo al estrés, o la reacción de lucha o huida, agregó Nadkarni, lo que tiene un efecto calmante a nivel fisiológico.
Reduce las hormonas del estrés. Expresar tus emociones a través de actos liberadores como gritar puede contribuir a reducir el cortisol, la hormona del estrés, según Silverman, lo que alivia temporalmente la ansiedad y la tensión.
Te da un impulso de endorfinas. Al igual que el ejercicio, gritar libera endorfinas, las sustancias químicas naturales del cuerpo que nos hacen sentir bien, señaló Silverman.
¿Dónde puedes gritar?
A pesar de todos los beneficios de gritar como acto de liberación catártico –y no porque estés en peligro– está mal visto en sociedad. Por tanto, aunque tengas ganas de soltar un grito primitivo en la cola del supermercado, será mejor que lo reserves para estas otras situaciones y evites molestar a los demás o asustarlos.
Dentro de tu coche con las ventanillas cerradas.
En una montaña rusa.
En un concierto.
Con una almohada.
En una protesta.
En un partido deportivo.
En medio de un lago o el mar.
En la playa, donde las olas rompen.
Bajo la ducha.
En una sala de la ira.
Bajo el agua.
En una habitación insonorizada.
En conclusión
Gritar puede ser una forma eficaz de vocalizar tus emociones negativas y podría hacerte sentir mejor en ese momento. Sin embargo, también tiene algunas desventajas, sobre todo si lo haces con frecuencia. Gritar puede dañar las cuerdas vocales, lo que provoca problemas como la laringitis, inflamación, fatiga vocal e incluso afecciones a largo plazo como nódulos o pólipos. De hecho, Hugh Jackman confesó en una entrevista que su voz se dañó por todos los gritos y gruñidos que hizo mientras interpretaba el personaje de Lobezno.
Además, gritar no puede convertirse en la única forma de lidiar con las dificultades de la vida, advirtió Silverman. Aunque puede ser una “poderosa herramienta de liberación emocional cuando se hace en un entorno seguro y apropiado”, los gritos no pueden sustituir las estrategias de afrontamiento del estrés a largo plazo.
“Si sientes la necesidad de gritar con frecuencia o tienes dificultades para gestionar tus emociones, hablar con un terapeuta podría ayudarte a identificar las fuentes más profundas de estrés y frustración”, recomendó.
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