La historia de ‘Sintonía de amor’ esconde la inspiración más antirromántica del cine

Tom Hanks y Meg Ryan en el estreno de
Tom Hanks y Meg Ryan en el estreno de "You've Got Mail" en la ciudad de Nueva York el 10 de diciembre de 1998 en el Teatro Ziegfeld. (Photo by Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)

Antes de la moda de las aplicaciones para encontrar el amor, las redes sociales y realities como Love is blind, hubo una película que profundizó en la idea del romance a ciegas. Hablo de Sintonía de amor, la comedia romántica que reunió a Tom Hanks y Meg Ryan tres años después de Joe contra el volcán, enamorándonos con una historia sobre el destino que desbordaba simpatía, ternura y química entre sus protagonistas (y aunque solo compartían una escena en todo el metraje). La película fue un éxito de taquilla contra todo pronóstico y 30 años después de su estreno se mantiene como uno de los clásicos más celebrados de la comedia romántica. Sin embargo, por increíble que parezca, la inspiración detrás de la historia no tiene nada de romántico, amoroso o esperanzador.

Porque Sintonía de amor surgió de pura frustración. Es decir, esa historia de amor que nos hablaba de una pareja destinada a conocerse, no surgió porque su guionista haya vivido una situación similar o estuviera inspirado por el amor. Sino que se sentía tan frustrado porque sus ideas no terminaban de cuajar, que se le ocurrió el desafío de pensar una historia que marcara la diferencia. Su idea: contar con dos protagonistas que nunca se conocieran. En aquel momento, Jeff Arch era profesor de inglés y taekwondo. Llevaba mucho tiempo intentando escribir algo que realmente funcionara y estaba a punto de darse por vencido. Todas las ideas le sonaban “falsas” con personajes que se conocen “de forma bonita” y “pelean durante 40 páginas”. Pero entonces empezó por el final, decidiendo que los personajes de su nueva historia no se iban a conocer hasta la última escena.

En realidad, se me ocurrió la idea por frustración” confesó el escritor a Penn Live en 2018, añadiendo que tuvo la revelación como si se tratara de una escena de la película. “Miré al cielo lleno de estrellas a través de un tragaluz y dije 'por cada estrella en el cielo hay una buena idea'. Y las ideas simplemente se me ocurrieron. Eso es realmente lo que pasó. Y sigue siendo una de las cosas más asombrosas que me han pasado en la vida” sentenció. Tal y como si estuviera emulando el famoso póster de la película donde ambos personajes miran al cielo, conectados por las mismas estrellas en ciudades diferentes.

La frustración que sentía se debía a varios motivos. Su escritura y estilo habían mejorado “pero fracasaba de todas las maneras posibles”. Le robaron ideas, tuvo proyectos que “casi” tuvieron éxito y sentía que ya no podía soportar otro fracaso más. Ya no le quedaban motivos para pensar que debería seguir intentándolo. Tocó fondo. Estaba frustrado y cansado. Pero entonces tuvo la revelación: una historia de amor diferente donde los personajes no se conocían. Y enseguida supo que iba a ser un éxito. Lo sintió en sus adentros. Estaba cociendo algo que “iba a ser un monstruo”.

En el origen de la idea visionaba a los personajes solo hablando por teléfono. Pero entonces permitió que otras fuentes lo influyeran. Como la película francesa Esta es mi vida (1992), donde dos personas comparten una conexión pero recién se conocen cuando se sientan juntos en un avión. Sin saber quienes son. Así como un episodio de un programa de televisión donde el protagonista visitaba una casa flotante en Seattle (el hogar del personaje de Tom Hanks) y, por supuesto, el encuentro final entre los personajes en la cima del Empire State al atardecer el día de San Valentín. Un homenaje directo a otro clásico del cine, Algo para recordar.

Sin embargo, por más que su frustración se convirtiera en fuente motivadora de una idea estupenda, Hollywood no estaba de su parte. Al menos seis estudios diferentes rechazaron su propuesta porque no confiaban en que una película donde los protagonistas no se conocen funcionara. Incluso después de pasar 3 semanas y media escribiendo a la velocidad de la luz y para terminar el primer boceto, el conceso seguía siendo el mismo. “Me encantan los juegos previos pero no soporto 90 minutos. Nadie va a hacer esta película” le dijo una ejecutiva de la industria (Washington Post).

El guion pasó por varias manos hasta que TriStar decidió comprarlo. Y si bien la idea había gustado, no terminaba de convencer porque, aparentemente, le faltaba complejidad y sofisticación (Deadline). Cuatro guionistas intentaron mejorarlo hasta que dieron en el clavo cuando contrataron a Nora Ephron. La legendaria escritora y directora estaba buscando trabajo después del fracaso de su primer largometraje como cineasta, This is my life. Y tras mejorar el libreto, los ejecutivos de TriStar le ofrecieron la silla de director.

Madonna y Demi Moore quisieron el papel de Annie, mientras el marido de Meg Ryan, Dennis Quaid, estaba en negociaciones para interpretar a Sam. La pareja había estado buscando una película que protagonizar juntos, pero la directora no creía que el actor fuera lo suficientemente gracioso y se encargó de convencer a Meg Ryan de que la hiciera sin su marido. Según dijo Erin Carlson a Good Morning America, el autor del libro I’ll have what she’s having: How Norah Ephron’s Three Iconic Films Saved The Romantic Comedy, Ephron no estaba segura de que Tom Hanks pudiera protagonizar una historia romántica. Pero sus dudas se desvanecieron el día que se conocieron gracias a la personalidad del actor.

Y lo demás es historia. La comedia romántica sobre este amor entre extraños arrasó. TriStar realizó una fuerte campaña promocional en EE. UU. Estaban tan convencidos de que iba a triunfar que decidieron cambiar su estreno para el verano, compitiendo en taquilla con grandes producciones como Parque Jurásico, Sin salida, Riesgo total y El último gran héroe. Con tantos blockbusteres, Sintonía de amor se convirtió en la alternativa romántica en una cartelera sobrepoblada de acción. Con una recepción positiva de la crítica, la película recaudó $227 millones, superando de sobra el presupuesto invertido de $21 millones.

Sintonía de amor se convirtió instantáneamente en un clásico del cine romántico. Porque a pesar de que los protagonistas prácticamente no comparten escenas, el romanticismo se mantiene en el aire a través de la magia que impone la simple idea del destino. De dos personas destinadas a cruzarse tarde o temprano.

Sintonía de amor está disponible en el catálogo de HBO Max.

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