Arath de la Torre, el talentoso actor que podría autodestruirse con sus desatinos

El problema que hay con Arath de la Torre no tiene nada qué ver con sus capacidades artísticas y muy diversas —es un actor excelente, un comediante natural, canta, baila, presenta, conduce y de hecho, es un buen tipo— sino con la manera impulsiva que ha tenido de emitir opiniones, lo que lo ha llevado a ser muy criticado en redes y a que, incluso, se haga llamado a boicotear sus proyectos, afectando su imagen pública y también su vida laboral.

Arath de la Torre. (Photo by Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images)
Arath de la Torre. (Photo by Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images)

Arath ya se ha disculpado — y en más de una ocasión, además — por los desastres que provoca su naturaleza polémica al opinar. Obviamente, tiene derecho a decir una estupidez como cualquiera: el problema es que se le olvida (como a Galilea Montijo, por citar uno de miles de ejemplos) que tiene una responsabilidad como figura pública, y que su presencia en redes y su elección de proyecciones de imagen tienen una consecuencia con el público que las ve. El caso de los voladores de Papantla fue una decisión pésima e insensible, aunque no es directamente su culpa.

En el caso de la compañía crediticia que lo contrató para protagonizar una campaña cuyo mensaje era racista y fallido, aunque no fue redactado ni creado por Arath, como él era el rostro de la campaña, le cayó encima toda la reacción de quienes rechazaron el anuncio, especialmente la asociación nacional de voladores — fundada en Papantla —, quienes (y con toda la razón) se ofendieron por ser representados como una actividad de nulo interés, siendo que se les considera una de las figuras culturales más importantes de la nación.

Este tipo de reacciones han ocurrido desde hace mucho y solo era cuestión de tiempo para que al protagonista de 'Una familia con suerte' o del musical 'Sugar' y más recientemente, del revival de la famosa comedia de situación 'Doctor Cándido Pérez', su impulsividad y fuertes opiniones le pasaran factura.

Personalmente, conocí a Arath de la Torre hace más de 20 años, cuando ambos iniciábamos nuestras carreras — él como actor en la telenovela de Emilio Larrosa 'Soñadoras' y yo como reportero. Fue mi primera entrevista en Televisa y por esa razón, jocosamente nos referíamos mutuamente como 'Padrino' y 'Ahijado'. Aunque no podría presumir de ser su amigo, fuimos cercanos por varios años, con trato muy cordial, hasta que perdimos el contacto, gravitando en distintas direcciones (estoy hablando antes de la época de las redes sociales).

MEXICO CITY, MEXICO - SEPTEMBER 26: Arath de la Torre attends the LaLa 100 recognize the new heroes golden carpet & show at Foro Hipodromo on September 26, 2019 in Mexico City, Mexico. (Photo by Victor Chavez/Getty Images)
Arath de la Torre. (Victor Chavez/Getty Images)

Aunque seguía de cerca el trabajo de Arath —siempre he reconocido que tiene un enorme rango y es uno de los mejor dotados de su generación — lo que me desconcertó fue hace unos 10 años, cuando se vio involucrado precisamente en su primera controversia en redes, cuando en un arrebato llamó despectivamente a los usuarios (más específicamente aquellos que lo criticaban por algo o le hacían mofa) como 'nacos' —un término clasista ahora considerado de una incorrección política monumental, utilizado históricamente para denostar al que se considera inferior cultural, social, económica o racialmente — y exigió que se legislara para controlar la libertad de expresión en Twitter.

En ese momento, Arath fue duramente reprendido por el público, al hacer llamado a la censura, algo que va contra la ley en México. Aunque no se disculpó y la tormenta que se suscitó pareció disiparse, lo cierto es que el hashtag #UrgeLegislar, haciendo alusión a su tuit de marras, fue tendencia y por meses, Arath fue objeto de burlas por parte de usuarios de la red.

Este es solo el botón de muestra de tantos otros que seguirían y que le han resultado onerosos a la larga a mi antiguo camarada — el rating de la nueva versión de 'Cándido Pérez', estrenada en medio de la particular controversia por la que atraviesa su imagen, y en medio también del llamado a boicotearlo, fue de 1,5 millones de espectadores sintonizados.

Siendo un estreno en horario estelar en el Canal de las Estrellas, en un domingo (que se ha convertido en una fecha codiciada por productores y anunciantes), resulta muy bajo; lo que en estas lides se conoce como 'Underperforming'. No un fracaso, pero ciertamente muy, muy, muy por debajo de las expectativas de la empresa —si durante el resto de la temporada no levanta, las posibilidades de una segunda temporada podrían verse gravemente amenazadas.

Aunque la producción ha buscado deslindarse de las opiniones de Arath —un disclaimer que es ya de cajón en cualquier proyecto, en que los estudios (en este caso Televisa) se distancian de las opiniones o palabras de quienes participan en él —, y aunque el actor ha ofrecido una disculpa pública (misma que personalmente encontré sincera), es difícil que recupere en este momento la buena gracia del público, y este castigo le llega justo en el peor momento.

¿Será que necesita Arath: 1) que le den un curso de manejo de enojo en redes sociales o 2) tomarse unas vacaciones de la pantalla para sanear su imagen pública, amén de que está sobreexpuesto en estos momentos? Estas son las nociones que los expertos podrían señalar. Sinceramente creo que Arath es un buen tipo y personalmente encantador, pero bien podría hacer un acto de contrición y reconectar con la sencillez que tenía cuando comenzaba.

Ese Arath jovial y accesible, más comprensivo, podría ser el complemento que necesita el Arath de hoy, que se beneficiaría de ser más relajado y humilde, antes de que los tiempos cambiantes — si no se adapta a ellos — acaben por condenarlo al olvido. Y eso, siendo un actor versátil y excelente, sería una pena... pero nadie, y el público lo demuestra siempre, es realmente indispensable.

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