La ocurrencia de Hugh Grant y Colin Firth que sumó muchos puntos a 'El diario de Bridget Jones'
Por Teresa Aranguez.- Creo que podríamos describir El diario de Bridget Jones (2001) como uno de los clásicos modernos de la comedia romántica. Hasta diría que se ha convertido es un ícono de la cultura británica. Y por varios motivos. No solo porque la película esté basada en la novela superventas de Helen Fielding que había enamorado a millones de lectores, o por el triángulo amoroso o la simpatía torpe que Renée Zellweger supo darle a la protagonista. Sino también por los acertados fichajes de Hugh Grant y Colin Firth. A estas alturas resulta imposible imaginarse a otros actores en la piel del osado Daniel Cleaver y el correcto Mr. Darcy. Sin embargo, probablemente pocos sepan que fueron responsables de un momento que ayudó a definir el legado de la película. Un momento que crearon de la nada y a base de pura improvisación.
El estreno de El diario de Bridget Jones en abril de 2001 fue uno de los más esperados. Todo el mundo se moría de curiosidad por conocer la historia de la soltera londinense, así como ser testigos de la transformación física de Renée (eran otros tiempos y el hecho de que la actriz hubiera aumentado 13 kilos generaba interés). Mientras que en territorios de habla inglesa se esperaba con recelo descubrir el acento británico de una actriz estadounidense. Sin embargo, Renée lo hizo de maravilla. Incluso su compañero Hugh Grant, quien había mostrado poca fe en que una mujer de Texas lo consiguiera, quedó impactado. Al principio, dijo con su peculiar sentido del humor, que sonaba como “La Princesa Margaret teniendo un ictus. Pero una semana después todo estaba en marcha”, contó al especial de la BBC, Becoming Bridget Jones, vía Huffington Post.
La aventura le valió a Renée la nominación al BAFTA, al Globo de Oro y al Oscar. No obstante, sus compañeros masculinos, Grant y Colin Firth, también tuvieron mucha culpa de esta acogida apoteósica en las salas de cine. El primero, como el irresistible Daniel Cleaver, y el segundo, como su gran amor, Mark Darcy. Y es que más allá de sus momentos en solitario junto a Bridget, ambos fueron los responsables de una de las escenas míticas de esta historia. Les hablo de la inolvidable pelea, donde los dos pretendientes se lanzan desde la ventana de un restaurante, dando rienda suelta a una lucha torpe y ridícula.
Sin embargo, lo más llamativo no fueron los golpes, sino la anécdota que hay detrás de ese momento donde la espontaneidad de ambos actores dejó perplejos a los guionistas y a su directora, Sharon Maguire.
Lo que allí ocurrió fue pura inventiva de Colin y Hugh quienes, por un momento, fueron como niños. De hecho, terminaron mandando a casa al doble que tenían preparado. Construyeron la pelea juntos, milímetro a milímetro, para que terminara convirtiéndose en lo que fue, un enfrentamiento bochornoso de dos hombres de clase media sin mucha idea de peleas. “Seguramente él le daría una bofetada”, dijo Hugh sobre su personaje cuando planteaban la escena a su directora. A lo que Colin respondió: “Yo le daría una patada de una manera muy intelectual”, recogía la revista Entertainment Weekly en las palabras de ambos.
Maguire vio tanta efusividad y creatividad en Colin y Hugh, que les dejó hacer lo que les diera la gana. Sabía que de ahí saldría una algo original de lo que se hablaría mucho y nos reiríamos más. “La grabamos en varias escenas de acción, pero lo más gracioso era verles abodeteándose el uno al otro”, comentó Maguire a EW. “En realidad es una comedia de humillación”, bromeó. Todo fue diseñado por ellos, las caídas, los golpes cursis, las patadas sin fuerza... Lo único que sí necesitó de un doble fue el impacto de ambos sobre el cristal del restaurante casi al final.
Dos décadas después, Colin seguía recordando este baile de golpes absurdo con una gran sonrisa. “Generalmente siempre te dicen lo que no puedes hacer, pues las peleas son siempre coreografiadas. Pero nosotros pensamos, en realidad estábamos interpretando a una par de yuppies cobardes, enfadados y atemorizados. ¿Cómo narices íbamos a saber pelear?” La última vez que estos dos personajes se pelearon seguramente fue cuanto tenían 7 años en el patio de la escuela, así que esta pelea tenía que verse exactamente igual. Y al final, ¡así mismo fue!”, reconoció a Yahoo Entertainment en 2021. A su lado tenían un doble experto en este tipo de puestas en escena que no pudo aportar demasiado. "Se veía muy profesional, muy macho y con un trasero muy musculado", añadió Firth en esta entrevista con gran sentido del humor.
El broche de oro en esta escena fue el tema musical elegido para la ocasión: It’s rainning men. El ritmo de la canción de The Weather Girls, ayudó a ensalzar el momento y hacerlo más cómico, incluso absurdo. Tal fue el impacto en su primera entrega, que Beeban Kidron, la directora de la segunda parte, Bridget Jones: Al borde de la razón (2004), quiso hacer una secuela en este nuevo episodio. Aunque no fue tan original como en la primera por aquello de la novedad, igualmente fue un ingrediente muy acertado.
Sería la segunda y última pelea de Mark y Daniel. Y no porque no hubiera una tercera entrega, que sí la hubo, Bridget Jones’ Baby (2016), sino porque Grant declinó formar parte de esta nueva parte. Aunque inicialmente su personaje estaba en la nueva aventura, finalmente decidió no hacerla por no “poder hacer funcionar el personaje dentro de la historia”, admitió a Deadline. “Los volví locos por un año. Estaba que si sí, que si no, y al final les dije: ‘no veo que encaje’”, reconoció a esta publicación. A pesar de su ausencia, y la de una tercera pelea, la cinta volvió a liderar en taquilla superando los $211 millones de recaudación en el mundo. El bajón con respecto a la primera ($281 millones) y la segunda ($265 millones) fue notable, pero no detuvo los rumores de posible continuación. (Cifras de Box Office Mojo). Según confirmó la autora de las novelas a Radio Times en octubre de 2022, estaría trabajando en una cuarta película.
Independientemente de las entregas que haya en esta saga y los cambios en ella, el momento-pelea ya es un clásico en nuestras retinas. Sin necesidad de grandes poses ni armas sicodélicas, solo a base de patadas, cachetadas y golpes ridículos, Colin y Hugh lograron regalar al séptimo arte uno de sus instantes más graciosos y absurdos. De esos que da igual las veces que los veas, siempre te robarán una carcajada.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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