'Invasión secreta' y Marvel abren una puerta que deberían haber mantenido cerrada

ATENCIÓN: este artículo contiene spoilers del final de Invasión secreta

Emilia Clarke as G'iah in Marvel Studios' SECRET INVASION, exclusively on Disney+. Photo by Des Willie. © 2023 MARVEL.
Emilia Clarke as G'iah in Marvel Studios' SECRET INVASION, exclusively on Disney+. Photo by Des Willie. © 2023 MARVEL.

Marvel parece estar más perdida que nunca. Kevin Feige tendrá sus planes de expansión y unificación a largo plazo, sin embargo, las puertas que están abriendo entre series y películas no terminan de cuajar. No como lo hicieron con las fases anteriores, tramando hilos narrativos que fueron atando y construyendo hasta el gran final de Avengers: Endgame. Y esta sensación la terminó de confirmar el final de Invasión secreta con una revelación que, si usamos la lógica, cambiaría todo el UCM tal y como lo conocemos.

Si bien la serie de seis episodios nos ayudó a comprender muchos aspectos de la personalidad, presión y carga emocional que escondía Nick Fury (Samuel L. Jackson), revelando su estrecha relación con los Skrulls (alienígenas refugiados en la Tierra disfrazados de humanos) y sus promesas no cumplidas de encontrarles un nuevo hogar mientras los utilizaba como ‘minions’ a su antojo, también creó una narrativa nueva que no termino de encajar del todo.

Y esa narrativa la protagoniza Emilia Clarke. La estrella de Juego de Tronos debuta en el Universo Cinematográfico de Marvel interpretando a G’iah, la hija skrull de Talos (Ben Mendelsohn), el líder original de la raza extraterrestre y aliado de Fury. Al principio la conocemos en su faceta rebelde, rechazando el mensaje de paz que mantiene su padre y acercándose al malvado Gravik (Kingsley Ben-Adir), el nuevo líder skrull que pretende erradicar a la raza humana y apoderarse del planeta. Y así, a lo largo de cinco episodios, la serie nos hace testigos de dramas, revelaciones y momentos terroristas (con alegorías oscuras sobre la inmigración ilegal que deberíamos discutir largo y tendido) que, sin dudas, no nos prepararon para las sorpresas que guardaba el desenlace.

Veamos. La serie revela que Nick Fury actuó a espaldas de los Vengadores y después de la Batalla por la Tierra -esa que nos erizó a piel en Endgame- envió a un grupo de skrulls a recolectar sangre de los superhéroes vertida en la contienda. Es decir, queel estratega del parche posee el ADN super poderoso de Thor, Capitana Marvel, Hulk, etc. Todos juntitos en un frasquito. Se supone que nadie sabe de su existencia, ni siquiera los propios superhéroes a quienes Fury les habría robado su esencia superheroica sin decirles nada (un acto de traición que la serie pasa por arriba sin profundizar como debería). Solo Fury y los skrulls que hicieron la recolección, donde se encontraba un joven Gravik antes de convertirse en ambicioso líder terrorista. Así las cosas, Gravik quiere el compuesto para convertirse en un ‘Super-Skrull’ usando una máquina creada para ello.

Fury le entrega el compuesto y Gravik lo utiliza adquiriendo superpoderes de algunos de los héroes y villanos del UCM. Lo que no sabía era que el Fury que tiene delante era G’iah haciéndose pasar por el agente y, como estaba dentro de la máquina, ha absorbido poderes también.

Y así se enfrentan en una batalla final donde G’iah sale airosa después de manifestar la mano de Hulk, el brazo de Drax, la mente de Mantis… Una mejunje camaleónico que me hizo reír más que otra cosa. Sin embargo, esto supone un problema para el UCM que expande la confusión que estamos viviendo entre tantas tramas abiertas, personajes olvidados en el tintero y un rumbo ‘multiverso’ que no sabemos hacia dónde pretenden dirigirlo.

Y es que si ahora G’iah tiene los poderes de cada superhéroe que luchó en Endgame, ¿entonces es la superheroína más poderosa del Universo Cinematográfico de Marvel? ¿Nos quieren decir que no existe rival que pueda detenerla? ¿Qué todos los superhéroes pasan a ser obsoletos y minúsculos a su lado?

Si es así ¿cómo no lo presentan en una película-evento en lugar de la serie peor recibida del universo? Porque Invasión secreta no solo no convenció a la crítica como lo hicieron el resto de series, sino que posee un desaprobado del público del 59% en RottenTomatoes, del 6.3/10 en IMDB y del 4.1 en Metacritic.

Es cierto que la serie se encarga de marcar el rumbo de G’iah al cerrar un acuerdo secreto con la poderosa Sonya Falsworth (el único personaje que encandila en esta serie gracias al trabajo de Olivia Colman), autoproclamándose las responsables de volver a poner el mundo en orden desde las sombras. Sin embargo, por mucho que trabaje en secreto, me cuesta imaginar que sus poderes y habilidades no vayan a circular por el mundo superheroico. O que nosotros, los espectadores, tengamos que creernos el resto de aventuras de otros personajes sabiendo que existe una heroína capaz de salir victoriosa en todo.

Porque estamos hablando de un personaje que ahora tiene los poderes de todos los superhéroes de Marvel, incluida Carol Danvers o Capitana Marvel que, supuestamente, nos habían vendido como la más poderosa del grupo.

Sinceramente, no puedo evitar recibir esta revelación con pinzas. Porque si ahora sabemos que existe una heroína capaz de derrotarlos y vencerlos a todos, entonces ¿qué sentido tienen el resto de historias, personajes y misiones? Lo peor de todo esto es que se trata de una revelación enorme que parecen haber descuidado tanto como a la muerte de Talos (todavía no doy crédito al menosprecio que le dieron a Ben Mendelsohn) y que nos lleva a vivirla con un desgano que Marvel no nos había hecho sentir desde el inicio de la Fase 1.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Emilia Clarke no volverá a decolorarse nunca más el cabello

Henry Cavill se despide de ‘The Witcher’ dejando claro el problema que tendrá su reemplazo

Por qué Marvel no se equivocó al usar IA en la polémica intro de ‘Invasión secreta’

Chris Hemsworth abre la veda de poner a Marvel contra las cuerdas