La isla de las tentaciones: el rol de Flor Peña y Benjamín Vicuña y por qué creen que la libertad les sale “por los poros”

Flore Peña y Benjamín Vicuña, los conductores de La isla de las tentaciones
Flore Peña y Benjamín Vicuña, los conductores de La isla de las tentaciones

Desde una escenografía que evoca las paradisíacas playas mexicanas donde se filmó el programa, Florencia Peña y Benjamín Vicuña se sientan frente a una fogata, rodeados de arena blanca y bajo el cielo azul de una noche caribeña. Vestidos para la ocasión, en pleno invierno porteño, desde la majestuosa mansión del Four Seasons, en Retiro, la dupla comparte su experiencia al frente de la conducción de la primera temporada de La isla de las tentaciones en la versión para Argentina y Chile, el nuevo reality que se estrenará el viernes 9 de agosto en Prime Video.

Flor Peña y Benjamín Vicuña son los presentadores de La isla de las tentaciones, con participantes de Argentina y Chile; el reality se filmó en el caribe mexicano en octubre del año pasado, con contenido no apto para todo público
Flor Peña y Benjamín Vicuña son los presentadores de La isla de las tentaciones, con participantes de Argentina y Chile; el reality se filmó en el caribe mexicano en octubre del año pasado, con contenido no apto para todo público - Créditos: @Raul Carmona

En un ping-pong de preguntas y respuestas, los actores dan sus puntos de vista, con mucho humor, sobre los temas más sensibles del amor, la pareja, la libertad y la monogamia. Flor Peña lleva la batuta de la charla y ablanda a Benjamín Vicuña, que se pone serio para hablar con LA NACIÓN. La química de la dupla, que en 2022 compartió pantalla en el film Miénteme, es evidente.

“Esto es una guerra fría o una guerra caliente, como quieran decirle”, dijo el actor chileno al presentar el show
“Esto es una guerra fría o una guerra caliente, como quieran decirle”, dijo el actor chileno al presentar el show

La isla de las tentaciones se convirtió en un fenómeno global que generó debates sobre el amor, la lealtad y las relaciones modernas. Esta vez, cuatro parejas, de la Argentina y de Chile, se separan al llegar a la “isla” -una locación en la península de Yucatán, México-y deberán convivir con solteros y solteras dispuestos a seducirlos, poniendo a prueba la solidez de sus relaciones. A lo largo de la primera temporada, los participantes deben decidir si desean continuar con sus parejas actuales o sucumbir a las nuevas tentaciones y experiencias que la isla les ofrece.

–Los presentaron como los hosts más tentadores, ¿tienen idea por qué los convocaron?

Benjamín Vicuña: – Fue un llamado del más allá. Hablando en serio, primero por una cuestión territorial. Se hizo la versión para Brasil, para México. Y ahora es para Chile y Argentina. De alguna manera, representamos los dos territorios. Pero también porque estamos dispuestos como actores a jugar y ser parte de este show.

Flor Peña: –Fue muy raro el llamado... Ahora voy a decir la verdad, a Benja lo llamaron porque él es ícono en Chile, no sé si de la tentación, pero...

–”Házte la fama...”, dice el dicho...

Benjamín Vicuña: –En verdad, hice un personaje que se llama “Piruja”, en Pecadores, una novela en Chile, que era un sacerdote que vivía el amor prohibido y creo que por eso empezaron los chistes.

Flor Peña: –Te tomó el personaje [le dice a Vicuña]. Creo que porque ambos somos así. No quiero meterme en tu terreno [vuelve a dirigir con picardía su mirada al actor].

Benjamín Vicuña: –Habla por ti [le responde él siguiendo el juego].

Flor Peña: –Creo que hay algo de la libertad que sale por los poros, por no decir que somos los piratas. Yo soy la pirata de Argentina y él es el pirata de Chile .

–¿Cómo definen el concepto de amor libre?

Flor Peña: – En el amor libre la regla de oro es que las reglas se cumplan. Es loco porque, por ejemplo, mi hijo más grande me dijo: “Ay mamá, si no fueras tan libre... Si no nos hubieras criado con tanta libertad, me estarías diciendo ahora qué carrera seguir y yo no estaría en este quilombo”. Después encontró lo que quería. La libertad conlleva una responsabilidad y la realidad es que a veces hay más cargas en la libertad que en una imposición. Porque la cosa impuesta pone reglas estrictas. En cambio, cuando decís: “Sé libre, hacé lo que quieras”, ahí necesitás encontrar que eso encaje y no lastime. No importa cuál es el contrato que tenés con tu pareja, el punto es tratar de no herir al otro. Y me parece que esa es una regla que cumplir.

"Cada pareja maneja las reglas y la confianza a su manera", reflexiona Benjamín Vicuña
"Cada pareja maneja las reglas y la confianza a su manera", reflexiona Benjamín Vicuña

–¿Cuál es el papel de la confianza en una relación?

Florencia Peña: – La confianza es que eso que se propuso se va a cumplir. Hay infinitas maneras de confiar, tantas como contratos existan en las parejas. ¿Vos qué pensás, Benjamín?

Benjamín Vicuña: –Claro, la confianza es fundamental, pero cada pareja lo maneja a su manera. La idea del programa es mostrar que no existe una fórmula, sino que muestra a través de diferentes personajes con diferentes concepciones y formas de vivir el amor: desde el amor libre al amor convencional, pasando por todos sus matices. Muchas de las parejas llegaban hablando del amor libre y veíamos cómo se estrellaban con la realidad. Y luego venía la venganza y los celos y otras cuestiones súper básicas. Por momentos uno piensa: “Esto es muy antiguo”, pero somos humanos, en algunas cosas evolucionamos y en otras seguimos manteniendo un estatus súper conservador.

–¿Cómo manejan el concepto de fidelidad, es física o emocional?

Flor Peña: –Para mí la peor es la infidelidad emocional. Pensar que mi compañero, con alguien con quien elegiste vivir tu vida, que a veces tenés hijos o compartís ese lugar, tiene una contundencia y una profundidad que no la tiene una relación sexual casual. Para mí es así, pero depende de cada pareja también. Hay mujeres y hombres que nunca perdonarían una infidelidad. A mí, a esta altura del partido, me parece una estupidez.

Benjamín Vicuña: –Si bien el formato del reality es de entretenimiento puro y duro, también tiene muchas otras capas. Nosotros mismos nos dábamos cuenta de que estábamos inmersos en algo más profundo que un show de TV. Es interesante ver que las parejas entran con una idea y al ponerse a prueba surgen historias sorprendentes. Sus experiencias nos llevan a replantearnos el lugar que le damos al sexo, a la fidelidad, al amor y al dolor que pueden causar . Luego cada uno saca sus conclusiones. La realidad supera a la ficción.

"Intentamos siempre acompañar a los participantes sin juzgarlos. Tender un puente, que nos sintieran cercanos, que supieran que podían contar con nosotros", afirma Flor Peña
"Intentamos siempre acompañar a los participantes sin juzgarlos. Tender un puente, que nos sintieran cercanos, que supieran que podían contar con nosotros", afirma Flor Peña

–¿Hay un límite entre el entretenimiento y los sentimientos que enfrentaban los participantes?

Flor Peña: – Intentamos siempre acompañarlos, sin juzgarlos. Tender un puente, que nos sintieran cercanos, que supieran que podían contar con nosotros. Por momentos realmente los participantes la pasaban muy mal, no hacían pie porque habían llegado con tantas estructuras y con tantas certezas, que cuando eso se les desmoronaba no tenían de dónde agarrarse. Entonces nos tenían a nosotros. Cuando entrábamos a la casa de las chicas o de los chicos, sentíamos las voces de alivio cuando nos veían: “¡Flor!, ¡Benja! Necesitábamos conversar de algunas cosas”. Sonaban las alarmas [en el juego suena una sirena de alerta cuando hay algún tipo de intimidad en la otra casa].

Benjamín Vicuña: –Es un formato difícil, muchos se preguntarán: “¿Quién puede? ¿Quién tiene el estómago o el cuerpo de querer meterse ahí?”. Pero yo también empatizo con las ganas, la locura y la juventud. Algunos nos contaban que se coparon y dijeron: “Nos metemos”. Algunos estaban arrepentidísimos; otros pudieron validar su amor y hasta hubo quienes encontraron pareja con la que hoy rehicieron su vida . Parte del formato son los primeros ocho capítulos, en la isla; luego un capítulo final que pasa varios meses después, donde hacemos un recuento de qué pasó con sus vidas y es súper interesante.

–Si no fueran famosos, ¿se meterían en un experimento así?

Flor Peña: –Yo ahora que lo viví como host te diría que es un formato en el que hay que tener coraje para meterse . Creo que los que entran al formato de verdad entran con la convicción de que es una boludez y que lo van a atravesar fácil. Tanto que te convencen a vos.

Benjamín Vicuña: – Individualmente creo que no, pero insisto, empatizo o me pongo en el lugar de esas personas, de lo que les pasó a estos chicos. Estaban en pareja y dijeron: “¿Y por qué no?”. Aparentemente es menos terrible de lo que se ve desde afuera.