El problema tortuoso de Jim Carrey para el que necesitó ayuda de la CIA

El actor comparó el rodaje de la película con “ser enterrado vivo todos los días"

Jim Carrey lo pasó tan mal en el rodaje de 'El Grinch' que llegó a tomar medidas extremas. (Foto de Universal/Getty Images)
Jim Carrey lo pasó tan mal en el rodaje de 'El Grinch' que llegó a tomar medidas extremas. (Foto de Universal/Getty Images)

Jim Carrey se convirtió en un icono de las navidades gracias a El Grinch, el clásico familiar del 2000 dirigido por Ron Howard donde interpretó a esta gruñona criatura que quería acabar con fechas mágicas. El actor de The Truman Show recurrió a su estilo cómico excéntrico y consiguió que su versión del villano navideño por excelencia fuera un éxito en taquilla y quedara grabado en la memoria colectiva, sin embargo, posiblemente se trata de uno de los trabajos que más sufrimiento le produjo.

Además de por la habilidad interpretativa de Carrey, una de las razones por las que este Grinch sorprendió la encontramos en el sobresaliente trabajo artístico tras su caracterización. El aspecto verdoso y peludo del actor, tan extravagante como espeluznante, es posiblemente uno de los más elaborados que hemos visto en el cine fantástico. De hecho, le valió a la película el Óscar al Mejor Maquillaje. Pero un acabado tan perfecto puede tener su lado negativo.

En una entrevista con Graham Norton en 2021, el actor confesó que pasar tantas horas en la sala de maquillaje y los muchos utensilios que debió portar, como lentes de contacto o prótesis, fue una completa tortura, comparando el rodaje de El Grinch con “ser enterrado vivo todos los días".

“El primer día fueron ocho horas y media de maquillaje, volví a mi camioneta, atravesé la pared con mi pierna y le dije a Ron Howard que no podía hacer la película”, recordaba el actor, que tuvo que soportar esta rutina hasta 100 veces a lo largo de la grabación del film.

UNA TORTURA QUE LLEVÓ A INVOLUCRAR A LA CIA

A veces se suele decir que el fin justifica los medios, pero este no fue el caso, porque la incomodidad que sentía Carrey llegó retrasar la producción de la película e incluso le despertó tal mal humor que acabó perjudicando al resto del equipo.

“Una vez que estábamos en el set, él era muy malo con todos”, confesaba Kazuhiro Tsuji, responsable de maquillaje de El Grinch, en una intervención con Vulture. “Después de dos semanas, solo habíamos completado el calendario de rodaje de dos días, porque de repente desaparecía y cuando regresaba lo hacía con toda su caracterización destrozada. No podíamos grabar nada”.

Ron Howard, el director de la película, contó para el canal de Youtube de Graham Bensinger que Carrey sufrió ataques de pánico y necesitó respirar en bolsas de papel entre tomas para calmarse. Consciente de la situación, trató de buscar una solución para que el actor estuviera cómodo y la producción de El Grinch no se viera perjudicada, como el caracterizarse él mismo como el personaje. "Fue terrible. Me picaba. Y ni siquiera tuve que usar lentes de contacto, lo que empeoró las cosas", dijo sobre la experiencia.

Pero nada de esto sirvió, y Jim Carrey, siguiendo los consejos del equipo del film, recurrió a una medida desesperada que llevó a la mismísima CIA, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, a participar en el rodaje de El Grinch. Debido a que consideraba que los agentes de esta organización estaban bien entrenados para “soportar la tortura”, decidió contratar a uno de sus entrenadores para que le ayudara a aguantar el sufrimiento que le producía el vestirse como el villano navideño. Como lo están leyendo.

Taylor Momsen y Jim Carrey creando un clásico como 'El Grinch'. (Foto de Universal/Getty Images)
Taylor Momsen y Jim Carrey creando un clásico como 'El Grinch'. (Foto de Universal/Getty Images)

Como bien contó a Graham Norton, este le dio numerosos consejos y le pidió hacer acciones fuera de norma para no desesperarse, entre las que se encontraban darse golpes a sí mismo u actos perjudiciales para la salud como el fumar sin parar.

"Él dijo: ‘Come todo lo que veas. Y si te estás volviendo loco y empiezas a caer en una espiral decadente, enciende la televisión, cambia tu rutina, haz que alguien que conozcas venga y te golpee en la cabeza, date un puñetazo o fuma. Fuma tanto como puedas’. Así que yo era este Grinch que se sentaba y fumaba”, destacaba Carrey, que necesitó de una boquilla de pipa enorme para que el pelo falso de su maquillaje no se quemara. “Yo pensaba: ‘es por los niños’", matizaba entre risas.

Desde luego, es insólito que una película familiar tenga detrás una historia de este calado, porque, por muy irreverente que sea este villano navideño, nadie al ver El Grinch hubiera imaginado semejante situación tras las cámaras con la CIA implicada, un maquillaje que produce sufrimiento extremo o Jim Carrey autotorturándose para sobrevivir a las grabaciones.

Afortunadamente, se consiguió que la producción llegara a buen puerto y que este trabajo de caracterización tan laborioso fuera recompensado con un premio Óscar. Al final, no hay mal que por bien no venga.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VÍDEO

Jim Carrey anuncia su retiro de la actuación para pasar tiempo con su familia

Taylor Momsen, la solitaria estrella roquera de 'Gossip Girl'

La película nominada al Óscar de Leonardo DiCaprio que frustró un proyecto único para Jim Carrey

Marvel llevó a Mark Ruffalo a traicionar la virtud por la que marca la diferencia en Hollywood