'Oppenheimer' deja entrever el gran problema que tienen las obras maestras del cine moderno

Christopher Nolan pone sobre la mesa un problema real que tienen los amantes del séptimo arte

Cillian Murphy en 'Oppenheimer' de Christopher Nolan (Foto: © Universal Pictures. All Rights Reserved)
Cillian Murphy en 'Oppenheimer' de Christopher Nolan (Foto: © Universal Pictures. All Rights Reserved)

Próximamente podremos disfrutar de Oppenheimer en nuestras casas, sin embargo, todavía tardará en llegar a alguna plataforma de streaming. Aunque se podrá comprar y alquilar en formato digital a partir del 21 de noviembre, el director Christopher Nolan ha optado por priorizar la edición doméstica en Blu-Ray por encima de otros formatos, la que considera la mejor forma de disfrutar de su obra en las pantallas de nuestros hogares. Ya no solo por los contenidos extra o la mayor calidad de imagen frente a la compresión de las plataformas, sino también por las ventajas en accesibilidad y conservación que aporta frente a la volatilidad de los catálogos online. Y solo hay que ver las duras palabras que le acaba de dedicar al streaming.

En un evento de presentación del Blu-Ray de Oppenheimer en Los Ángeles, Nolan ha indicado que ha invertido mucho tiempo para que la película llegue a nuestros televisores en las mejores condiciones. Aunque sea casi imposible replicar las virtudes del cine en nuestros salones o habitaciones, con el Blu-Ray ha intentado que se conserve el paisaje sonoro o el formato de imagen que pudimos disfrutar en las salas hace unos meses, tratando así de motivar al público a hacerse con una edición física y no depender de las decisiones de transmisión de las plataformas.

“Obviamente 'Oppenheimer' ha sido un gran viaje para nosotros y ahora es el momento de lanzar una versión casera de la película. He estado trabajando muy duro en ello durante meses”, dijo Nolan (a través de Variety). "Soy conocido por mi amor por las salas de cine y dediqué toda mi vida a ello, pero la verdad es que la forma en que se ve la película en casa es igualmente importante", declaraba el director.

"Batman: El caballero de la noche fue una de las primeras películas en las que hicimos un formato especial para su lanzamiento en Blu-ray, porque era una nueva versión en ese momento", continuaba. “En el caso de Oppenheimer, pusimos mucho cuidado y atención en la versión Blu-ray y tratamos de traducir la fotografía y el sonido, llevándolos al ámbito digital con una versión que puedes comprar y poseer en casa y guardarla en una estantería para que ninguna plataforma de streaming malvada pueda robártela”.

UNA DECISIÓN QUE REFLEJA LAS CARENCIAS DEL STREAMING

El rechazo de Nolan ya quedó claro en su enfrentamiento con Warner Bros, cuando en medio de la pandemia de COVID-19 el estudio dio la espalda a los cines y estrenó toda su producción de 2021 en HBO Max y el director mostró su rechazo rompiendo su relación con la compañía, trasladándose a Universal para realizar Oppenheimer. Por ello, no extrañan estas afirmaciones sobre los servicios de transmisión, además, por fuertes que puedan sonar, es difícil negar que no le falta razón.

En la actualidad, parece claro que hay un problema serio respecto al acceso a determinadas películas. Mientras que con una edición en DVD o Blu-Ray somos nosotros quienes poseemos la copia y podemos disfrutar de ella para la posteridad, con el streaming estamos subyugados a los contratos y decisiones empresariales de cada plataforma. No podemos ver un título cuando queramos, ya que dependemos de que Netflix, Prime Video, HBO o Disney+ o cualquier otro operador la disponga en sus catálogos.

Además, la disponibilidad es cada vez más volátil, puesto que ya hemos visto que empresas como Disney o Warner han tomado decisiones tan extremas como borrar para siempre cintas o series para desgravarse impuestos, entre los que se incluyen títulos tan potentes como la secuela de un clásico como Willow. No sería un problema si ambos modelos convivieran, pero los estudios nos han empujado tanto al mercado del streaming que el formato físico está prácticamente desaparecido, con películas que no son editadas y muchas otras descatalogadas. De hecho, salvo por los lectores de discos de las videoconsolas que ofrecen el visionado de DVDs y Blu-Rays, es incluso difícial encontrar un aparato reproductor para disfrutar películas, porque ni las computadoras actuales los ofrecen.

En consecuencia, nos encontramos ante un panorama de difícil acceso legal a determinados títulos, entre los que perfectamente pueden encontrarse grandes obras del cine que por cuestiones contractuales o empresariales podrían estar fuera de cualquier plataforma. Además, por muchas ventajas que aporte el streaming, este mimo que ejemplifica Christopher Nolan grabando en el Blu-Ray su película en condiciones 100% óptimas y aportando jugosos extras, es difícil de encontrar fuera del formato físico.

Por ejemplo, recientemente, cuando quise volver a ver Cruzada de Ridley Scott, en plataformas solo estaba disponible el montaje mutilado de dos horas y media que se estrenó en cines, no el original de tres horas del director que fue incluido en las ediciones domésticas en DVD y Blu-Ray, el cual creo que es imposible encontrar en servicios de transmisión. Si a eso le sumamos que la calidad de imagen se resiente por la compresión que trae consigo el ancho de banda de internet, es innegable que en cuanto a preservación, acceso y características, el streaming aun tiene demasiadas lagunas frente al formato físico.

Lo peor es que en estos tiempos donde predomina el consumo rápido y la avalancha de contenidos ni siquiera somos conscientes de estos detalles. Nos limitamos a ver las novedades y recomendaciones del algoritmo y no prestamos atención a títulos que desaparecen, a la pérdida de calidad y ni siquiera echamos de menos las características especiales que disfrutábamos antaño, como extras jugosos o versiones alternativas que enriquecían la experiencia. Al final, cuando nos damos cuenta, nos percatamos de que muchas películas no están, que no podemos disfrutar de grandes obras maestras y que la experiencia audiovisual se ve devaluada. Y, aunque Nolan y Oppenheimer suponen una excepción, parece un problema de difícil solución.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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