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Julianne Moore y la elegancia de dejar en evidencia la cara absurda de Hollywood

NEW YORK, NEW YORK - NOVEMBER 28: Julianne Moore attends the 2022 Gotham Awards sponsored by FIJI Water and JUSTIN Vineyards & Winery at Cipriani Wall Street on November 28, 2022 in New York City. (Photo by Mike Coppola/Getty Images for The Gotham Film & Media Institute)
NUEVA YORK, NUEVA YORK - 28 DE NOVIEMBRE: Julianne Moore asiste a los Premios Gotham 2022 patrocinados por FIJI Water y JUSTIN Vineyards & Winery en Cipriani Wall Street el 28 de noviembre de 2022 en la ciudad de Nueva York. (Foto de Mike Coppola/Getty Images para The Gotham Film & Media Institute)

Hollywood siempre fue símbolo de belleza y glamur. Una imagen perpetuada por los focos y brillos de su negocio gracias a la idolatría que genera el pedestal gestado para elevar a sus estrellas a la inmortalidad del celuloide. Una perfección idealizada que siempre estuvo asociada a la belleza. Sin embargo, la belleza es subjetiva. La atracción también. Nadie puede decirme que lo que para mí es hermoso no cuenta. Ni a ti tampoco. Y aun así muchas actrices tuvieron que vivir la humillación y presión de ser reducidas a un medidor de belleza invisible. Desde las más jóvenes a las que superan los 40. Un medidor que durante muchos años se tomó la libertad de señalar si tenían valía para estar en Hollywood o no. Y Julianne Moore es la última estrella en desvelar su experiencia bajo este medidor, y lo hace dando una bofetada elegante a su industria.

Intenta parecer más bonita” le dijo una figura de la industria en una ocasión. Así lo reveló Julianne Moore a The Times of London (vía Variety), aunque no explica quién o qué posición tenía dicha persona en Hollywood, definiéndola como “alguien en la industria del cine”. Ante una petición tan absurda, ella simplemente respondió “No sé si puedo”.

Sin embargo, en lugar de arremeter contra Hollywood dando detalles, nombres y haciendo un alegato al evidente ridículo de aquella petición, la actriz ganadora del Oscar se limitó a exponer lo sucedido con elegancia, recordando algo tan evidente como que la belleza es subjetiva. Obviamente, el nuestro es un negocio donde hay cierto aspecto físico involucrado, pero la belleza y lo bonito son subjetivos”. Y así es. Porque más allá del conocido “golden ratio”, esa técnica matemática que mide la belleza desde un punto de vista biológico y de proporciones, la verdad es que la noción de hermosura depende de la visión de cada uno. Lo que a nuestra mente y corazón le produzca cuando vemos algo o alguien que nos parezca bello.

Teniendo cuenta que Julianne Moore no se calla a la hora de aplaudir la belleza natural (lo demuestra constantemente en su Instagram) y expuso varias veces el edadismo que existe sobre las actrices mayores de 40, me atrevería a sugerir que vivió este momento cuando era más joven. Cuando todavía no era la actriz consagrada de la actualidad, con una filmografía que tapa la boca a cualquiera que quiera medir su talento por algo tan personal como la belleza. Porque imagina que alguien te pide que intentes parecer “más bonita o bonito”. ¿Qué harías? ¿Cómo “actúas” o “aparentas” tener más atractivo? Me parece ridículo.

Sus palabras me recordaron a un vídeo de hace cuatro años que la cadena BBC lanzó en pleno auge del movimiento #MeToo. Se trataba de una parodia a las exigencias absurdas del negocio, esas que definen la frivolización y mirada misógina que la industria tuvo durante décadas sobre roles femeninos. Gemma Arterton, Catherine Tate y Anthony Welsh interpretaban a responsables de un casting que solo buscan la belleza superficial de una mujer protagonista, mientras estrellas como Gemma Chan, Emilia Clarke, Lena Headey, Felicity Jones, Katie Leung, Stacy Martin, Wunmi Mosaku y Florence Pugh pasan por la audición con talento de sobra, pero nada es suficiente. Porque a pesar de tratarse de una escena dramática, esos agentes quieren que “no lloren feo, sino sensual”, que se quiten la ropa, “que ’interpreten’ ser más delgadas”. “No es ciencia espacial, solo te pedimos que seas delgada pero con curvas, sexy e inocente” le dicen a Florence Pugh. Y, al final, la humillación se palpa a la legua. Machismo, racismo, edadismo… todo en uno. Y solo para que entonces Tom Hiddleston se lleve el papel, siendo hombre.

A Moore, que cumplió 62 años el pasado mes de diciembre, no le hace falta entrar en el juego de la superficialidad como actriz. A lo largo de su carrera supo cautivarnos desde diferentes ángulos, pero siempre tocándonos el corazón. Desde la soledad de su personaje en Un hombre soltero al dolor que arrastra su papel de madre, esposa, mujer y profesional enfrentándose al cruel deterioro del alzhéimer en Siempre Alice. A la emoción que nos contagió con la despedida al amor y la vida en Freeheld, un amor incondicional, y tantos trabajos más. Sea el papel que sea, dejó claro que su talento es inconmensurable y que nada tiene que ver con la belleza exterior. Lo hizo tanto con el rostro fresco de la juventud, como con la naturalidad de alguien que permite que el paso del tiempo deje huella en la piel.

Además, a Julianne no le causa nada de gracia cuando se asocia el envejecimiento con la belleza. Ya dijo a As if magazine (vía Yahoo Entertainment) en 2021 que le parece “totalmente sexista” que se hable de una mujer que luce atractiva a pesar de las arrugas como alguien que “envejece elegantemente”. "Hay tanto juicio inherente en el término 'envejecer con gracia'". Y se preguntó -con toda la razón-, "¿Hay una forma desagradable de envejecer? No tenemos opción, por supuesto. Nadie tiene opción sobre el envejecimiento, por lo que no es algo positivo o negativo, simplemente lo es", continuó. “Es parte de la condición humana así que ¿por qué estamos siempre hablando de ello como si fuera algo sobre lo que tenemos control?” Para ella, como dijo a The Sunday Times, envejecer es un privilegio.

Y por más que los guiones de Hollywood describan a los personajes que le envían como “alguien que está envejeciendo” (lo reveló a InStyle hace ya cinco años), para ella es importante “estar presente donde estés” en la vida. Al final, ella no dejó que aquel comentario pidiéndole aparentar ser más bonita le arruinara sus metas, sueños y autoestima. Siguió adelante y buscó su camino. Es más, muchas veces cuando encuentro alguna declaración de una actriz criticando la falta de papeles interesantes para mujeres pasados los 40, recuerdo uno de los consejos que Julianne Moore dejó en 2013 a DuJour (vía Women and Hollywood). “Los buenos papeles, los realmente interesantes, son difíciles para cualquiera de encontrar a cualquier edad, porque este negocio no está definido de manera que se trate de encontrar papeles grandiosos para actores y actrices. Los grandes estudios están buscando un gran producto que puedan vender globalmente. Así que no puedo sentarme aquí y quejarme de la industria porque pienso que hay cosas interesantes ahí fuera, y no es el trabajo de nadie encontrarlo por mí, sino el mío. Siempre eres responsable de intentar descifrar qué quieres hacer con tu propio carrera”.

Y así lo hizo. Descifró su carrera creando una filmografía extraordinaria. Ellas y muchas más. Porque así como Julianne Moore no dejó que algo tan absurdo como pedir belleza creara dudas en sí misma, otras figuras como Viola Davis (57) tuvieron que hacer el mismo trabajo de mirar hacia adentro y no dejar que las opiniones externas se convirtieran en piedras en el camino. Por ejemplo, cuando un periodista de The New York Times le sugirió que era “menos clásicamente bella” que sus compañeras de Hollywood, la actriz contestó que no volvería a permitir que ese tipo de comentarios la “borraran” como habría hecho cuando era más joven. “He oído esa declaración toda mi vida. Siendo una mujer negra de piel oscura, lo escuchas desde que sales del útero. Clásicamente no hermoso es un término elegante para decir feo y denunciarte, borrándote. Funcionó cuando era más joven, ahora ya no” dijo a The View (vía Elle).

A Winona Ryder (51) un director de casting le dijo, en medio de una audición, que no debería ser actriz porque “no eres lo suficientemente bonita. Deberías volver de dónde seas y regresar al colegio. No lo tienes”. (Interview Magazine). Reese Witherspoon (46), que ahora también es una de las productoras más prolíficas de Hollywood, también vivió el rechazo de la mirada superficial. “Tienes que estar centrada y ser dura porque requiere de una personalidad tenaz para lidiar con el rechazo. Cuando llegué (a Los Angeles) todo lo que escuchaba era ‘No, no es correcta, no es lo suficientemente alta, bonita, inteligente. Pero no me importaron las opiniones. Soy testaruda” (You Magazine, vía Daily Mail). Jessica Chastain (45), Meryl Streep (73) y, el caso más conocido, Kate Winslet (47), son otras de las grandes actrices de Hollywood que tuvieron que soportar la misma definición por encima de sus sueños, entrega, compromiso, profesionalidad y valía.

Pero nada las detuvo. Ni las detiene ahora.

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