Katie Holmes se reinventa muy lejos del frenesí mediático que vivió con Tom Cruise
Katie Holmes está viviendo una verdadera reinvención artística. La actriz y directora (¡sorpresa!) que colmó titulares, portadas de revista y búsquedas de Internet hace poco más de una década a raíz de su matrimonio mediático con Tom Cruise, parece haber encontrado otras vías para seguir explorando su faceta profesional. Porque esta mujer que dejó huella en el imaginario colectivo con 18 años a través de una serie tan popular como Dawson’s creek, acaba de dirigir su tercer largometraje mientras expande su currículo teatral con una nueva obra. Lejos de Hollywood, los blockbusteres y las coloridas marquesinas de Broadway.
Porque esta actriz que llevamos casi dos décadas sin ver en un blockbuster -Batman inicia fue el último- lleva siete años desarrollando su tercera película. Se trata de una producción independiente titulada Rare Objects basada en la novela homónima de Kathleen Tessaro. Y, además de dirigirla, también la interpreta dando vida a una socialité problemática que forma una curiosa amistad con la protagonista, Benita (Julia Mayorga), quien trabaja en un negocio de antigüedades mientras se recupera de un evento traumático.
Siete años es mucho tiempo pero suele ser habitual cuando se trata de proyectos independientes donde la financiación y preproducción conlleva esfuerzos diferentes a una inversión de estudio. Y Katie Holmes lo sabe. Por ejemplo, decidió modernizar la historia trasladando el argumento a la época actual para evitar los altos costos de diseñar una película que, en las páginas del libro, transcurre en la era de la Gran Depresión. Además, tiene experiencia detrás de las cámaras. Porque si bien el mundo la recuerda más por su pasado televisivo, algunas películas y su famosa relación amorosa (con todos los rumores asociados a través de su hija y la relación con su padre, o la Cienciología), Katie Holmes comenzó a producir algunos de sus proyectos más independientes desde 2010 pasando a la dirección seis años después. Su ópera prima fue All we had, seguida por la dirección de un episodio de The Kennedys after Camelot y el drama romántico Alone together sobre dos extraños atrapados por la pandemia en un Airbnb.
Ninguna fue bien recibida por la crítica, pero eso no la detuvo y ahora se prepara para estrenar la tercera. “Cada proyecto que hago es aterrador. Es un comienzo nuevo del proceso creativo” dijo a Variety en una entrevista donde habla de sus proyectos actuales.
Pero eso no es todo. Porque además de Rare Objects, que estrenará en cines de forma limitada y en servicio bajo demanda el próximo 14 de abril en EE. UU., también se encuentra protagonizando una obra en el Off-Broadway, The Wanderer's. Es decir, el circuito teatral de Nueva York que sobrevive a la sombra de las grandes producciones, en salas más pequeñas y con apuestas menos comerciales. Suele ser el circuito donde comienzan futuros éxitos como pasó con Rent, In the Heights o Hamilton y donde algunas estrellas destacadas se arriesgan con producciones que despiertan más su pasión artística que las ganas de hacerse millonarios.
“Es muy divertido. Super satisfactorio” comentó a Variety sobre su regreso a los escenarios. “Hacemos lo mismo cada día. Pero cambia mucho porque llegamos a la obra cada noche con nuestro propio día. ¿Qué vamos a aportar al personaje esa noche? Además de la experiencia de incluir a la audiencia. Cuando estas en un set, eres tú, los otros actores y el director. Siempre hay una sensación, para mí, de querer complacer al director. La audiencia es diferente. No estás intentando complacerlos. Estamos compartiendo la misma experiencia”.
Revela que cada noche, cuando termina el show, sienta niveles de adrenalina tan altos que pasa alrededor de una hora y media calmándose con comida o llamando a sus amigos. Se duerme a medianoche pero se despierta de 3 a 5 de la madrugada y, como el resto de los mortales, mira Netflix. “Es tan frustrante porque siento que mi día está arruinado” confiesa.
Es cierto que Katie Holmes no dejó de trabajar en el último tiempo. Más allá de los dos años de descanso que se tomó tras el nacimiento de Suri en 2006, su currículo nunca dejó de sumar títulos. Desde su debut en La tormenta de hielo (1997) probó suerte en el drama, comedia, terror y acción, aunque la crítica no siempre fue consistente con ella. Así como de repente triunfaba, de golpe fracasaba. Loco fin de semana (2000), Enlace mortal (2002) o Gracias por fumar (2005) son ejemplos de buenas épocas, mientras El detective cantante (2003), Travesuras de una princesa (2004) o Jack y Jill (2011) fueron algunas de sus horas bajas. Tampoco la taquilla ayudó a convertirla en un nombre destacado en la cartelera global. Sus intentos con La estafa de los Logan (2017), El dador de recuerdos (2014) o No tengas miedo a la oscuridad (2010) no dieron grandes beneficios. “No es que tenga un montón de cosas grandiosas esperando a que firme” explicó a Toledo Blade en 2002 como respuesta a los continuos fracasos de taquilla que fue acumulando.
Sin embargo, la vida de Katie Holmes cambió por completo en 2005 después de que Tom Cruise proclamara su amor saltando en el sillón de Oprah. Cómo olvidar aquellos años cuando ‘TomKat’ -el famoso apodo que usábamos para hablar de ellos- fueron los reyes de la crónica rosa. La joven actriz que había ilustrado portadas de revista como ídolo adolescente y ascendido peldaños en la industria como la chica de ojos solitarios de la televisión, se mantenía en el negocio con todo tipo de producciones -más o menos destacadas- hasta que, de repente, pasó a ser un personaje de la farándula.
Y en este caso considero que los dos tuvieron gran parte de culpa. Al final, en lugar de evitar la exposición mediática, participaron de ella paseando la relación en eventos públicos con un Tom Cruise extasiado. Desde la llegada en moto a una proyección de La guerra de los mundos (2005) al desfile constante de besos y posados ante las cámaras. La boda en Italia fue comentada por el mundo entero. Quién había ido, cómo había sido, qué se habían puesto… todo generó conversación. Fueron portada de la revista Vanity Fair cuando presentaron a Suri en sociedad con 3 meses y medio de vida, y con fotografías tomadas por la prestigiosa Annie Leibovitz. El interés era enorme. Los paparazis los perseguían a cada paso y el mundo entero fue testigo del crecimiento de la niña bajo el lente de los fotógrafos. Y así, inevitablemente, lo mismo pasó con la ruptura cuando se dio a conocer en 2012 que Katie Holmes había presentado la demanda de divorcio. El mundo quería saber por qué y la curiosidad despertó todo tipo de rumores pero ambos han mantenido silencio desde entonces.
En resumen, si observamos sus últimos pasos profesionales, cualquiera diría que Katie Holmes ya no quiere notoriedad. No como la que tuvo hace un tiempo. Que aparentemente no busca repetir el frenesí mediático que vivió durante los siete años que pasó junto a Tom Cruise, ni tampoco alimentar rumores hablando de su vida. Y lo hace afincada en producciones de bajo presupuesto, ya sea en cine o teatro, dirigiendo o protagonizando historias que no están dirigidas a la exposición más comercial.
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