Kirsten Dunst desafía la “extrema” diferencia salarial de ‘Spider-Man’ con una verdad imponente

‘Un gran poder conlleva una gran responsabilidad’, aleccionaba el tío Ben a Peter Parker en Spider-Man. Pero también un salario imponente… a menos que seas mujer. Así eran las cosas a finales de los ’90, recuerda Kirsten Dunst, cuando después de acumular varios éxitos de taquilla desde los 12 años se convirtió en la Mary Jane más emblemática para una generación de espectadores. Y lo hizo cobrando una diferencia salarial “extrema” en relación con Tobey Maguire.

Sin embargo, a 22 años del estreno de la primera película, la actriz no tiene problema en desempolvar la disparidad misógina que circulaba por entonces, recordando la gran diferencia que tenía por encima de su compañero.

La actriz, que próximamente regresa a los cines con la película distópica Guerra Civil, reveló la historia hace un tiempo cuando confesó a The Independent en 2021 que la “disparidad salarial entre Spider-Man y yo fue muy extrema”.

“Ni siquiera lo pensé”, admitía reconociendo que daba por hecho que así debían ser las cosas porque Tobey Maguire era el encargado de interpretar al superhéroe protagonista. Sin embargo, luego se dio cuenta de un detalle importante. “¿Pero sabes quién estaba en el frente del segundo póster de Spider-Man?”, cuestionaba. “Spider-Man y YO”.

Ahora, la actriz de 41 años y madre de dos niños, desempolva la conversación de nuevo, y en esta ocasión lo hace añadiendo un detalle que deja al debate sin excusas.

El autorreconocimiento de Kirsten Dunst

Kirsten Dunst no se muerde la lengua a la hora de reabrir el debate en torno a la diferencia salarial que padeció en la trilogía del héroe arácnido. Sin embargo, si bien como apuntaba previamente se podría defender que Tobey Maguire era el encargado de dar vida al héroe protagonista, el que llevaba el peso de la acción y era el punto central de la trama, en realidad, Kirsten Dunst estaba en una posición diferente. Y ella misma lo reconoce: era un imán infalible que atraía al público a la taquilla.

“Crecí en una época donde había una enorme disparidad salarial entre el actor protagonista y yo, a pesar de que yo había estado en Triunfos robados y él no”, dijo en una entrevista concedida a la BBC. “Yo tenía más éxito en mi historial de box-office que él”.

Y es verdad. No solo había cautivado a una generación de cinéfilos con aquella comedia sobre animadoras del año 2000 recaudando 90 millones de dólares en todo el mundo, sino que era la niña que había quedado grabada en nuestras retinas como la despiadada chupasangre de Entrevista con el vampiro (1994, con una recaudación de 223 millones), o la adolescente de Jumanji (1995, 262 millones). Tobey Maguire, por su parte, era conocido por ser el amigo de Leonardo DiCaprio que perdía papeles cada vez que se enfrentaban en un casting (Christian Bale y Mark Walhberg también reconocieron el poder que tenía Leo en la industria). Era el chico de Amores en colores (1998), una película tierna que no vio casi nadie (49 millones en taquilla) y protagonista del drama nominado al Oscar, Las reglas de la vida (1999, 88 millones), donde su compañero Michael Caine fue nominado, pero no él.

Podríamos decir que, en el momento de poner Spider-Man en marcha, estaban en lugares completamente diferentes a nivel comercial. Sin embargo, en lugar de valorar el poder de atracción de Kirsten Dunst como actriz a los 17 años, siendo tan reconocida y apreciada por el público que su participación en el filme podía ayudar a convocar espectadores más allá del fanatismo por el superhéroe (y estoy convencida que así lo hizo), la producción habría definido la valía económica de cada uno según sus personajes, participación y, aparentemente, género. No su experiencia.

“Tenía 17 años”, admite Dunst en la mencionada entrevista excusando que no peleó por un salario más igualitario en aquel entonces. “Todavía estaba aprendiendo mi gusto en películas, ni se me ocurrió preguntar. Ni siquiera sabía que había espacio para desafiarlo. Así se sentía a los 17".

Alex Garland, el director que la dirige en su nueva película, concuerda con ella y asegura que “nadie cuestionaba” que una actriz cobrara menos que su compañero masculino. “Los ejecutivos masculinos ni lo preguntaban, eran opiniones heredadas. No se pensaba en ellas”.

¿Cuál fue la diferencia? Según un artículo publicado por Variety en 2004, Tobey Maguire habría cobrado 4 millones de dólares por la primera entrega, negociando su salario para la segunda hasta ascender a los 17 millones de dólares. Las cifras de Kirsten no se divulgaron oficialmente, aunque según su perfil en IMDB, se apunta que cobró la mitad por la primera (2 millones de dólares) y menos de la mitad por la segunda (7 millones de dólares), aunque al no revelarse la fuente, deberíamos tomar los datos con pinzas.

De todos modos, son datos que chocan. No solo por las cifras estratosféricas que circulan en este negocio en comparación con el resto de industrias, sino porque aquellos que vivimos el éxito de la trilogía de Sam Raimi, recordamos a la MJ de Kirsten como una figura irremplazable, que dejaba huella por la carga dramática que aportó al personaje y el pedestal de amor ideal en donde transitaba.

Todo esto nos remonta a otros ejemplos que salieron a la luz en los últimos años que evidencian la disparidad salarial que circulaba en la industria, a pesar de tratarse de actrices exitosas y con el público en el bolsillo. Como la lucha de Gillian Anderson por conseguir igualdad salarial en Los expedientes secretos X, cobrando menos que David Duchovny a lo largo de las primeras tres temporadas en los ‘90s cuando ambos eran protagonistas. Hasta tuvo que volver a enfrentarse a los ejecutivos años más tarde cuando, al convocarla para el reboot, le ofrecieron menos de nuevo.

O la vez que se dio a conocer que Michelle Williams había cobrado ocho veces menos que Mark Wahlberg en Todo el dinero del mundo: 625,000 dólares para ella, 5 millones de dólares para él aunque tenían el mismo tiempo en pantalla. O Jennifer Lawrence y Amy Adams que percibieron 2% menos que sus compañeros en Escándalo americano. Adams dijo que supo de la diferencia pero no quería quejarse.

Y así muchas más. Claire Foy cobró menos que Matt Smith en The Crown, aunque ella era la protagonista contando la historia de la reina Isabel. Cuando se dio a conocer la historia, los productores se disculparon públicamente. Ashton Kutcher cobró tres veces más que Natalie Portman en Amigos con derecho, aunque eran protagonistas igualitarios en la historia, y Ellen Pompeo también cobró menos que Patrick Dempsey al comienzo de Anatomía según Grey aunque la serie llevaba el nombre de su personaje.

Kirsten Dunst explicó en varias ocasiones que no se planteó discutir la diferencia cuando cerró su fichaje porque, en aquel momento, “era joven” y no sabía que se podía tener ese tipo de conversaciones en Hollywood. Tampoco era consciente de la diferencia entre su cheque y el de Tobey Maguire al principio. “Era joven y pensé ‘Oh, guau, me pagan un montón por las películas de Spider-Man, pero definitivamente a los hombres les pagaban más”, dijo a Variety en 2017.

Creciendo en un Hollywood masculino

Nacida el 30 de abril de 1982 en Nueva Jersey, Kirsten Dunst comenzó su carrera en comerciales a los 3 años, siendo fichada por agencias destacadas en el mundo del modelaje como Ford (People). Debutó como actriz en un cortometraje de Woody Allen a los 6, escalando posiciones en la industria hasta arrebatarse la atención del mundo los 12 en Entrevista con el vampiro (1994) junto a Tom Cruise y Brad Pitt.

Sin embargo, le tocó enfrentarse a situaciones inapropiadas como un incidente que vivió con un director durante un casting. Según contó a The Telegraph recientemente, tenía 16 y se reunió a solas con el cineasta en su oficina. “Me estaba preguntando por una película en la que me quería y entonces, de la nada, me hizo una pregunta inapropiada”, explica. La actriz no revela el nombre del personaje aunque cree que “ya no está trabajando”.

“Lo que dijo no tenía nada que ver con la actuación. Y no fue que lo que dijo haya sido un poco raro. Fue totalmente inapropiado. Recuerdo estar sentada ahí y saber que algo iba mal, pero no tenía idea de qué debía hacer”.

Afortunadamente, Kirsten acredita a su madre como su protectora en aquellos años, manteniéndola lejos del “lado depredador del negocio”. Y cuando le contó lo sucedido, enseguida se encargó de retirar a su hija del proceso de casting. “Eso fue el fin. Me retiró del proceso y les dijo que no iba a hacer la película”.

Por otro parte, Kirsten también reconoce el peso masculino que siempre la rodeó en la industria. Desde directores con planteamientos inapropiados, ejecutivos masculinos decidiendo su salario o voces generalmente masculinas dando su opinión. Y pone como ejemplo Marie Antoinette, el biopic que protagonizó en 2006 recordando que fue “destrozada” por los críticos que, tradicionalmente, son mayoritariamente hombres.

“Las personas que estaban viendo esa película tenían mi edad, no eran críticos de películas. Los críticos de películas eran hombres mayores. Entonces, para mí, las personas que disfrutaron de María Antonieta ahora han crecido y dicen: 'Nos encantó esta película' y no eran las personas que escribían las reseñas”.

“Crecimos en un mundo donde todo es obra del hombre, hombre esto, hombre aquello, así es como crecimos”, sentencia.

En resumen, Kirsten Dunst tiene suficiente experiencia en Hollywood como para saber de lo que habla cuando expone sus anécdotas. Sin embargo, y a pesar de todo, alberga la esperanza de su carrera sirva de algo. “Con suerte, la forma en que me labro mi camino ayudará a otras actrices”, dijo a BBC.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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