La historia del clásico que hizo bailar al público en los cines hace 40 años

LOS ÁNGELES - 15 DE ABRIL: La película
LOS ÁNGELES - 15 DE ABRIL: La película "Flashdance", dirigida por Adrian Lyne. Vista aquí, Jennifer Beals como Alex Owens. Estreno inicial en cines el 15 de abril de 1983. Captura de pantalla. Paramount Pictures. (Foto de CBS a través de Getty Images)

La experiencia cinematográfica de compartir una historia con extraños en las salas de cine es algo único, pero pocas veces una película consigue reacciones físicas que estallan al unísono. Y no me refiero a risas o sustos habituales, sino a esos momentos que te hacen reaccionar sin poder contenerte ante la energía contagiosa que transmite la pantalla. Como los gritos y aplausos que provocó la secuencia de los vengadores unidos en Endgame (con el martillo de Thor en manos del Capitán América), o el reencuentro de los tres Spider-Man en Sin camino a casa. Sin embargo, hace 40 años se vivió un fenómeno similar que hizo vibrar a los espectadores con una banda sonora pegadiza y un final feliz, levantándolos de la butaca para bailar en los pasillos de las salas de cine. Literalmente.

Esa película era Flashdance, el clásico musical dirigido por Adrian Lyne y protagonizado por una desconocida Jennifer Beals que descolocó a medio mundo en 1983 a raíz de su éxito, sobre todo al estudio responsable. Básicamente porque la estrenaron sin tenerle confianza. Este drama musical sobre una joven apasionada llamada Alex Owens, que trabaja como soldadora en una fábrica de acero pero sueña con ser bailarina profesional, fue un imán para la taquilla internacional, recaudando $201.5 millones a raíz de un presupuesto de $7 millones.

Sin embargo, Flashdance causó sensación contra todo pronóstico. Porque por muy icónica que sea cuarenta años más tarde, homenajeada por Jennifer Lopez y convertida en referente musical, tenía muchos factores en contra.

La historia carecía de profundidad narrativa y su protagonista de 17 años no tenía experiencia suficiente ni era bailarina. Un requisito que, a priori, cualquiera creería que sería indispensable en una película centrada en coreografías y un personaje que se la pasa bailando. Pero no. El director quería a Jennifer Beals así que completaron las secuencias más importantes del filme con dobles. Y lo escribo en plural porque para ciertas escenas utilizaron a una bailarina francesa llamada Marine Jahan, mientras que para los pasos de breakdance en la famosa audición final al son de What a feeling, contrataron a un bailarín masculino llamado Crazy Legs. El cambio físico se notaba a le legua. Cuando la protagonista se lanza al suelo a hacer sus volteretas, enseguida te das cuenta del cambio físico. Pero no les importó. Ni al director ni al público. La escena es icónica de todas formas.

Igualmente las críticas destrozaron la película (todavía mantiene un desaprobado del 35% en Rotten Tomatoes), señalando la ausencia de relleno dramático y los agujeros de guion a favor del exceso visual. Hasta el famoso crítico Roger Ebert la incluyó en su lista de películas más odiadas. Ni siquiera el estudio le tenía confianza. Los ejecutivos estaban tan inseguros de su potencial que vendieron el 25% de los derechos antes del estreno. Ni tampoco le prestaron mucha atención durante el lanzamiento, según recuerda el director en una entrevista reciente para Indiewire. Pero Flashdance arrasó. Probablemente se arrepintieron” dijo el director sobre la decisión del estudio de vender antes de tiempo.

Y es que además de las ganancias, Flashdance se convirtió en la tercera película más taquillera de 1983 por detrás de El regreso del jedi y Tootsie. Y fue nominada a cuatro Oscar, incluyendo fotografía y montaje, ganando el premio a la Mejor Canción por, evidentemente, Flashdance… What a feeling.

“Supongo que es halagador” explica Adrian Lyne sobre la huella que ha dejado su película. “Quiero decir, es halagador porque las expectativas para la película eran cero. No pude contactar a nadie [del estudio] por teléfono durante dos semanas antes de que saliera la película.Era un huérfano. Fue fascinante, de verdad. Escuché que el estudio pensó que habíamos manipulado los resultados porque los resultados de la proyección previa eran buenos, las cifras eran buenas. Pensaron que habíamos puesto a nuestros amigos en los visionados previas [para inflar la respuesta]”.

Pero al público no le importaron ni las malas críticas ni la falta de confianza del estudio. La película arrasó en cines, provocando una flashdance-manía influenciada por la simpatía que transmitía Jennifer Beals y el concepto visual. Porque Flashdance funcionaba como un videoclip de 97 minutos justo en la época de auge de MTV. Las canciones pegadizas (cómo olvidar la energía que todavía contagia 'Maniac') y el impacto visual de cada secuencia musical hicieron vibrar a los espectadores, provocando que la gente no pudiera contenerse y se pusiera a bailar en los pasillos.

“La gente me llamaba y me decía: ‘Están bailando. ¡Están bailando en el cine!” recuerda Lyne. Pasó en Times Square. Aparentemente estaban bailando en los pasillos. Me hubiera gustado verlo”. Y a mí también, sin dudas.

LOS ÁNGELES - 15 DE ABRIL: La película
LOS ÁNGELES - 15 DE ABRIL: La película "Flashdance", dirigida por Adrian Lyne. Aquí, Jennifer Beals como Alexandra 'Alex' Owens, bailarina en un bar por la noche. Estreno inicial en cines el 15 de abril de 1983. Captura de pantalla. Paramount Pictures. (Foto de CBS a través de Getty Images)

El éxito fue arrollador. Jennifer Beals pasó de ser una estudiante de Yale a una actriz nominada al Globo de Oro que rechazaba ofertas millonarias. “Rechacé tanto dinero que mis agentes se estaban volviendo locos” dijo en 2011 al recordar las conversaciones en torno a una secuela o las propuestas de aparecer en comerciales de marcas internacionales (Contact Music).

Lo increíble es que consiguió el papel con apenas 17 años, sin experiencia profesional, sin ser bailarina y después de conmover al director en el casting. Y es que no había pasado una buena noche y estaba vulnerable, transmitiendo tanta emoción y lágrimas que convenció al cineasta. En realidad, estaba afectada porque había perdido su valija el día anterior, quedándose sin dinero y pasando la noche durmiendo en el banco de un parque (Yahoo!)

A pesar de no tenerle confianza y vender parte de los derechos, Flashdance se convirtió en un fenómeno que hizo vibrar a toda una generación en los 80s. Todavía ahora, cuarenta años después, sigue transmitiendo la misma energía visual y musical con sus secuencias de baile, siendo una película que conectó con el público desde la provocación sensorial. Mover los pies, los brazos, cadera o lo que sea, sigue siendo inevitable al verla.

Para quien quiera verla de nuevo, o por primera vez, Flashdance está disponible a través de Latinoamérica en el catálogo de Paramount+, Claro Video y en opción de alquiler o compra en Apple, Amazon y otros servicios.

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