La película que ayudó a Liam Neeson en el peor momento de su vida

Liam Neeson no necesitó de personajes emblemáticos como James Bond para dejar huella en la historia del cine, aunque llegaron a ofrecérselo y lo rechazó cuando su futura esposa, Natasha Richardson, lo amenazó con un ultimátum. Fue clara y directa: si lo hacía, no se casaba con él. Y el irlandés, que estaba en pleno auge profesional gracias a La lista de Schindler, se negó a ser el sustituto de Timothy Dalton por amor (Pierce Brosnan tomó su lugar).En otras palabras, su futuro con ella era más importante que cualquier saga o personaje.

En cambio, dejó huella por cuenta propia a lo largo de 45 años de carrera cinematográfica y sin cargar con el peso de ningún legado externo. Ya sea por su etapa como héroe romántico, personaje épico, estrella merecedora de premios Óscar, arma letal veterana del cine de acción o figura de Star Wars, no existe generación que no conozca su nombre. A los 70 años sigue trabajando, haciendo del cine su profesión pero también su refugio en el peor momento de su vida. Porque de las 100 películas que componen su filmografía, existe una que lo ayudó durante su pozo vital más profundo.

Para Liam Neeson, su esposa “era su todo”. Se habían conocido en 1993 cuando ambos protagonizaban la adaptación de Anna Christie en Broadway, sintiendo una “química explosiva” que Neeson nunca había sentido con una compañera, como explicó en 60 Minutes en 2014. Y aunque la hija de la también actriz Vanessa Redgrave y el director Tony Richardson estaba casada con el productor Robert Fox, no podían negar lo que vivían cada noche sobre el escenario.

Se reencontraron más tarde en el set de La lista de Schindler cuando ella viajó a visitarlo y, desde ese momento, no volvieron a mirar atrás. Compraron una casa, se casaron ahí mismo en 1994 y dieron la bienvenida a sus dos hijos a continuación.

Con ella aprendió a “amar incondicionalmente”, tal y como explicó en su cuenta de Facebook en 2016 al recordar a Natasha Richardson siete años después de su muerte (vía Irish Mirror). Porque a este amor pasional le tocó despedirse de forma abrupta y trágica cuando la actriz sufrió un accidente de esquí el 18 de marzo de 2009. Estaba tomando una clase en Quebec, Canadá, cuando cayó por una pendiente. Se levantó y bromeó de lo sucedido, pero el instructor le aconsejó que volviera al hotel. Incluso llamó a su marido para contarle de su caída. Pero entonces comenzó a sentir las consecuencias del golpe y cuando fue trasladada al hospital le diagnosticaron muerte cerebral. Neeson no pudo llegar a verla despierta de nuevo. Estaba rodando la película Chloe en Toronto y se desplazó enseguida para estar a su lado. Pero ya no había marcha atrás y junto a su familia tuvo que tomar la difícil decisión de desconectarla a las máquinas que la mantenían con vida.

La tragedia fue un golpe duro para Liam Neeson. Se refugió en su familia y el trabajo, prácticamente rodando una película tras otra, pero el dolor lo sacudía con olas de recuerdos y realidad que lo atormentaban a diario. "[El dolor] Te golpea en medio de la noche, bueno, por lo menos a mí me golpea en medio de la noche. Entonces, salgo a caminar. Me siento bastante contento, y es como de repente, ¡boom!", explicó a Esquireen 2011. Incluso añadía que vivía “una profunda sensación de inestabilidad” cada vez que escuchaba abrirse la puerta de su casa, pensando que era ella.

Y en ese momento de ajetreo profesional, distrayéndose con Los próximos tres días, Furia de titanes, Brigada A - Los magníficos o Sin identidad, llegó la película que lo ayudó a canalizar el dolor que estaba sintiendo. Una película que tuvo buena recepción de crítica y taquilla de la que casi nadie habla pero que, para el actor, fue importante en ese momento de su vida. Les hablo de Un día para sobrevivir (The Grey), un thriller dramático donde interpretaba a un superviviente de un accidente aéreo que intentaba mantener a sus compañeros con vida enfrentándose a lobos hambrientos en medio de la nieve más salvaje.

“Fue una película especial de rodar, y personal también” dijo recientemente a Indiewire. “Fue poco después de la muerte de mi esposa".

"Necesitaba hacer esa película y cuando Joe Carnahan me envió el guion, pensé ‘Esto tengo que hacerlo. Tengo que hacerlo para canalizar mi duelo, canalizar algo sobre nuestra maldita razón por la que estamos en este planeta” declaró.

Y es que en la película, Liam Neeson inicia la historia como un hombre abatido que ha perdido su propósito de vida. Se dedica a eliminar a los lobos que amenazan a los trabajadores petroleros, pero tras escuchar el último suspiro de un lobo tras dispararle, toca fondo llegando a contemplar el suicidio. Su esposa sufre una enfermedad terminal y su vida ha caído en un pozo oscuro llegando a escribir una carta de despedida. Pero el accidente, la tragedia y muerte que le rodea, así como la adversidad de la supervivencia, lo llevan a enfrentarse con el lobo líder de la manada, viviendo el posible final de su vida entregándose sin resignación a una última batalla.

Un día para sobrevivir es uno de los muchos ejemplos que componen el renacer profesional de Liam Neeson como estrella de acción veterana, una faceta de su carrera que todavía -a los 70 años- sigue exprimiendo siempre que puede. Sin embargo, a pesar de la aceptación general y los 81 millones de dólares que hizo en la taquilla global (cuando costó $25 millones), prácticamente no se tiene en el radar mediático cuando hablamos de su cine de acción. El propio actor coindice en la mencionada entrevista que no se habla lo suficientemente de ella, aunque lo merezca. Y viendo el efecto sanador que tuvo en el peor momento de su vida, sospecho que muchos podrían verla con otros ojos.

Porque no se trata de “otra” película de acción de Liam Neeson, sino que en la tragedia que vive su personaje quedó plasmado el dolor personal que el actor todavía estaba procesando. Volví a verla recientemente después de conocer sus palabras, y descubrí una película diferente. La pude ver con otros ojos. Unos ojos más amables con el personaje y su sufrimiento, pero también con el actor a través de una conexión más personal reconociendo la realidad en medio de la ficción. La pueden encontrar en Amazon Prime Video y Netflix en países de Latinoamérica, mientras que en EE. UU. está disponible en formato de compra o alquiler.

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