Los beneficios que quizás no conoces de la linaza, un clásico para la salud del cabello
La linaza, también conocida como lino, ha aportado por años sus beneficios a la humanidad. Nada más con el aporte que ha hecho a la industria textil -la tela llamada lino, viene de su tallo- ya se merece estar en un lugar de honor entre las plantas útiles para nuestra especie, y sus semillas, pequeñitas, brillantes y de color caramelo oscuro, han tomado gran relevancia en tiempos recientes, cuando se aprecian sobremanera las alternativas naturales para cuidar nuestra salud puesto que su composición es en su mayoría aceites.
Así, la linaza es un imprescindible de las alacenas pues además de ser potenciadora incondicional de la belleza del cabello tiene muchos otros beneficios.
Si bien naturópatas, como el reconocido Txumari Alfaro, recomiendan las semillas de linaza para regular el peso y el funcionamiento digestivo, la ciencia también la respalda. La Clínica Mayo destaca que además de ser rica en fibra y ácidos grasos poliinsaturados como omega 3, contribuye a una mejor salud digestiva, alivia el estreñimiento, pero además ayuda a regular el colesterol, lo que representa un gran apoyo en la disminución de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
En este sentido, un estudio publicado en Nutrición y Metabolismo sostiene que el consumo de linaza disminuye el colesterol total y LDL en plasma y aumenta la excreción de grasa, además de que pueden desempeñar un papel en el equilibrio energético del organismo.
Asimismo, otro artículo científico publicado en la revista nutrientes destaca que compuestos de la linaza como ácido alfa linolénico y lignano secoisolariciresinol diglucósido, además de sus ácidos grasos y su contenido en fibra, ofrecen bioactividad valiosa para la salud de los seres humanos "a través de su acción antiinflamatoria, capacidad antioxidante y propiedades moduladoras de lípidos”. Vale mencionar que al ser rica en antioxidantes contribuye a retrasar y prevenir el envejecimiento prematuro.
También quienes buscan regular el peso y controlar el hambre encuentran en la fibra un aliado valioso y es por eso que a la linaza también se le adjudican características valiosas para combatir la obesidad.
La sabiduría popular señala a la linaza, además, como una semilla afrodisíaca que estimula la libido tanto en hombres como en mujeres, y al contribuir con la correcta circulación sanguínea influye en mejores orgasmos. También se dice que al ser un poderoso desinflamatorio, alivia el dolor en las articulaciones y disminuye los síntomas de síndrome premenstrual, e incluso que contribuye con el bienestar de mujeres durante y después de la menopausia, porque se dice que influye positivamente en el equilibrio hormonal.
Para obtener sus beneficios se recomienda ingerirla molida (pues es más fácil de digerir), en el desayuno, en jugos o smoothies, una cucharada esparcida en el cereal, el yogur, o ensaladas. Es conveniente que, al ser un alimento con mucha fibra, tomemos mucha agua mientras la consumimos en nuestra dieta.
En Clínica Mayo sugieren agregar una cucharadita en las salsas que se usen en un sandwich y como parte de recetas como galletas, panes horneados. Sin embargo, lo más recomendable es consultar siempre con un especialista y evitar consumir ningún complemento en caso de embarazo, o intolerancias alimenticias.
La famosa fórmula para hidratar el cabello
Las semillas de linaza contienen un aceite pleno de beneficios reparadores e hidratantes que suavizan y protegen el cabello maltratado, seco, rebelde, encrespado y con frizz. Puede extraerse de manera muy sencilla y aunque sus moléculas, como las de todo producto casero, son muy gruesas para penetrar la fibra capilar, ofrece resultados temporales notorios como brillo, forma y sedosidad.
Se deben cocer tres cucharadas de semillas enteras de linaza en una taza de agua hirviendo. A temperatura media, se remueve con una cuchara limpia de vez en cuando, durante unos cinco minutos, y pronto notaremos que la textura del agua va cambiando haciéndose más densa. Se retira del fuego, se cuela y se deja enfriar.
Se puede guardar en un envase hermético y se usa en el cabello húmedo lavado con champú y acondicionador como se hace regularmente. Se aplica de medios a puntas, con las manos y se puede dejar hasta la siguiente lavada. Mientras más denso, mayor fijación, lo cual resulta útil para quienes tienen el cabello rizado u ondulado y quieren mantener la forma de sus rizos.
Para aprovechar al máximo los beneficios de esta semilla en el cabello, se puede recurrir a ampollas o productos especializados de los cuales, además, hay amplia variedad en el mercado. Al estar elaborados en laboratorios permiten que sus nutrientes penetren a profundidad en el cabello.
Mascarilla hidratante para rostro
Otro de los tratamientos caseros frecuentes es la mascarilla de linaza para el rostro, que promete luminosidad e hidratación. Obviamente la experimentación es válida una vez que comprobemos que no hay sensibilidad ni alergias a este ingrediente y si no padecemos ninguna condición de la piel, como sensibilidad, acné, eccema, rosácea, y si este es el caso, lo mejor en consultar con el dermatólogo y el cosmetólogo sobre los tratamientos adecuados.
Para preparar la mascarilla se procede con los mismos ingredientes que se usan para el hidratante para el cabello, e incluso hay quien recomienda sustituir el agua por leche. En este caso se dejan reposar en el líquido las semillas enteras o molidas durante toda la noche en un recipiente tapado herméticamente.
El resultado será que el líquido amanecerá más denso o viscoso. Se cuela y se aplica en el rostro limpio con ayuda de una brocha. Se deja actuar durante 15 minutos y se retira con abundante agua tibia y se aplica hidratante como es habitual.
Además de su efecto, lo maravilloso de estas fórmulas, es brindarnos la ocasión de dedicarnos minutos de cuidado y placer con las virtudes que la naturaleza nos ofrece.