María Victoria, la artista tachada de inmoral que siempre veló por su familia

La actriz y cantante María Victoria Cervantes recibió el Premio Mayahuel de Plata por su trayectoria en 2014 (Foto: Leonardo Álvarez/LatinContent vía Getty Images).
La actriz y cantante María Victoria Cervantes recibió el Premio Mayahuel de Plata por su trayectoria en 2014 (Foto: Leonardo Álvarez/LatinContent vía Getty Images).

María Victoria constituye una auténtica artista del pueblo mexicano gracias a su gran ­acierto de personificar a figuras de entrañable arraigo popular, pero también por su peculiar forma de cantar y sus entallados vestidos en corte de sirena a los que supo sacar partido para hacerse de un nombre en la escena artística mexicana.

Actriz, comediante, cantante, María Victoria comenzó en las carpas (un tipo de teatro ambulante muy popular en México a inicios del siglo XX), donde triunfaron actores como Tin-tán, Clavillazo, Pompín Iglesias, Resortes. Aunque alguna vez pasó por su mente abandonar el espectáculo y en su lugar convertirse en costurera, su decisión cambió tras recibir su primer sueldo, unos 3 pesos que aunque no eran mucho, eran lo necesario para solventar lo básico.

"Yo lo agarré porque éramos muy pobres, no alcanzaba ni para pagar la vivienda, veía (a mi mamá) que no tenía dinero. Empecé a trabajar y los 3 pesos, la mitad para ella, y la mitad para mí. Éramos muy pobres, de los que no tienen para comer", contó la actriz en el programa El minuto que cambió mi destino.

Su paso por las carpas, en las que trabajó por casi una década, le permitió llegar a mejores lugares, que para la época se trataba de los cabarets y el lugar del momento era El patio. Desafortunadamente, algunos se opusieron porque, según decían, las "carperas eran fachosas".

Pero la oportunidad de trabajar en un escenario elegante y con un mejor sueldo (le pagaron 300 pesos) llevaba como condición estrenar vestuario cada semana porque, además, también alternaría con figuras como Agustín Lara.

"Yo empecé con unos vestidos normales. Pero cada ocho días había que estrenar y yo no tenía para hacerlo. Me fui con mi mamá por todo Insurgentes, a ver si había un vestido para el viernes próximo. Me gustó mucho uno que era strapless negro, pegadito, con un saco chino. Entré y me lo medí pero estaba muy caro. La señorita me dijo: 'mire, en la noche va a haber una exhibición para la primera dama del presidente. Si viene a modelar, se lo vamos a dejar muy barato'. Fui, lo modelé, y cuando me iba me lo regalaron. Ese viernes debuté con vestido, pero al siguiente, ¿qué hago? Me quité el saquito y esa fue la primera vez que me vieron con vestido pegado. Empezaron los chiflidos y dije: 'no, pues por aquí está la movida'. Y ya todo fue con vestido pegado", contó en 2014 a la revista Cine Premiere en el marco del 29 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, donde le otorgaron el Mayahuel de Plata por su trayectoria.

Esto también le permitió construirse una imagen de vampiresa y, por consiguiente, en sex symbol por aquellos vestidos entallados en corte sirena que perfilaban sus pronunciadas curvas. En alguna ocasión declaró que prefería no utilizar ropa interior para no estropear la belleza de las ceñidas prendas que apenas le permitían caminar.

En 2014, el diseñador Mitzy recreó parte de esos vestuarios y realizó una pasarela de ellos en honor a María Victoria.

Pero a su ya sexualizada imagen también se sumó otra característica que terminó por consagrarla: su forma de cantar, muy suave, casi gimiendo, que conquistó, en su mayoría, al público masculino y desató la envidia del femenino.

"Otras me decían Pujiditos, que cantaba yo con pujiditos", recordó en El minuto que cambió mi destino. Según esa anécdota, entre el personal de cabaret se rumoraba que la artista vestía una faja "que por eso cantaba así apretadito". Para acabar con la infamia, llamó a la autora del chisme para que la ayudar a desvestirse y vestirse y comprobara por sus propios ojos que no había nada en su cuerpo que afectara su forma de cantar. Nunca más volvieron a hablar.

Su versatilidad artística también le permitió incursionar con éxito en las más simbólicas producciones de televisión, medio donde plasmó huella indeleble con el programa La criada bien criada con su icónico papel de "Inocencia de la Concepción de Lourdes Escarabarzaleta de la Barquera y Dávalos Pandeada Derecha, para servirle a usted; y mi segundo apedillo es Precuna de la Buchaca Desembuchanadorsita Tirabuzón y Terrón, Tirabuzón por el padre y Terrón por la Madre", una irreverente mujer dedicada al servicio doméstico.

A pesar de las envidias y censura por parte de gobierno (que calificaban de inmoral su canto), su fama no paraba. Entabló una relación con Manuel Gómez, con quien tuvo a su primer hija de nombre María Esther, peo la relación terminó debido a que la familia de su esposo nunca la quiso por ser artista. Años más tarde contrajo nupcias con el locutor yucateco Rubén Zepeda Novelo, con el que procreó dos hijos y quien falleció en 1974 a los 42 años de edad.

Estando en la mejor etapa de su carrera, uno de sus seis hermano murió a los 38 años de edad dejando en la orfandad a sus seis hijos, de quienes se hizo cargo pues no quería que sus sobrinos vivieran igual de pobres como lo fue ella en su niñez.

Con este compromiso y para no volver a pasar alguna penuria, la actriz filmó 48 películas desde la Época de Oro del cine mexicano y grabó más de 100 discos hasta 2009, cuando decidió retirarse a su natal Guadalajara.

Sin embargo, a pesar de estar lejos de los reflectores, la estrella acepta asistir de cuando en cuando a algún homenaje, como ocurrió en 2012 en la Filmoteca de la UNAM. En febrero próximo cumplirá 95 años.

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