Mark Wahlberg y cuando la sombra de Leonardo DiCaprio, Tom Cruise y Brad Pitt es demasiado grande
Christian Bale dijo en 2022 que muchos actores le deben sus carreras a Leonardo DiCaprio. Incluyendo la suya. Explicó que, al ser el hijo predilecto de la industria desde que alcanzara el éxito en los ‘90s, el actor de Titanic es el primero en recibir ofertas y proyectos pero, al rechazarlos, deja la puerta abierta para que otros -como él cuando Leo rechazó American Psycho- tengan su gran oportunidad. Y no es el único. Tobey Maguire lo vivió en sus propias carnes, optando por ir a los castings de películas que sabía que a su amigo no le interesarían con tal de evitar competir contra un imposible. Sin embargo, existe otro actor que no lo vivió con la misma positividad. Y ese es Mark Wahlberg, quien lleva tres décadas transitando por Hollywood bajo la sombra de Leo pero, también, de Tom Cruise y Brad Pitt.
El actor de Ted se sintió tan relegado por Hollywood ante la predilección que daban a sus compañeros, siendo las primeras opciones de directores, productores y agentes de casting antes de siquiera pensar en él, que tuvo que buscarse la vida si quería interpretar papeles interesantes.
“Comencé a convertirme en productor por necesidad", dijo Wahlberg a la revista Cigar Aficionado. "No quería quedarme sentado esperando a que Brad Pitt o Tom Cruise, o quien estuviera establecido antes que yo o fuera el chico del momento, y Leo [DiCaprio], pasara de una película para que yo pudiera tenerla en mis manos. Siempre fui proactivo al tratar de encontrar material y cosas que pudiera producir, que sabía que eran adecuadas para mí, crear mi propio destino”.
A su manera, Mark Wahlberg ratifica lo que dijo Christian Bale sobre el poder de DiCaprio en Hollywood. Sin embargo, su experiencia habría sido diferente. Porque si bien Christian Bale alcanzó notoriedad como actor adulto gracias a que Leonardo DiCaprio dejó vacante el papel de asesino psicópata en American Psycho (2000), ya contaba con una carrera establecida desde los 12 años. Incluso había sido protagonista de El imperio del sol (1987) con 13 y bajo las órdenes de Steven Spielberg. (Para quienes no lo sepan, según contó la guionista Guinevere Turner, Leo rechazó el clásico de culto porque temía que participar en una película que mostraba violencia contra las mujeres fuera en contra de su fama como galán romántico).
En cambio, Mark Wahlberg dependió en varias ocasiones del ‘favor’ de DiCaprio.
Se hicieron amigos en el rodaje de La Historia de Jim Carroll (1995), donde Mark tenía un papel menor y secundario mientras Leo era el gran protagonista. Un año después Wahlberg tuvo la oportunidad de debutar como actor protagónico interpretando a un novio abusivo en Miedo (1996)junto a Reese Witherspoon. Pero... fue gracias a Leo. Según Imdb, DiCaprio rechazó el proyecto pero recomendó el nombre de su amigo al director. La historia se repitió poco después con Juegos de placer (1997), la legendaria película que lo encumbraría al estrellato.
Según contó el director Paul Thomas Anderson al podcast Smartless, Leonardo DiCaprio había sido su primera opción. Pero cuando James Cameron le ofreció Titanic, decidió decantarse por la historia romántica de Jack y Rose. Y, en consecuencia, terminó protagonizando una de las películas más taquilleras de la historia pero, antes, volvió a recomendar a su amigo para el papel protagonista.
A estas alturas, nos encontramos a finales de los ’90 cuando Brad Pitt se había convertido en la gran sensación de Hollywood protagonizando todo tipo de proyectos. Su ascenso fue tan fugaz que pasó de ser un completo desconocido cuando lo descubrimos en Thelma & Louise en 1991 a estrella de Leyendas de pasión (1994), Entrevista con el vampiro (1994), 12 Monos (1995) o Seven (1995). Era evidente que Hollywood estaba cegado con su nueva estrella, encandilándolos tanto que Mark Wahlberg se sintió relegado a la espera de que Leo y Brad tomaran sus decisiones para ver si tenía alguna posibilidad con un proyecto interesante. De más está decir que Tom Cruise ya era la estrella por excelencia de aquel entonces. Desde el éxito de Top Gun en 1986, Rain Man (1988) o Nacido el cuatro de julio (1989), ni Mark Wahlberg ni ningún actor novato de los ’90 le podía hacer competencia.
Los ‘90s sin duda consagraron los nombres de Tom, Brad y Leo como figuras predilectas entre las figuras influyentes que financian y desarrollan proyectos. Y, en consecuencia, otros actores se vieron forzados a ejercitar su paciencia, haciendo cola y esperando recibir las migajas que ellos desecharan. Porque si le pasó a Mark Wahlberg, entonces le habrá pasado a la mayoría de actores masculinos en Hollywood.
No obstante, Mark Wahlberg no se quedó de brazos cruzados y empezó a buscarse la vida. Lleva creando sus propias oportunidades, produciendo películas y series, desde 2004. Fue productor del intenso drama de James Gray que protagonizó con Joaquin Phoenix, We own the night (2007), así como Horizonte profundo (2016) o la popular serie Boardwalk Empire y decenas de proyectos más. Incluso fue productor de obras maestras como Intriga (2013) sin siquiera participar como actor.
Curiosamente, una de las primeras películas que produjo fue El peleador (2010), el drama biográfico dirigido por David O. Russell donde interpretaba a un boxeador que intentaba escapar de la sombra de su famoso pero conflictivo hermano, interpretado por Christian Bale. Tal y como sugieren sus declaraciones, participó en el proyecto desde su concepción, siendo una figura esencial en su desarrollo a raíz de su amistad con el personaje en la vida real.
Su trabajo le valió el aplauso de la crítica mientras la producción lo colocó en la carrera hacia los Oscar. El peleador estuvo nominada en siete categorías, incluyendo Mejor Película, ganando dos estatuillas a Mejor Actor (Bale) y Mejor Actriz de Reparto (Melissa Leo).
En resumen, Mark Wahlberg nos está diciendo que, a veces, las apariencias engañan. Que más allá de habernos acostumbrado a verlo seguido en cartelera mientras propaga su imagen de héroe de acción luciendo pectorales en redes sociales (constantemente), tuvo que buscarse la vida para protagonizar el tipo de proyectos que quería, evitando pasarse toda su carrera esperando a que Leonardo DiCaprio, Brad Pitt o Tom Cruise se decidieran.
Ha producido comedias de éxito como Guerra de papás 2 (2017), su saga de cintas de acción patrióticas dirigidas por Peter Berg, desde El sobreviviente (2013) a Día del atentado (2016), Horizonte profundo (2016) y Milla 22: El escape (2018), a dramas que le motivan personalmente como El milagro del padre Stu (2022). La cinta que pasó sin pena ni gloria por cines pero fue uno de sus proyectos más personales al mezclar su fervor católico con su pasión por el boxeo y las historias de redención. Hasta financió el proyecto él mismo después de que lo rechazaran varios estudios.
Sin embargo, lo que no sabíamos es que esta faceta comenzó por la necesidad profesional de crearse sus propias oportunidades. Que la posición privilegiada que ocupan Leo, Cruise y Pitt desde hace varias décadas los convierte en piedras en el camino durante el ascenso de otro actor. Incluso entre nombres que creíamos consolidados como Mark Wahlberg.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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