La ofensa a Meg Ryan sin la que Jodie Foster nunca hubiera hecho 'El silencio de los inocentes'
La actriz que regresa al thriller policial con 'True Detective' estuvo cerca de no interpretar uno de sus papeles más admirados
Tras ganar el Premio Óscar por Acusados en 1989, la carrera de Jodie Foster fue viento en popa. Que justo después le llegara un proyecto como El silencio de los inocentes, el thriller con Anthony Hopkins donde nos conquistó interpretando a la inolvidable Clarice Starling, fue un golpe de suerte que la consolidó como una de las intérpretes más potentes de Hollywood y facilitó que siguiera destacando en clásicos como Contacto, Anna y el rey o La habitación del pánico.
Aunque al hablar de golpe de suerte no lo hago a la ligera, porque su fichaje estuvo cerca de no ocurrir. De hecho, el director Jonathan Demme, responsable de la cinta y de otros clásicos de antaño como Filadelfia, tenía en mente a otras tres actrices antes que a Foster para dar vida a esta mítica agente del FBI, siendo Meg Ryan su principal opción. Sin embargo, la que en aquellos años se consolidó como la novia de América terminó rechazando el proyecto al sentirse ofendida por el guion.
Lo confirmó el propio cineasta en una conversación con Paul Thomas Anderson durante el Festival de Cine de Austin en 2015, encuentro donde detalló lo complejo que fue el casting para dar rostro a Clarice Starling, que inicialmente iba a ser interpretada por Michelle Pfeiffer.
La actriz de Caracortada o Batman regresa estuvo ligada al proyecto en sus primeras fases de desarrollo, pero la oscuridad tras la historia hizo que se lo pensara dos veces antes de seguir adelante. Cuando Pfeiffer dejó de lado El silencio de los inocentes, Foster, que tras oír hablar de la película sintió una fuerte predilección por su enfoque femenino, no dudó en lanzarse a intentar ocupar este puesto y aprovechar las puertas que le abrió su Óscar.
“Hay muchas películas con hombres que entran y salvan a un grupo de personas, haciendo una cosa u otra. Pero esta historia trata sobre una joven que intenta desesperadamente salvar la vida de otra joven. Para lograrlo, se enfrenta al abrumador obstáculo de todos estos hombres”, afirmaba el director sobre el discurso que Jodie Foster le presentó para acceder al papel.
Un papel contrario a la imagen de Meg Ryan
Pero no hizo mucho caso a sus palabras, porque después de que Meg Ryan se consolidara como un icono del Hollywood gracias a Cuando Harry encontró a Sally y sus tres papeles en Joe contra el volcán, puso todos sus esfuerzos en intentar atraerla a su película y beneficiarse de su éxito. Pero esta estrategia fue un completo desastre, puesto que El silencio de los inocentes era una película muy contraria al cine en el que Ryan se movía.
El director contactó con la actriz y le envió el guion, pero, en cuanto vio que se trataba de una historia tan extrema y sombría, se enfadó por el hecho de que consideraran que encajaba en este tipo de cintas retorcidas que involucraban asesinatos viles, torturas, caníbales y ambientes turbios. De hecho, Jonathan Demme contó que Ryan se declaró “ofendida” y que no quiso saber nada más de El silencio de los inocentes. No es una reacción que extrañe porque, salvo su trabajo con Mark Ruffalo y Kevin Bacon en el thriller En carne viva de Jane Campion, su filmografía ha estado exenta de historias policiales y lúgubres y siempre ligada a la comedia y al romance.
Fue entonces cuando llegó la oportunidad de Jodie Foster, ya que tras el rechazo de Meg Ryan sus palabras sobre Clarice Starling resonaron en la cabeza del director, que empezó a valorar que comprendía muy bien la psicología del personaje y el enfoque de su película. No obstante, antes tuvo otras opciones en mente, como Laura Dern, aunque el estudio, Orion Pictures, tiró por la borda esta opción debido a que querían a una intérprete con tirón comercial.
Por muy buena habilidad interpretativa que tuviera Dern, en aquel momento, antes de hacer Parque jurásico con Steven Spielberg o Un mundo perfecto con Clint Eastwood, no era una estrella que fuera atraer espectadores a las salas por su renombre, por lo que la opción de Foster para aprovechar su victoria en los Premios Óscar, su fuerte interés en el papel y su comprensión profunda del personaje, pasó a ser la idónea.
Desde luego, el resultado que dejó El silencio de los inocentes, película por la que la que Jodie Foster volvió a ser aclamada y obtuvo su segunda estatuilla dorada, ejemplifica que fue la mejor decisión posible. Aunque quien sabe, tal vez si Meg Ryan hubiera tomado el riesgo de salir de su zona de confort, adentrarse en esta historia oscura sobre los asesinos Buffalo Bill y Hannibal Lecter y expandir sus registros en lugar de sentirse ofendida, podríamos haber disfrutado de otra vertiente de la novia de América que hubiera creado un interés adicional a este clásico de los 90.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.
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