Los motivos de Paloma Herrera que precipitaron su renuncia: “No podés tener un cuerpo de baile de 100 y que bailen 50″
Tras anunciar su renuncia al cargo de directora del Ballet Estable del Teatro Colón, Paloma Herrera habló con LA NACION y dio detalles de su decisión.
“Es indeclinable. No voy a volver, no tiene sentido, todo lo que podía hacer lo hice. Lo que se necesita cambiar es más de base”, señala Herrera en diálogo con este medio luego de que tomara estado público la carta que le envió a la directora general del Teatro Colón, María Victoria Alcaraz.
En su carta, Herrera anticipa su decisión y asegura que oportunamente enviará la renuncia formal. Fuentes cercanas al Teatro señalan que la directora general y la exbailarina se reunirán este miércoles.
“Debo aclarar que desde que asumí el cargo de directora del Ballet Estable (en febrero de 2017) siempre hubo problemas muy graves que me afectaron muchísimo. Nunca a lo largo de estos cinco años estuvo en mis planes renunciar, sino todo lo contrario. Redoblé mis esfuerzos y así pude convertir al Ballet Estable del lamentable estado en el que se encontraba cuando llegué, en el espectáculo más taquillero de la Casa, superando con holgura a la Opera, históricamente espectáculo que vendía mayor cantidad de entradas”, señala Herrera en su texto y vuelve a sostener en diálogo con LA NACION.
“Todas las personas que tenemos carrera en el exterior queremos la excelencia. Por algo se han ido bailarines, ¿no? Yo quise cambiar eso, que no tuvieran que irse del país, pero hay cosas de base que si no se modifican son insostenibles”, manifiesta la exprimera figura del American Ballet de Nueva York.
Uno de los aspectos más críticos para Herrera es la conformación del ballet estable, que “tiene un cuerpo de 100 bailarines pero bailan 50. Yo siempre fui muy idealista, creí que podía cambiarlo, que los jóvenes pudieran tener oportunidades, elegir la gente que merece bailar y veo que no es posible. Hay gente que está hace años. Viene un coreógrafo de afuera y no le puedo decir que ponga a quien quiera, sino que tiene que elegir a tal o cual porque esa persona hizo el rol hace 20 años. Uno quiere poner a la persona que se lo merece, que tiene el talento. ¿Qué pasa en el fútbol, le decís al técnico quién tiene que jugar? El bailarín sabe que es una carrera corta, que tiene que mantenerse, tomar clases todos los días. No puede quedarse quieto, no moverse”.
Como señala en su carta, Paloma Herrera confirma que su decisión se precipitó “a raíz de una reunión” que tuvo con el director ejecutivo del Teatro Colón (Martín Boschet) a finales de año, “con el objeto de conversar acerca de la temporada 2022 que ya estaba presentada. Me hizo saber que para el 2022 tiene una lista de los maestros que vendrán, que se harán audiciones para las categorías de principales y solistas, pero solo para algunos. Los que él elija no harán audiciones y quedarán, y el resto que tenía la categoría por méritos ganados volverían a cuerpo de baile y audicionarían, pero sería yo quien debería hacerme cargo de esta decisión frente a los bailarines por ser la directora. Que tengo la obligación de hacer bailar a todos los bailarines, más allá de su edad y su condición físico/técnica”.
La intención de Paloma Herrera era la de contratar “gente del Instituto, que es joven y quiere bailar”, señala. “Pero en lugar de eso me obligan a elegir gente de 45 años que está en su casa y que nunca vino al Teatro. Hay gente que no conozco, que no está bailando y cobra su sueldo”, agrega.
Con respecto al diseño de la temporada 2022, la exbailarina la define como maravillosa. “Los bailarines que vienen este año son lo más top de lo top. Yo bailé con Roberto Bolle, una figura que viene en su último año porque yo lo llamé. Y así pasó con todos, porque confían en mí. Como Herman Cornejo, que va a volver. Gente que quiere volver y gente que no vino nunca que dijo que sí porque estaba yo. Yo dejé todo impecable, pero es contradictorio: cómo querés que ponga un Romeo y Julieta, un Giselle o La viuda alegre, que son tan difíciles, si no me das los bailarines que necesito. No sé si los contratos se firmaron, yo dejé los contactos y estaba todo en proceso”.
Agradecida con su equipo de trabajo, con sus maestros y con el público, al que le dedicó un posteo en su cuenta de Instagram, Herrera concluye: “Cuando tomé la compañía no había mucho público de ballet y terminamos con sold out en todas las funciones. Es muy gratificante y es lo que me permitió seguir todos estos años”.
A la exbailarina la precedieron en su cargo Maximiliano Guerra, que permaneció dos años como director y Lidia Segni, al frente del ballet estable durante una década.