Todo lo que necesitas saber sobre el amor líquido

Seguro que habrás escuchado hablar en más de una ocasión sobre el amor líquido sin terminar de saber qué es exactamente este tipo de amor. Este término fue acuñado por el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman para describir un tipo de amor caracterizado por su fugacidad y transitoriedad en la sociedad moderna. Bauman sostiene que en la era actual, las relaciones humanas tienden a ser más volátiles y efímeras, al igual que los líquidos que no tienen una forma o estructura definida.

El autor de esta descripción del amor sugiere que las conexiones interpersonales se vuelven más frágiles y desechables. Las personas tienen una mayor capacidad de elección y libertad, pero también experimentan una sensación de inseguridad y vulnerabilidad debido a la falta de compromiso a largo plazo. Las conexiones pueden ser fácilmente descartadas cuando ya no cumplen con las expectativas o cuando se encuentran nuevas oportunidades. El amor líquido, en definitiva, se basa en la idea de que las relaciones humanas se han vuelto más líquidas en comparación con las estructuras sociales más sólidas y estables del pasado, como el matrimonio o la comunidad tradicional. ¿Qué opinan los expertos de este tipo de amor?

"Zygmunt Bauman caracteriza este tipo de amor por la fragilidad de los vínculos que lo componen, que forman “conexiones”, que no “relaciones” desechables, con tendencia a romperse con facilidad, sin compromisos ni futuro", nos explica Alicia González, Psicóloga especialista en relaciones de pareja, invitada a Talk As You Are de Control.

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Características principales del amor líquido

El amor líquido define relaciones que, como el agua, siempre encuentran la manera de hacerse camino entre las grietas y desaparecer. Que no solidifican, ni permanecen. Son relaciones que satisfacen deseos temporales y personales, “egoístas” porque no buscan construcción ni futuro en equipo, sino autocomplacerse. Relaciones instrumentales, intensas, a veces explosivas, pero sin bases estables, profundas y duraderas.

La experta en pareja nos confiesa que hace una semana estuvo en un parque de atracciones mientras veía a la gente esperar las eternas colas, pensaba en este tipo de amor. "Esperamos eternidades buscando felicidad duradera en colas de atracciones que duran 30 segundos, pero luego nos quejamos de lo poco que ha durado. ¿No sabías ya al entrar en la cola lo que ibas a recibir?", reflexiona.

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¿Por qué el amor se ha vuelto líquido?

Alicia González saca a relucir una situación que los educadores infantiles están observando: los niños tienen cada vez menos tolerancia a la frustración. Algo que a ella no le sorprende, puesto que considera bastante normal que estos pequeños no soporten la lentitud que conlleva el aprendizaje cuando todo lo queremos para ayer. "Y lo peor de todo es que en la mayoría de casos, lo acabamos teniendo", indica.

"Eso puede conducirnos a buscar la eternidad en las cosas efímeras que jamás nos van a satisfacer como deseamos, pero no toleramos el sosiego, la quietud, la incertidumbre, los espacios en blanco", continúa.

Por todo ello, ¿cómo íbamos a tolerar las relaciones que se cuecen a fuego lento? Las aplicaciones de citas nos dicen que tenemos opciones para dar y regalar, podríamos tener cada fin de semana, un encuentro intenso y de película, como un amor de verano, que sabes que terminará.

Es por todo ello que no es sorprendente que aparezca este tipo de amor, que denominamos líquido.

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¿Cómo afecta a las relaciones?

Si lo que ahora quieres es eso, no tener profundidad, saltar de una relación a otra, el amor líquido es bueno para ti. "El problema viene cuando quizá sí que te apetece conectar, pero ni sabes cómo hacerlo, dónde buscar (en quién me fijo, quién me atrae), cómo sostener, cómo conectar con tus propias emociones… o también cuando quieres, pero no te permites tenerlo", indica la experta.

Nos explica que este último caso es bastante común en terapia. Personas que acuden porque se sienten terriblemente vacías después de mantener relaciones esporádicas y resulta que lo que les ocurre es que desean conexión y buscan tenerla con personas que no están disponibles al mismo nivel que ellas, o que quizá quieren esa profundidad, pero no la demuestran porque están llenas de miedos.

"Hemos pasado de ver cómo nuestros padres y abuelos aguantaban lo insostenible, a huir a la primera de cambio por miedo a sufrir. Es importante reconocer el sufrimiento como parte de cualquier relación: por el miedo al fracaso, a la pérdida, a la traición, a enfermedades, a desilusiones o desencuentros, a los baches de la vida, a las crisis, a las renuncias (siempre con límites)". Pero hay que enfrentarse a ello. Es como quien acude a terapia para no sentir ansiedad nunca más y termina su proceso sabiendo convivir con ella. Nos faltan herramientas para poder convivir de manera sana y profunda con nuestra pareja.

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¿Qué papel juegan las tecnologías y las redes sociales?

El universo online forma parte del mismo en el que vivimos, y a veces se nos olvida. "Hay personas que te dejan de hablar, pero por redes están como 'suricatos', pendientes de cada movimiento que haces. ¿Cómo le cuento a la cabeza esto para que lo entienda? No puedo. ¿Cómo es posible que no me dirijas la palabra y me observes e incluso interacciones conmigo en redes?", se pregunta la participante de las charlas Talk as you are de Control

Alicia González continua compartiendo que a menudo le escriben personas preocupadas porque sus parejas chatean demasiado con otras u otros, o les dan a like a según qué fotos que consideran provocativas… la excusa de esas parejas a es: pero si ni la conozco, si da igual, no sé ni quién es. Pero es curioso cómo sentimos que ese influencer que te deja ver toda su vida casi forma parte de la tuya, como si le conocieras. El mundo online, el universo virtual, forma parte de nuestra vida, y lo que hacemos, lo que no, lo que decimos, lo que escogemos mostrar u esconder, dice mucho de quienes somos o de qué manera nos pretendemos mostrar.

 

¿Qué críticas se han planteado al concepto de amor líquido?

"El otro día una pareja acudió a consulta porque ella se planteó abrir la relación, él no quiso, ella aceptó, pero él empezó a tener mucha inseguridad y una baja autoestima, lo que hizo que tuviera actitudes de control, sentía mucha ansiedad cada vez que ella salía, etc. Llegamos a la conclusión de que, tú puedes sentirte atraído por otras personas, incluso puedes expresar a tu pareja la idea de cambiar las normas de vuestra relación, pero también y más importante, existe el autocontrol y las renuncias", nos cuenta.

Hoy en día parece que hay que tener muchísimo cuidado al hablar de esto porque fácilmente se malinterpreta. En el caso de la pareja, ella era muy feliz con él, quería estar con él, a poder ser, toda la vida, no sentía que le faltase nada, pero sencillamente lo planteó con curiosidad, por probar algo nuevo. Ella ha escogido renunciar a esa opción, de manera libre, porque le compensa seguir con su pareja. Le quiere, es feliz con él, y punto.

La experta en pareja nos recuerda que en la actualidad la renuncia se relaciona con toxicidad, cuando todos, absolutamente, hacemos renuncias a diario. Porque la convivencia es un baile, en el que quizá, hoy cedo yo, y mañana cederás tú. "El problema obvio está cuando la balanza está totalmente descompensada y siempre cede el mismo, pero en una relación sana hay renuncias porque está formada por dos personas únicas, diferentes e irrepetibles que pretenden crear algo en común", afirma.

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¿Cómo se relaciona el amor líquido con la cultura del consumo y la individualización?

Hace unos años empezó a surgir un movimiento muy individualista, de nuevo, surgido desde la herida, aprovechándose del “¿has visto que cuando das, ofreces, cuidas, la gente no te cuida como tú a ellos?” E intentado que nos posicionemos en “tú eres lo más importante de tu vida”. Como concepto, no está mal, pero tampoco debe ser el lema de nuestra vida. Porque sí, es súper importante y esencial que te cuides, que te respetes, que te valores… Pero si tú no lo haces, bien porque estás en un mal momento, o porque no sabes cómo, no dejas de ser merecedor de amor. Por tanto, aunque no te quieras, te van a querer. Y si te quieres demasiado, quizá no dejas espacio para recibir otro amor que no sea el tuyo propio.

"La vulnerabilidad atrae, y cuando digo esto no me refiero a que lo herido atrae a salvadores, porque muchas personas lo entienden de esa manera, relacionando así vulnerabilidad don debilidad. No, mostrarse como uno es, con sus sombras y sus luces, y sentir seguridad mientras lo haces, atrae a otras personas que lo admiran porque, o bien, también lo hacen o bien lo quieren hacer", indica.

Entonces, "si somos seres sociales que necesitan a los demás; si muchas de nuestras heridas acaban de cicatrizar cuando nos vinculamos con personas que nos sanan; si es justamente cuando estamos abiertos, bajamos muros y ofrecemos disponibilidad, que atraemos a personas sanas. ¿Qué crees que opino del individualismo? Que es una trampa que provoca soledad no escogida, disminución de la empatía, más dificultad de construir relaciones con una base sólida y segura, entre otras muchas cosas más", asegura.

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¿Qué estrategias se pueden adoptar para construir relaciones más sólidas?

Pregúntate: ¿qué es lo que quiero ahora mismo? Si repaso las decisiones que estoy tomando, ¿qué es lo que siento cuando las llevo a cabo? ¿Cómo me siento cuando hago lo que se supone que quiero? ¿Si le dejase el timón a mi corazón, a mi cuerpo… tomaría decisiones diferentes? Tómate un tiempo y visualízate haciendo lo que te dice tu corazón, o tu cuerpo… ¿Cómo te sientes?

Aprende a gestionar tus emociones: si estoy conectada conmigo misma y no vivo en automático, sabré detectar cómo me estoy sintiendo cuando estoy con esa persona y actuaré en consecuencia.

Para terminar, Alicia González sugiere la posibilidad de ir a terapia si uno siente que continuamente repite patrones e historias con el mismo tipo de personas. Y todo esto no le satisface.