La peor cara de Juan Carlos I sale a la luz hablando sobre la infanta Elena
El emérito Juan Carlos I tiene una vida llena de luces y sombras desde antes de ser coronado y a lo largo de su reinado así como en su retiro. La vida de este monarca campechano y, según dicen, mujeriego esconde tantos secretos que todavía hay mucho que revelar sobre él.
Para eso está la periodista especializada en monarquía Pilar Eyre que no da puntada sin hilo en su blog de la revista ‘Lecturas’. Pilar es conocida hace años por descubrirle al gran público los entresijos y las caras ocultas de nuestros ‘royal’ que, como todos, meten la pata hasta el fondo de vez en cuando.
En esta ocasión Juan Carlos I habría hecho alarde de una enorme falta de empatía con su hija Elena cuando ésta decidió divorciarse oficialmente de su por aquel entonces marido Jaime de Marichalar.
Hablamos de 15 años atrás, si la sociedad de hoy en día sigue siendo patriarcal y machista, imagínate cómo era en aquella época. El por aquel entonces rey no querría escándalos y tampoco que la imagen de la corona quedara dañada por un divorcio familiar.
Según la periodista, el padre de Felipe VI estaba poniéndose bótox en una clínica de Barcelona de su confianza y allí se dejaba llevar y soltaba la lengua hablando de la situación de su hija Elena.
Eyre recrea la conversación que deja en fatal lugar a Juan Carlos I, quien se dirigiría a su médico:“¿Sabes que mi hija, la infanta Elena, se va a separar oficialmente de Marichalar?” a lo que el doctor, de supuesta mente más abierta le respondió que, si no se llevaban bien, era lo mejor que podían hacer, iniciar vidas por separado.
Ante esta respuesta, el rey se habría indignado muchísimo y habría espetado un rotundo: “¡Pues no, que se aguante y se joda, como hemos hecho todos!”. Esta frase ya deja entrever que hace referencia a su matrimonio con Doña Sofía, con la cual dicen que habría perdido el amor hace décadas.
Pero, no contento con soltar esto, Juan Carlos I insistía en la repercusión que algo así podría tener en la institución: “¡Claro que no se llevan bien! Pero cuando le dio el ictus a Jaime le dije que resistiera, que daría una imagen tremenda de la familia si lo abandonaba en esos momentos”.
Además, haciendo bochornoso alarde de la imagen social de la mujer en la época, el Borbón habría dicho, siempre según Eyre, que: “Yo le he dicho que no lo haga, que en España una divorciada es menos que nada. ¡Una señora sola es un cero a la izquierda en sociedad! Pierde amistades, la aíslan, las otras mujeres la temen y dejan de invitarla, mis amigas separadas después se han arrepentido.”
La cosa entre Elena y Jaime ya venía de lejos, en 2004 Elena le habría dicho a su padre que no aguantaba más y él le habría pedido que esperara a que Letizia y Felipe se casaran para no quitarles protagonismo, cosa que la infanta aceptaría altruistamente a pesar de su presunta falta de felicidad.
A pesar de la negativa continuada del ahora rey emérito al divorcio, el 13 de noviembre de 2007 la infanta Elena anunciaba el cese de su convivencia con Jaime de Marichalar, con quien se había casado en 1995 y junto a quien era madre de Victoria Federica y Felipe Juan Froilán
A día de hoy ambos hijos tienen buen trato tanto con su madre como con su padre aunque, recientemente, Elena y Marichalar coincidieron en un evento y no se habrían saludado así que quizá queden muchas asperezas del pasado entre ellos que no fueron limadas.
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