Cómo prevenir la aparición de la papada y qué hacer para eliminarla si ya la tienes
Parece casi inevitable que con la edad surja ese extra de volumen en el rostro conocido como doble mentón o papada, pero además del paso del tiempo, la genética y el sobrepeso, la postura -sí, esa en la que permanecemos mucho tiempo observando la pantalla del celular- acelera su aparición.
Y es que en la zona submentoniana también hay músculos que pueden mantenerse en forma aunque la pérdida natural de colágeno con el envejecimiento se encargue de hacerlos más flácidos. La cuestión es no ponerle la tarea fácil al tiempo y prevenir en lo posible que ocurra.
Para entender de qué se trata esta batalla, es importante conocer por qué aparece la papada. La doctora Karolina Landaeta, especializada en medicina estética por la Universidad de Islas Baleares explica que la papada se forma por la acumulación de grasa en la zona submentoniana y submandibular, y está condicionada por varios factores: el genético, la morfología de huesos, la formación de los músculos platismales, que sean más anchos o más cortos, y el sobrepeso.
“Incluso hay pacientes que aunque estén en su peso ideal y presentan doble mentón porque tienen acortados los músculos que están cerca de cuello, o la mandíbula corta. Esto también es un factor genético. Además, a medida que pasan los años, esta grasa que se va acumulando en esa zona se combina con la flacidez, lo que la hace más notoria, pero la buena noticia es que sí tiene tratamiento”.
Por otra parte, cabe destacar que los malos hábitos en nuestro estilo de vida también contribuyen con la aparición acelerada de la papada. Por ejemplo el consumo de tabaco, pues afecta la oxigenación de la piel y limita la circulación sanguínea, además de la oxidación que produce en todo el organismo; no protegernos del sol adecuadamente sin extender el producto hacia el cuello y el escote; no hidratarnos consumiendo suficiente agua; y como se mencionó anteriormente, la mala postura que implica el uso ilimitado de aparatos electrónicos.
Antes de que aparezca
La doctora Landaeta enfatizó en que si es genético no hay manera de evitarla, basta con revisar si en nuestro árbol genealógico está la temida papada para comprender que seguramente también tendrás este doble mentón, sin embargo, sí hay manera de retrasar su aparición o prevenirla.
La doctora Leire Gorrotxategi, médico estético, recomienda una combinación de ejercicio y dieta saludable según una entrevista publicada en la revista GQ, y no porque la dieta específicamente influya en esa zona, pero evitar el sobrepeso en general con una alimentación baja en grasas, y mantener un estilo de vida saludable que incluya una rutina diaria de ejercicios retrasa el envejecimiento natural del organismo. Además, podemos incluir ejercicios que fortalezcan la musculatura del cuello, así como realizar movimientos para tensar la mandíbula diariamente.
Adicionalmente, evitando hábitos poco saludables y controlando el tiempo que permanecemos en la pantalla de los electrónicos es mucho lo que nos ayudamos. Asimismo, hacer pausas frecuentes, levantándonos del escritorio cada cierto tiempo mientras trabajamos, así como estiramientos también contribuirá no solo a evitar la papada sino con nuestra salud en general.
Manos a la barbilla
Una vez que apareció, cosa inevitable si está escrita en nuestro código genético, es importante recibir un diagnóstico profesional para saber cuál es la causa de su aparición y cuál es el tratamiento adecuado. La doctora Landaeta, recuerda que al caracterizarse por la grasa localizada, es ideal comenzar con tratamientos como la mesoterapia con ácido desoxicólico, que se aplica en el área y hace una lipolisis, que elimina las grasas y luego se eliminan por la orina, pero hoy en día el mercado ofrece más alternativas.
“Existen variedad de tratamientos para esta zona, uno de ellos se realiza con un láser específicamente diseñado para esta zona, el cual, a través del calor destruye la grasa haciendo una especie de barrido. Otro tratamiento novedoso congela las células adiposas para eliminarlas de manera controlada. También se usa el lifting facial para corregir los músculos platismales si están acortados y se hace una liposucción en el área”.
En este sentido, la especialista destaca que a veces es preferible dejar un poco de grasa en la zona, para evitar una flacidez demasiado pronunciada, ocasionando lo que se conoce como cuello de gallo. Para estos casos se aconseja tratar la flacidez con tratamientos como los hilos tensores que ayudarán a renovar el colágeno produciendo tensión en el área.
Para los casos que tienen que ver con la estructura del rostro, Landaeta afirma que “es posible trabajar el reborde mandibular con tratamientos basados en ácido poliláctico, o policaprolactona, con hilos tensores, o con ácido hialurónico de alta densidad para pronunciar el mentón, y eso hace que, a la vista, haya una mayor formación del hueso y por ende mayor estiramiento de la piel en la zona submentoniana”.
La doctora resalta que cada caso es individual. Los médicos especializados deben observar muy bien que estén dadas las condiciones y, sobre todo, si el paciente es obeso recomendarle a bajar de peso para poder proceder con estos tratamientos.
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