El niño de ‘La profecía’ que iba camino al estrellato en Hollywood y tomó un rumbo inesperado

Seamus Davey-Fitzpatrick se convirtió en un icono del cine de terror gracias al remake de La profecía, la película de 2006 que adaptó el clásico de 1976 sobre la llegada del Anticristo bajo la forma de aquel niño llamado Damien. El actor, que en aquel momento solo tenía siete años, fue el encargado de dar vida a este diabólico personaje y de grabar su rostro en nuestras pesadillas, lo que le abrió las puertas a papeles de prestigio en Hollywood. Sin embargo, en lugar de seguir creciendo como actor, optó por dar un giro inesperado a su carrera.

Al ser hijo de los actores James Hugh Fitzpatrick y Marty Davey no tuvo problema para entrar en la industria. Empezó trabajando en comerciales y cortometrajes, pero no tardó en dar en salto a proyectos de éxito como Sex and the City, donde tuvo un pequeño papel en uno de los episodios de la sexta temporada en 2003. Tres años más tarde, alcanzaría el estrellato con La profecía, aunque, debido a su corta edad y al carácter adulto del proyecto, ni siquiera fue consciente de lo que estaba logrando.

Según contaron sus compañeros, entre los que se encontraban Liev Schreiber, Julia Stiles o el director John Moore, en ningún momento se le dijo que interpretaba al mismísimo Anticristo por miedo a que se asustara, lo que les planteó un reto complicado que, sin embargo, el pequeño Seamus Davey-Fitzpatrick superó con creces. "No le dijeron que haría el papel del diablo. Se lo ahorraron porque era demasiado joven para entenderlo. Pero fue muy obediente cuando John le pidió la cara de Damien", destacaba Julia Stiles a World Entertainment News Network.

Viendo el éxito de este remake de La profecía, que pese a no ser aprobado por la crítica recaudó casi 120 millones de dólares en taquilla, Hollywood no tardó en tenerle en cuenta para proyectos de prestigio. Por aquellos años actuó en series aclamadas como The Black Donnellys, Damages, Lights Out o más adelante en Person of Interest, lo que le ayudó a trabajar con importantes directores una vez entró en la adolescencia.

En concreto, trabajó con Wes Anderson en Moonrise Kingdom: Un reino bajo la luna, donde coincidió con estrellas como Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDonarmand o Tilda Swinton. También colaboró con Richard Linklater en la tercera parte de la trilogía romántica Antes del amanecer, en la que interpretó a uno de los hijos de los personajes de Ethan Hawke y Julie Delphi. Además, Edward Zwick, el responsable de Leyendas de pasión o El último samurái, le fichó para La jugada maestra junto a Tobey Maguire.

Todo parecía ir sobre ruedas, pero, ante la inseguridad que puede despertar una industria como Hollywood en etapas tan tempranas de la vida, Seamus Davey-Fitzpatrick prefirió dejar de lado la interpretación y centrarse en sus estudios. Aunque eso sí, con la intención de volver a Hollywood y expandir su carrera hacia otros ámbitos del audiovisual.

Un método diferente de cumplir su sueño en Hollywood

Tal y como publicó en sus redes sociales, en 2017 se retiró de la interpretación para ir a estudiar un grado en cinematografía en la School of Visual Arts de Nueva York, buscando cumplir su sueño de gestar o dirigir proyectos tras las cámaras. No obstante, cuando volvió al mundo audiovisual para poner en práctica sus nuevos conocimientos, lo hizo en un ámbito que no hubiéramos imaginado.

El actor de La profecía acabó especializándose en labores sonoras y en 2020 regresó a Hollywood como técnico de sonido para televisión. Trabajó para producciones de cadenas estadounidenses como Lifetime o el canal Historia en comedias como The Holiday Fix Up o la serie documental The Booze, Bets and Sex That Built America.

En su Instagram, donde comparte fotos de sus labores en rodajes, admite que es un labor que le divierte, sobre todo en lo que respecta a la creación de efectos sonoros como, por ejemplo, el de una explosión o el eco de una cueva. De hecho, además de su labor para producciones televisivas, también colabora con el sonido de pequeños cortometrajes, lo que demuestra que en este nueva faceta profesional encontró una pasión inesperada.

Eso sí, en la actualidad, a sus 25 años, no se ha olvidado de su salto al estrellato con La profecía y la interpretación, ya que en su vuelta al audiovisual también ayudó a sacar adelante proyectos de cortos prestándose a actuar en ellos, incluido alguno de terror como uno llamado Casas embrujadas. No obstante, esto fue puntual y ahora su vida profesional parece centrada al 100% en trabajar tras las cámaras como técnico de sonido.

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