Rachel McAdams depila de raíz el canon de belleza en Hollywood con vello en las axilas

SAN DIEGO, CALIFORNIA - MAY 04: Rachel McAdams attends the
SAN DIEGO, CALIFORNIA - MAY 04: Rachel McAdams attends the "Top Gun: Maverick" World Premiere on May 04, 2022 in San Diego, California. (Photo by Axelle/Bauer-Griffin/FilmMagic)

Rachel McAdams es noticia. Y no por el éxito de una película (la más reciente no se ha estrenado todavía), ni por una anécdota de sus éxitos pasados (¿Chicas pesadas, Diario de una pasión, les suenan?) o por declaraciones polémicas. Sino por haber posado con vello en las axilas para Bustle y solicitar expresamente que sus fotografías fueran editadas “lo mínimamente posible”. Sin embargo, lo más importante lo encontramos en su mensaje. Uno tan claro y contundente que depila de raíz el exigente canon de belleza de Hollywood.

La actriz canadiense pidió expresamente que las fotos la mostraran al natural porque quiere representar y reflejar una verdad que la industria lleva décadas negando: que la belleza, en este caso femenina, no se ajusta a un prototipo de perfección idealizada. Que cada cuerpo cuenta una historia y, en su caso, el de una mujer que tuvo dos hijos (en 2018 y 2022) y tiene 44 años. “Con esta sesión, estoy usando ropa interior de látex. Pero he tenido dos hijos. Este es mi cuerpo, y creo que es muy importante reflejarlo en el mundo”, declaró a Bustle.

“Está bien lucir lo mejor posible, trabajar en ello y estar saludable, pero eso es diferente para cada uno”, añadió. Su posado y palabras dejan claro que con la petición de retocar “mínimamente” sus fotos y exponerse al natural -con vello, arrugas y curvas (pueden ver todas las fotos en la misma entrevista de Bustle)- expone su historia, en lugar de imponer y repetir un canon de belleza estereotipado bajo la lupa de la perfección inalcanzable.

Con su mensaje, Rachel McAdams se suma a la lista de artistas que trabajan por cambiar la imposición social de la perfección física sobre la mujer. Renovando el concepto de belleza y eliminando de raíz el prototipo inalcanzable que durante décadas moldeó la mirada más juiciosa de la belleza.

Meryl Streep y Judi Dench lo hicieron desde la experiencia, revelando al mundo cómo las tildaron de ‘feas’ al principio de sus carreras cuando personajes del negocio les dijeron que no iban a tener oportunidades. O Kate Winslet que calló la boca de la profesora de drama que le dijo que iba a tener que conformarse con aceptar “papeles de chica gordita” con una carrera variopinta y exitosa. Mientras que en los últimos años también se ha encargado de romper el molde a través de series como Mare of Easttown, negándose a que su cuerpo fuera retocado con Photoshop en los pósteres promocionales (los devolvió cuando vio los retoques digitales que habían hecho) y formando parte de campañas de L’Oreal donde se muestra completamente al natural para hablar del autoestima.

O Drew Barrymore y Cameron Diaz que hace un par de años fueron noticia después de publicar una foto completamente al natural, dejando al descubierto las marcas de la experiencia. La fotografía fue recibida con comentarios positivos y aplausos virales, imponiendo el mensaje de cambio. Un mensaje al que recientemente se sumó Karol G, criticando los retoques digitales hechos sobre su cuerpo en una portada de la revista GQ. Sin olvidar a Emma Thopmson que, a sus 64 años, se enfrentó a las “demandas odiosas” de su industria (como calificó ella la imposición de la perfección física sobre la mujer) apelando a la valentía para hacer su primer desnudo frontal en Buena suerte, Leo Grande.

“Me encanta esa yuxtaposición de belleza, glamour, fantasía y luego verdad”, dijo Rachel McAdams a la hora de definir la estética del posado para Bustle con vello y naturalidad. Algo que ya había experimentado en 2018 cuando hizo otra sesión para la revista Girls. Girls. Girls. posando con un extractor de leche.

De esta manera, Rachel McAdams flandea la bandera del cambio demostrando a Hollywood y el mundo que no hay nada más normal, cotidiano y natural que el vello corporal, las arrugas o las formas de cada cuerpo. Porque cada físico cuenta una historia y si bien explica que lleva ropa interior ajustada, la naturalidad sobresale en todas las fotografías.

La normalidad es algo que la actriz canadiense protege desde los primeros éxitos de su carrera. No solo vive lejos de Hollywood con su pareja, el guionista Jamie Linden, sus dos hijos y dos perros, moviéndose por su pueblo en bicicleta. Sino que en los inicios de su carrera, cuando había tocado la cima con Chicas pesadas; Los cazanovias y Diario de una pasión, lo dejó todo. Volvió a Canadá y se tomó dos años alejada del bullicio.

El ascenso al estrellato había sido demasiado repentino y rechazó papeles en grandes producciones como El diablo viste a la moda, Casino Royale, Misión: Imposible III, Iron Man, y Superagente 86. Y si bien ahora reconoce que algunos proyectos “desearía haberlos hecho”, también sabe que, observando en retrospectiva, las actrices elegidas en su lugar fueron “las indicadas” después de todo. Asegura haberse sentido “culpable por no capitalizar la oportunidades que le estaban dando”, pero era consciente de que “no encajaba con mi personalidad y lo que necesitaba para mantenerme cuerda”. Y al final, el descanso la ayudó a sentirse “empoderada”. “Me ayudó a sentir que estaba recuperando algo de control. Y creo que me permitió entrar por una puerta diferente” declara.

En resumen, todo esto nos habla de una actriz que siguió sus instintos desde un principio. Alejándose de Hollywood cuando le hizo falta o rompiendo con el canon de perfección femenina de la industria, con toda la naturalidad del mundo. Con vello y a lo loco.

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