Las razones por las que estamos más tristes en enero (y cómo evitarlo)

mujer triste y pensativa sentada en el sofá en Navidad
(Halfpoint Images,Getty Images)

Con la llegada del nuevo año, muchas personas experimentan un descenso en su estado de ánimo. Y es que tras el parón que suponen las fiestas navideñas con sus celebraciones y reuniones, a comienzos de enero se combinan factores como la vuelta a la rutina, las limitaciones económicas y la menor exposición al sol, que pueden influir en nuestro bienestar. En enero también celebramos el Día Mundial de la Depresión, una fecha clave para reflexionar sobre qué debemos hacer para levantar el ánimo. Pero antes, veamos qué nos dicen los expertos sobre esta tristeza que podemos sentir a comienzos de año.

De entrada, Noelia Romero, experta en mindfulness y colaboradora de la aplicación de meditación Petit BamBou, nos cuenta que son varios los aspectos que pueden ser desencadenantes de esta cuesta emocional.

Las emociones en Navidad: de la alegría a la nostalgia

Durante la época navideña, es común sentirnos rodeados de un entorno cargado de expectativas. La publicidad y la sociedad nos empujan hacia la idea de una felicidad absoluta, pero esto puede generar un contraste doloroso en quienes atraviesan momentos difíciles. Muchos nos tenemos que enfrentar a la ausencia de un ser querido en la mesa o lidiar con situaciones personales complejas. Todas estas experiencias suelen dejarnos más vulnerables cuando las celebraciones terminan.

Menos luz, más melatonina: el impacto del invierno

La falta de horas de sol típica del invierno puede llevar a lo que se conoce como trastorno afectivo estacional (TAE). Este fenómeno se debe a cambios en nuestros ritmos biológicos, como el aumento de la melatonina, que regula el sueño, y la reducción en la producción de serotonina, clave para mantener un buen estado de ánimo. Enero, con sus días cortos, se convierte en un mes especialmente propenso a estos desequilibrios.

La rutina, un arma de doble filo

Después de las fiestas, retomamos nuestras actividades diarias, pero no siempre es fácil. Aunque la rutina nos aporta estabilidad, durante las celebraciones solemos alterar nuestros horarios, descanso y hábitos, lo que puede generar una sensación de estrés al intentar recuperar el ritmo habitual.

Mujer escribiendo en la agenda sus propositos de año nuevo
(Adobe Stock)

Propósitos de año nuevo: una fuente de presión

El inicio del año trae consigo la idea de nuevos comienzos. Los podemos coger con ilusión, pero también puede ser fuente de ansiedad. La presión social para establecer y compartir metas puede derivar en frustración o tristeza, especialmente si no tenemos claro hacia dónde dirigir nuestros esfuerzos. Según Romero, es importante recordar que cualquier momento del año es válido para trabajar en nuestras metas y que no debemos juzgarnos si necesitamos más tiempo para reflexionar.

Lidiar con el dinero post-Navidad

Las fiestas suelen afectar a nuestras finanzas, lo que puede generar estrés cuando llega el momento de afrontar gastos adicionales. Planificar nuestras compras con mayor consciencia puede ayudarnos a evitar la frustración que surge tras gastar de manera impulsiva.

Estrategias para mejorar tu bienestar en enero

¿Cómo superar esta cuesta emocional? Romero ofrece algunas recomendaciones prácticas para gestionar mejor este periodo:

  1. Dedica unos minutos a meditar cada mañana. La meditación no solo reduce el estrés, sino que también mejora nuestra capacidad para manejar emociones y expectativas.

  2. Rodéate de personas que te aporten energía positiva. Comparte momentos con tus "personas vitamina", abraza, sonríe y disfruta de su compañía.Cuida tus hábitos saludables. Mantén una dieta equilibrada, realiza ejercicio físico y prioriza tu descanso.

  3. Practica el autoconocimiento y la regulación emocional. Aprende a identificar y gestionar tus emociones para afrontar los retos diarios con mayor serenidad.

  4. Sé consciente en tus decisiones económicas. Antes de realizar una compra, pregúntate si realmente la necesitas y cuánto te aportará a largo plazo.

  5. Haz algo que te guste sin sentir culpa. Prioriza actividades que te generen bienestar, ya sea escuchar música, pintar o simplemente descansar.

Cómo puede ayudarte la meditación

La práctica de la meditación se convierte en una herramienta muy útil para afrontar esta etapa del año. Según explica Romero, no solo nos ayuda a gestionar el estrés, sino que también nos enseña a ser más compasivos con nosotros mismos, reducir impulsos y disfrutar del presente. Existen muchas aplicaciones, como Petit BamBou, que ofrecen programas diseñados específicamente para abordar estas necesidades, desde técnicas para recuperar energía hasta ejercicios para soltar el estrés y cultivar el pensamiento positivo.