Rihanna y la versión empoderada de la bata de maternidad
Lacitos, colores pasteles, accesorios excesivamente tiernos, estampados con motivos de bebé y más detalles edulcorados suelen ser parte del vestuario disponible en el mercado para las embarazadas. Aunque grandes marcas han logrado universalizar este tópico ofreciendo prendas cómodas y actuales, siempre resulta un desafío mantener un estilo -por lo menos- auténtico cuando la barriga de la gestante va creciendo.
Rihanna, desde el anuncio de su embarazo, nos ha dado clases de estilo y autenticidad mostrando que estar embarazada no es obstáculo para lucir actual, sexy y, sobre todo, como una mujer adulta a cargo de todas sus responsabilidades, de su individualidad, aunque esté esperando un bebé.
La cantante, actriz y empresaria ha sabido impulsar su estilo y sus marcas para poner de moda el embarazo como una bandera de poder femenino, comprometida con expresarse a través de su estilo personal que, definitivamente, no incluye baticas de maternidad.
La vimos en el desfile de Off-White con un mini vestido de cuero en un seductor tono peach y, en la misma semana, asistió al desfile de Dior mostrando su lingerie, bajo un vestido transparente; además llevó la rebeldía a un punto extremo usando capa y botas de cuero. Lo más impresionante fue que se veía increíblemente bien, sobre todo porque se nota lo cómoda que está en este nuevo rol.
De hecho, en una entrevista reciente para Entertainment Tonight reveló que para ella combinar maternidad y moda es un desafío. “Estoy tratando de disfrutarlo tanto como puedo, y la moda es una de mis cosas favoritas. Estamos desafiando lo que significa estar embarazada y ser madre”, dijo y agregó que “a veces puede resultar incómodo, por lo que puedes vestirte para el papel y fingir”.
Embarazada es hoy sinónimo de aceptación
La profesora Carolyn Aldana, directora del Instituto Cecrea especializado en moda, en Madrid, menciona que el embarazo también ha estado de moda a lo largo de la historia.
"En la Edad Media llevar el vientre abultado estaba de moda. Podemos observarlo en muchas obras de arte que retrataban a la gente más pudiente. La tendencia eran vestidos que marcaran un soporte bajo el busto y tela para dar a sensación del vientre abultado, porque era sinónimo de fertilidad, feminidad".
Más tarde, en el siglo XVI, se llevó a figura la otro extremo, imponiéndose el corset destacando la cintura estrecha y las caderas altas. Esto se mantuvo hasta los años 20 cuando se relajó la figura y una mujer embarazada podía usar casi los mismos vestidos que usaban las flappers.
Aldana apunta que esto cambió con la llegada de Dior, justamente, y volvió a implementar la silueta con el llamado New Look, con el cual se marcaba considerablemente la cintura y se ensanchaba hacia las caderas.
"Era una época en que las mujeres no aparecían embarazadas en televisión, por ejemplo, lo vemos en la historia de Lucille Ball, en la película Being the Ricardos, en la cual se refleja las complicaciones que tuvo para poder seguir trabajando y que no se notara en cámara su embarazo".
Se asumía, incluso hasta bien entrados los años 80, que la mujer embarazada se quedaba en su casa y debía abocarse a su estado, con lo cual el vestuario consistía en batas que parecían piyamas, frecuentemente estampadas, con cuellos redondos y alusiones infantiles. De hecho, vemos otro ejemplo en la cultura pop en los looks de Diana Spencer embarazada.
"Considero que a partir de la década de los 90, cuando se comenzó a implementar un estilo más andrógino, con marcas como Calvin Klein, se empieza a disociar la cintura marcada y los cánones tradicionales, cosa que motivó a grandes marcas de moda rápida a aprovechar la oportunidad de arrebatar de las tendencias los símbolos evidentes de la figura femenina y los conceptos aniñados, creando y masificando las prendas básicas de la moda: el pantalón negro; la blusa blanca, entre otras, para adaptarlas incluso a la ropa de maternidad y facilitando su estética".
La profesora considera que hoy, con ejemplos como Rihanna y otras modelos y famosas embarazadas, vemos una demostración de la reivindicación de la mujer, de su poder para mostrar su cuerpo tal como es.
"Se ha venido asumiendo progresivamente la aceptación del cuerpo. Lo vemos en las redes, en las noticias, en campañas. Que una mujer se vea feliz y plena en su propio estilo, es todo un avance que hay que seguir impulsando. Ya no tienes que verte forzosamente elegante, sexy, aniñada, sino como eres, estando embarazada, con tu figura posparto o en cada situación natural de la mujer. Naturalizar esto en todos los ámbitos, es sumamente importante".