El discurso de Robert Downey Jr. en los BAFTA deja una reflexión lóbrega sobre las estrellas de Marvel
El actor reflexionó sobre su trayectoria tras ganar el BAFTA al Mejor Actor de Reparto por 'Oppenheimer'.
Oppenheimer continúa imparable en su carrera al Oscar. La película de Christopher Nolan arrasó en los Premios BAFTA y se consolidó como la gran favorita a las estatuillas de Hollywood en las categorías principales, como la de Mejor Actor de Reparto. Mucho se tendrían que torcer las cosas para que Robert Downey Jr., que interpreta a Lewis Strauss en esta cinta protagonizada por Cillian Murphy, no saliera victorioso del Dolby Theater de Los Ángeles el próximo mes de marzo. Toda la narrativa de la temporada de premios y el deber que parece sentir la industria de premiar a una estrella de su talla hacen que este logro parezca un paseo, aunque, como bien está dejando entrever el actor en sus discursos y entrevistas, esta seguridad no la ha tenido tan presente, y ahora, en tono bromista, apunta a un culpable: Marvel.
Durante toda la promoción de Oppenheimer, Downey Jr. ha matizado lo agradecido que ha estado a Christopher Nolan por esta oportunidad, la que considera que le ha sacado de su zona de confort y ha hecho ver al público y a la industria que es mucho más que el actor de cine comercial que hemos visto en los últimos años. Este discurso lo ha vuelto a replicar en los BAFTA, donde ha hecho un repaso por su trayectoria aludiendo a sus grandes papeles y anhelos, aunque, esta vez, a modo de broma, ha decidido añadir una pulla a la franquicia de superhéroes que tantas alegrías le ha dado.
"Cuando tenía 15 años, quería ser Peter O'Toole. Cuando tenía 25, trabajé para Richard Attenborough y Anthony Hopkins. Cuando tenía 35, finalmente entendí por qué Dickie pensó que Tony sería un mejor modelo a seguir para mí que Peter. Cuando tenía 42 años, hice dos películas para Guy Ritchie y aprendí a hacer grandes películas de Hollywood con un estilo británico", afirmaba el actor sobre el escenario de los BAFTA tras recibir su galardón. "Luego interpreté a un tipo llamado Tony en el MCU durante unos 12 años", continuaba, antes de hablar sobre su estancamiento en esta saga diciendo que "recientemente, este tipo, Chris Nolan, me sugirió que intentara un enfoque discreto como último esfuerzo para tal vez resucitar mi menguante credibilidad".
Pese al tono bromista, este repaso a su trayectoria no hace más que poner sobre la mesa que la afirmación sobre el cine de Marvel no va mal encaminada. Pasar de ser un actor de renombre que optó a los Oscar por películas como Chaplin a estancarse en Iron Man y a estar sin proyectos de potencial académico no creó una imagen prestigiosa, que ha sido justo lo que Oppenheimer le ha devuelto gracias a la confianza de Christopher Nolan.
Es cierto que sus problemas legales en los 90 hicieron que su vida y carrera sufrieran un giro de 180º y que las condiciones tan favorables que le ofrecía Marvel, con un sueldo estratosférico que le convirtió en el actor mejor pagado del mundo, no le habrían motivado a buscar el prestigio académico. Sin embargo, su talento siempre ha estado ahí. En cada proyecto, por muy comercial que fuera, nunca ha dejado de transmitir carisma y una capacidad camaleónica con cada personaje, lo que sin duda hace que chirríe que Hollywood no estuviera a la altura a la hora de ofrecerle proyectos fuera de Marvel.
La baja confianza de Hollywood en los actores de Marvel
Solo hay que ver que al abandonar la franquicia tras Avengers: Endgame, justo antes de tomarse un descanso de varios años, la industria solo parecía tenerle en cuenta para levantar proyectos comerciales de nulo interés. Fue el caso de Dolittle, ese descalabro de 2020 que fue vapuleado por todos lados y que, sin duda, no estaba a la altura de todo lo que Downey Jr. nos ha demostrado a lo largo de su carrera. Además, si nos fijamos en otras estrellas de Marvel, podemos comprobar que hay muchas circunstancias como la suya.
Por ejemplo, puede ser el caso de Tom Hiddleston, que pese a destacar en la industria británica con cintas como Solo los amantes sobreviven con Tilda Swinton, El rascacielos con Sienna Miller e incluso interpretar papeles de altura en Hollywood como en La cumbre escarlata de Guillermo del Toro, no parece que meca del cine tenga su talento en un pedestal. En los últimos años, su papel como Loki parecer ser la única fijación que hay sobre él. Le aporta estabilidad, éxitos comerciales y la calidez del cariño del público, pero también estanca sus posibilidades, ya que, salvo series como la no muy popular La serpiente de Essex en AppleTV+, no le hemos visto mucho más.
También lo podemos comprobar con Tom Holland, cuyo éxito arrollador como Spider-Man no necesariamente le ha facilitado las cosas. Ha accedido a grandes blockbusters como Uncharted, pero a la hora obtener prestigio y lograr que la industria le tome en serio y le ofrezca proyectos de ambición académica le cuesta avanzar. Solo hay que ver que ahora lucha por demostrar su versatilidad en todo tipo de medios, como ejemplifica el reciente anuncio de su vuelta a los escenarios con una versión minimalista de Romeo y Julieta en Londres.
Además, las mayores estrellas que se unen al Universo Marvel suelen hacerlo en roles que no les ligue por mucho tiempo a la franquicia, lo que también es muy clarificador de este lado lóbrego que arrastran estas películas. Es el caso Cate Blanchett como la villana de Thor: Ragnarok, de Robert Redford con su rol en Capitán América: El soldado de invierno e incluso de la vuelta de Natalie Portman como Jane Foster en Thor: Love & Thunder, que, aunque se dejara abierta la posibilidad de un regreso en la escena postcréditos, el destino y el arco de su personaje quedan sentenciados con su final trágico.
En los últimos años, tras el éxito masivo de Avengers: Endgame o el primer gran reconocimiento académico a Marvel con la nominación al Oscar de Pantera negra, esta tendencia ha hecho un intento de romperse. Fichajes como el de Angelina Jolie en Eternos o el anuncio de la llegada de Harry Styles o Charlize Theron a la franquicia auguraban un cambio de rumbo, pero tras últimos fracasos de la saga y el que estos planes no se hayan materializado en nada no hace anticipar que las cosas vayan a cambiar a corto plazo.
A fin de cuentas, aunque el discurso de Robert Downey Jr. haya puesto en evidencia el caso de Marvel con esta pulla directa, no deja de ser un mal achacable a todo el cine comercial de Hollywood. Si una estrella se estanca en una saga de éxito tentada por la estabilidad y los buenos sueldos o simplemente por ser su única oportunidad a la vista, difícilmente va a dar una imagen de versatilidad y de ser la opción ideal para proyectos de corte más complejo y académico, incluso aunque haya mucho talento detrás.
Sin ir muy lejos, actrices como Zoe Saldaña, que además de Marvel también ha transitado franquicias como Avatar, Piratas del Caribe o Star Trek y hoy sigue sin reconocimientos importantes, confesó a Women’s Wear Daily en 2022 sentirse artísticamente “estancada” por esta misma razón. Por ello, pese a que podamos pensar que es una cuestión que alude a decisiones de los propios artistas, especialmente en actores o actrices consagrados que se mueven continuamente en grandes sagas y personajes de éxito, es un tema mucho más complejo que, como muchas otras cosas, suele estar más relacionado con lo corta de miras que es la industria de Hollywood.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.
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