Disney dejó su huella en la trilogía original de 'Star Wars' antes de lo que creíamos

Los actores estadounidenses Mark Hamill, Carrie Fisher y Harrison Ford en el set de Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza, escrita, dirigida y producida por George Lucas. (Foto: Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)
Los actores estadounidenses Mark Hamill, Carrie Fisher y Harrison Ford en el set de Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza, escrita, dirigida y producida por George Lucas. (Foto: Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)

Star Wars debe parte de su éxito a las muchas referencias que George Lucas usó para crear su galaxia muy, muy lejana en 1977, con el inicio de su trilogía original. En su tan atractivo universo, es innegable la influencia de clásicos de la space opera como Flash Gordon, Dune, John Carter o Valerian y Laurelin, de las historias de samuráis de maestros del cine como Akira Kurosawa, de géneros como el western o de los relatos clásicos de príncipes y princesas.

También es el caso de hitos de la ciencia-ficción en el séptimo arte como El planeta desconocido, clásico de los de 50 que se adelantó a muchos de los conceptos que Lucas exploraría en sus películas y que, curiosamente, necesitó de la mano de Disney para poder realizarse. De hecho, la casa de Mickey Mouse se encargó de diseñar una de las ideas más influyentes para lo que dos décadas más tarde se convertiría en la filosofía Jedi y Sith.

Leslie Nielsen, Warren Stevens, Walter Pidgeon, Anne Francis y Jack Kelly en 'El planeta desconocido' (Foto: FilmPublicityArchive/United Archives via Getty Images)
Leslie Nielsen, Warren Stevens, Walter Pidgeon, Anne Francis y Jack Kelly en 'El planeta desconocido' (Foto: FilmPublicityArchive/United Archives via Getty Images)

Este título, dirigido por Fred M. Wilcox y producido por la Metro-Goldwyn-Mayer en 1956, adaptó libremente La tempestad de William Shakespere en los confines del espacio exterior. La cinta, que en la época supuso un fuerte impacto en el género y asentó muchos de sus conceptos estéticos y narrativos, relataba cómo una expedición llega a un remoto planeta en busca de una nave desaparecida tiempo atrás, cuyo único superviviente, el Doctor Morbius, reina ahora en el lugar y parece guardar una estrecha relación con las muertes y sucesos extraños que acontecen en él.

A lo largo de la aventura era fácil distinguir elementos que influenciaron a Star Wars, como un robot muy carismático y amigable llamado Robby que fue el germen de la creación de C3PO o R2D2. Tras lo bien que funcionó el personaje, fueron muchas las producciones de ciencia-ficción que optaron por utilizar seres robóticos para ganarse el cariño del público. De hecho, un año más tarde, la Metro-Goldwyn-Mayer desarrolló una película protagonizada por Robby llamada El niño invisible y llegó a ceder el personaje para series como Perdidos en el espacio o The Twlight Zone. Y por supuesto, George Lucas no desaprovechó la oportunidad de seguir el mismo camino y crear sus propios robots. Pero hay otra referencia muy clara relacionada con el gran enigma de la película.

Todos aquellos que vieron El planeta desconocido recordarán que la resolución de su misterio tenía que ver con una antigua raza alienígena, unos seres que gracias a la tecnología superaron los límites del conocimiento humano y aprovecharon el 100% las capacidades cerebrales. Sin embargo, la mente guarda lugares oscuros en el subconsciente, lo que originó unas criaturas denominadas como Monstruos ID que les llevaron a su extinción y que ahora, con el doctor Morbius haciendo uso de sus máquinas y dejando que sus peores pensamientos se materialicen sin ni siquiera darse cuenta, se convierten en una amenaza para el grupo protagonista.

Es innegable que el lado oscuro de la fuerza de Star Wars tuvo parte de su origen en esta idea de El planeta desconocido. Se suele destacar que la filosofía samurái jugó un papel decisivo en la creación de la orden Jedi o el concepto de la fuerza, pero la oscuridad a la que sucumbió un jedi como Anakin Skywalker y que permaneció escondida hasta que el emperador Palpatine la despertó tiene mucho que ver con la creación de los Monstruos ID. Y justamente, antes de la existencia de la saga de George Lucas y de que a Disney se le pasara por la cabeza comprar la franquicia, fue la casa Mouse la encargada de diseñar y animar estos monstruos.

En aquel momento, cuando los efectos especiales digitales aún estaban lejos de nacer, estas criaturas tuvieron que ser creadas mediante animación tradicional. La Metro-Goldwyn-Mayer no tenía estudios de animación propios y tuvo que buscar ayuda externa para desarrollar esta idea en pantalla, y así, tal y como se puede leer en los créditos de Planeta Prohibido, Disney acudió en su ayuda y les cedió al animador Joshua Meador, artista que trabajó en la compañía desde Blancanieves y los siete enanitos y cuyo crédito está en todos los primeros clásicos animados del estudio.

Viendo la secuencia en donde aparecen los Monstruos ID, es notorio que el estilo de animación es casi idéntico al de muchas cintas de antaño de Disney. De hecho, es difícil no pensar en secuencias como la borrachera de Dumbo o la del terrorífico Chernabog de Fantasía. Además, no solo se encargó de animar a estas criaturas, ya que otros efectos especiales como los disparos de las pistolas u otras armas también corrieron a su cargo.

Así, de forma completamente inconsciente, Disney ayudó a la construcción de lo que se convertiría en uno de sus mayores activos actuales, que tras arrasar en los 70 y 80 con la trilogía original, volver a amasar millones con sus precuelas o generar otra fortuna gracias al merchandising, pasó a sus manos para continuar creciendo con nuevas películas, series u otros productos con los que sigue demostrando ser la saga reina de la ciencia-ficción.

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