¿Sueñas despierta como si fuera real? Puede que sufras ensoñación desadaptativa (y que sea adictiva)
Soñar despiertos siempre ha sido una de nuestras actividades preferidas. Imaginamos historias, nos creamos películas y fantaseamos con posibles anécdotas o experiencias que puede que nunca sucedan. El hecho de que estas ilusiones se produzcan nos parece divertido, excepto cuando hablamos de su nivel más extremo, la ensoñación desadaptativa (ED), uno de los término de los que todo el mundo está hablando en redes sociales y que encuentra en el hashtag #maladaptivedaydreaming un aliado que acumula más de 160 mil visualizaciones en vídeos TikTok.
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Puede que te resulte difícil distinguir la ensoñación desadaptativa de una fantasía normal. La ED es un fenómeno que fue acuñado por el psiquiatra Eli Somer en 2002 y que da nombre a los sueños que tenemos despiertos, es decir, a las fantasías exageradas, vívidas y detalladas que se producen cuando no estamos dormidos y que interfieren en nuestra vida cotidiana. Lo hace en tres fases: primero divaga tu mente de las actividades normales que estás realizando; después, tu cerebro se disocia del mundo exterior y se adentra en el tuyo interior para, posteriormente, llevarte al sueño inmersivo. En esta última fase aparece la imaginación y empiezas a construir un mundo que no existe hasta llegar a olvidar, al completo, la actividad y el lugar en el que te encontrabas.
¿Cómo distinguir la ensoñación de una fantasía?
Con frecuencia se confunden las ensoñaciones desadaptativas con las fantasías, pero lo cierto es que hay varias diferencias que te pueden ayudar a distinguir unas de las otras. La principal recae en que las ED interfieren en tu vida cotidiana, dificultándote realizar otras labores, y a menudo te llevan a imaginar situaciones de naturaleza positiva o placentera con algunos temas que suelen ser comunes entre las personas que las padecen: los romances, la aventura o el éxito, entre otros muchos.
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A diferencia de una fantasía al uso, de las que todos tenemos, las ED son mucho más intensas y prolongadas. Distraen del ritmo normal de nuestro día a día, generan preocupaciones y pueden llegar a durar incluso horas, haciéndote perder la noción del tiempo. De hecho, también se caracterizan por aparecer con frecuencia en diferentes días, no solamente en algunos casos aislados. Y lo que es peor: más allá de interrumpir tu vida, puede llegar a generar adicción. Como generalmente te presentan situaciones idílicas en los momentos de ensoñación, la angustia emocional que surge después, al terminar ese momento de evasión, empuja a buscar de nuevo vivir esos momentos. Tiene sentido, ya que durante la ED estás viviendo una vida que no existe y que, generalmente, es ideal y positiva.
Los estudios relacionan esta tipología de ensoñaciones con experiencias traumáticas del pasado y con otros trastornos psicológicos. Suelen aparecer en personas que atraviesan altos niveles de estrés o ansiedad generalizada, trastornos obsesivo-compulsivos o problemas de autoestima, depresión o cualquier herida psicológica no curada o tratada.
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Qué hacer si sufres ensoñaciones desadaptativas
Las ensoñaciones desadaptativas no están todavía catalogadas como trastornos, pero no obstante, si las padeces, es recomendable que solicites terapia con un experto en salud mental que te ayude a aclarar tu diagnóstico y el tratamiento que mejor se ajuste a tu caso. Generalmente se recurre a terapia cognitivo-conductual, a la de exposición y a la de atención plena, pero cada persona necesita unas pautas concretas adaptadas al nivel de ensoñación que padezca.
Acompañando a estas sesiones con profesionales, puedes probar también diferentes técnicas de relajación como la meditación y la respiración profunda. Gracias a estas dos recomendaciones, puede que tus niveles de estrés y de ansiedad disminuyan y tus EDs aparezcan con menos frecuencia. Además, aunque puede que se trate tan solo de un parche emocional y no ataque al problema de raíz, es aconsejable evitar actividades que puedan desencadenarlas, como ver películas o leer libros que no sean biográficos, ya que incrementan tu imaginación y potencian las posibilidades de sufrirlas.