¿Podrá Sukeban poner de moda la lucha libre femenina entre los estadounidenses?

Crush Yuu lucha en un evento de Sukeban en Miami, Florida, el 6 de diciembre de 2023. (Martina Tuaty/The New York Times)
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Crush Yuu lucha en un evento de Sukeban en Miami, Florida, el 6 de diciembre de 2023. (Martina Tuaty/The New York Times) ‌

MIAMI— Alrededor de las 10:30 p. m. de un miércoles reciente, en un parque de patinaje en el centro de la ciudad, debajo de la Interestatal 95 en Miami, cuatro luchadoras entraron al cuadrilátero: Bingo, Midnight Player, Rina Yamashita y Stray Cat.

Más de 1000 personas, incluidos hombres con gorras de béisbol y camisetas de los Delfines de Miami y una mujer que sostenía un perro pequeño, rodearon las barricadas de metal alrededor de la plataforma. Gritaron mientras las luchadoras ocupaban sus lugares. El olor a marihuana y a los gases del escape de los automóviles de la carretera de arriba llenaba el aire.

Stray Cat, vestida con látex negro y una máscara de inspiración felina, se enfrentó primero a Bingo, un personaje parecido a una arlequina vestida con un traje blanco cubierto de diamantes negros.

“¡Stray Cat! ¡Stray Cat! ¡Stray Cat!”, coreaba el público.

Bingo se abalanzó hacia adelante, extendiendo el brazo y el pulgar hacia abajo. Stray Cat levantó su pierna en el aire y pateó a Bingo en el pecho, causando que la luchadora se retorciera. Stray Cat agarró el brazo de su oponente, lo giró alrededor de su espalda y le aplicó una llave a la cabeza.

Se trataba de Sukeban, una nueva liga de lucha libre femenina con luchadoras japonesas, la primera de su tipo en Estados Unidos.

Es una de las muchas ligas dedicadas a la lucha libre femenina japonesa, donde las atletas a menudo realizan golpes teatrales y contundentes y defensas inteligentes mientras cuentan una historia con sus movimientos y disfraces. Sukeban pone especial énfasis en la moda, y diseñadores de renombre, entre ellos Olympia Le-Tan, fundadora de la liga y su directora creativa, ayudaron a producir el vestuario y los accesorios con la esperanza de atraer a un público no familiarizado con el deporte.

En el evento, estuvo presente Bull Nakano, la comisionada de la liga y luchadora profesional retirada que hizo carrera en Japón.

“Luché durante muchos años”, dijo a través de un traductor, “y me siento honrada de ser actualmente parte de esta transformación de la lucha libre profesional femenina japonesa hacia una forma más artística y entretenida”.

Antes del evento, que fue promocionado como el primer Campeonato Mundial de Sukeban y se llevó a cabo durante la Semana del Arte de Miami, los asistentes exploraron un mercado al estilo de Tokio. Bebieron cerveza Orion, comieron palomitas de maíz y rodearon el cuadrilátero anticipando los seis combates de lucha de la noche.

En el evento, participaron dieciocho luchadoras que compiten profesionalmente en Japón. Fueron agrupadas en cuatro facciones: The Vandals, Cherry Bomb Girls, Dangerous Liaisons y The Harajuku Stars. Las atletas, cada una de las cuales encarna un personaje con una personalidad específica, lucharon entre sí usando sus disfraces, gestos y expresiones faciales para contar una historia sobre el bien contra el mal, explicaron los organizadores.

En japonés, el término “sukeban” se refiere a una “chica delincuente” o “líder de una pandilla de chicas” y el nombre de la liga es un guiño a las pandillas femeninas de las décadas de 1960 y 1970 que ayudaron a poner el feminismo en primer plano en Japón.

Le-Tan dijo que la misión de la liga era llevar a Estados Unidos un deporte que había sido popular en Japón durante años, particularmente en las décadas de 1980 y 1990.

“Estas jóvenes iban a ver a las luchadoras y eran inspiradas, y colgaban afiches de ellas en su habitación”, dijo Le-Tan, y agregó: “Eso es lo que queremos ofrecerle a la generación actual”.

Los organizadores planean organizar combates en todo Estados Unidos. El primer evento de la liga, celebrado en la ciudad de Nueva York en septiembre, se agotó y está previsto celebrar otro en Los Ángeles en marzo.

Artistas importantes han creado estilos memorables para los combates. Le-Tan, que tiene su propia línea de accesorios y artículos para el hogar y ha trabajado con Marc Jacobs, diseñó los vestuarios. Stephen Jones, un sombrerero británico entre cuyos clientes se encuentran Lady Gaga y la princesa Diana, hizo los tocados. Marc Newson, un diseñador industrial australiano representado por la Galería Gagosian de Nueva York, creó el cinturón de campeonato.

Isamaya Ffrench, una maquillista que ha trabajado con marcas como Thom Browne y Off-White, creó estilos para cada personaje. Se enfocó en resaltar las personalidades de cada una de las luchadoras. “Todo fue en gran medida una respuesta orgánica a la ropa”, dijo.

Entre combates, la luchadora Crush Yuu dijo que estaba tan emocionada de participar en Sukeban que había renunciado a su último equipo para unirse a la liga.

Dijo que veía a Sukeban como una oportunidad para una colaboración entre las culturas japonesa y estadounidense, así como una oportunidad para exponer al público estadounidense a la lucha libre femenina profesional. Se sintió particularmente alentada por la cálida respuesta del público en Miami.

“El público estadounidense me dio más confianza de la que normalmente tengo cuando salgo al cuadrilátero”, dijo, a través de un traductor, y agregó: “Y eso contribuye a mi creciente amor por Estados Unidos”.

A medida que se acercaba la medianoche y el sonido de los fanáticos vitoreando rebotaba en la carretera interestatal de arriba, Ichigo Sayaka y Commander Nakajima subieron al cuadrilátero para la lucha por el campeonato.

Mientras Sayaka hablaba con el réferi, Nakajima se deslizó detrás de ella, agarró a su oponente por la parte posterior de la rodilla y la arrojó al suelo. El réferi se inclinó sobre la lona, golpeó el suelo tres veces y declaró vencedora a Nakajima.

Bull Nakano subió al cuadrilátero para entregarle a la luchadora el cinturón del campeonato.

“Damas y caballeros, gracias por acompañarnos esta noche”, exclamó un locutor. “¡Esto es Sukeban!”.

c.2023 The New York Times Company