Tom Cruise y la peligrosa escena de 'Misión Imposible' que no deberíamos olvidar nunca

Tom Cruise in Mission: Impossible Dead Reckoning Part One from Paramount Pictures and Skydance.
Tom Cruise in Mission: Impossible Dead Reckoning Part One from Paramount Pictures and Skydance.

Hace más de una década que Tom Cruise comenzó su competencia más personal: la que compite consigo mismo a través de secuencias cada vez más peligrosas y arriesgadas. Desde que diera el pistoletazo de salida a esta carrera sin meta final con Misión Imposible: Protocolo fantasma (2011), lo vimos trepando edificios, sosteniendo la respiración bajo el agua (durante seis minutos), saltando al vacío, pilotando aviones o colgándose de helicópteros en el aire.

En cierto sentido, su cine se ha convertido en sinónimo de locuras extremas, generando conversación, expectación y estupefacción con cada riesgo que toma. Como demuestra la secuencia de Misión: Imposible - Sentencia Mortal - Parte Uno de la que habla todo el mundo y definen como la más peligrosa de su carrera: la de Tom Cruise saltando hacia un precipicio en motocicleta. Sí, es realmente espectacular (aunque el vídeo que explica cómo la hicieron es incluso más impresionante). Sin embargo, por mucho que Tom quiera superarse creando espectáculos de riesgo cada vez más impactantes, no deberíamos olvidar que existe otra secuencia que fue igual de arriesgada. Incluso más.

Les hablo de una acrobacia que tiene lugar en el inicio de la quinta película, Misión Imposible: Nación secreta (2015), cuando el personaje de Tom Cruise alcanzaba un Airbus A400M justo cuando el enorme avión militar comenzaba a rodar por la pista, llevándose al agente colgado de una puerta, agarrado solamente con las yemas de los dedos.

Como en todas las secuencias de riesgo de Tom Cruise, aquí tampoco hubo efectos especiales. Todo lo hizo él solito, poniendo su cuerpo y vida a merced de los elementos.

Se trataba de la primera entrega que dirigía Christopher McQuarrie -el director de la saga desde entonces- después de haber congeniado a la perfección con Tom Cruise en Jack Reacher (2012). Y sabían que después de haber colgado al actor del edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa, en Protocolo fantasma, no podían repetir la idea. La cuarta entrega había subido el listón para el riesgo y la acción, así que les tocaba innovar y superarse.

La idea de colgarlo de un avión en pleno despegue fue del director. Se lo comentó a Tom Cruise “medio en broma”, como explicó a Yahoo Movies en 2015. Y el actor le respondió sin titubear: “¡Si, podría hacer eso!”

Cruise despegó colgado del avión, aparentemente sin paracaídas (está vestido solo con un traje) y con un arnés sujetándolo al aparato (que luego borraron en postproducción). Para poder mantener los ojos abiertos ante los fuertes golpes de aire, protegerlos de partículas y de los vapores del motor, el equipo de la película le colocó un par de lentes de contacto especiales que cubrían por completo sus globos oculares.

Sin embargo, el peligro era evidente. Tom Cruise estaba completamente a merced de “las partículas en la pista y los choques con pájaros”, como dijo él mismo a Yahoo Movies. Así que pasaron días limpiando la zona de pájaros y cepillando la pista. Pero nada podía evitar que un pájaro de repente se cruzara en su camino en pleno despegue o en el aire. Así que el actor hizo que su coordinador de dobles le avisara si recibían informes de colisiones con pájaros, mientras el piloto del avión estaba atento a cualquier cosa que pudiera impactar con el cuerpo de Cruise en el aire. Es decir, estaban todos atentos pero sin poder controlar los elementos después de todo.

NUEVA YORK, NUEVA YORK - 10 DE JULIO: Tom Cruise posa con los fanáticos durante el estreno estadounidense de
NUEVA YORK, NUEVA YORK - 10 DE JULIO: Tom Cruise posa con los fanáticos durante el estreno estadounidense de "Misión: Imposible - Dead Reckoning Part One" presentado por Paramount Pictures y Skydance en Rose Theatre, Jazz at Lincoln Center el 10 de julio de 2023, en Nueva York, Nueva York. (Foto de Jason Méndez/Getty Images para Paramount Pictures)

“Recuerdo una vez que íbamos por la pista y hubo una pequeña partícula que me golpeó, era más pequeña que una uña. Agradecí que no me golpeara las manos ni la cara. Si lo hubiera hecho, tendría un problema, porque esas partes estaban expuestas, pero aun así podría haberme roto las costillas”, explicaba en la mencionada entrevista.

“Por muy peligroso que haya sido escalar el Burj Khalifa, y fue increíblemente peligroso, el Burj Khalifa era estático”, explicaba McQuarrie. “Y aquí te estás moviendo a velocidades muy altas. Si un pájaro lo golpeaba a esa velocidad, eso habría sido todo. Esa fue la única variable de la que estábamos constantemente conscientes”.

Y es que los problemas no solo podían ocurrir en el despegue o en el aire, sino el aterrizaje también, debido a los humos que Tom Cruise estaba inhalando al estar colgado de un ala cerca de los motores. “No puedes saber lo físicamente castigable que fue ese truco”, decía el director. “Leí sobre un tipo en la década de 1970 que hizo algo similar, [su] nombre era algo así como "la mosca humana", y comenzó a llover. La lluvia en realidad le estaba cortando la piel y tuvieron que volver a tocar tierra. ¡Ciertamente nadie lo había hecho nunca en un traje de negocios!”

El actor hizo la toma ocho veces en total. Es decir, se arriesgó dejando que sus piernas colgaran en el aire mientras un arnés lo sostenía contra la puerta durante el despegue, vuelo y aterrizaje. Sin saber si un pájaro podía aparecer de la nada y acabar con el asunto, su vida y la película en cualquier momento.

Es decir, por mucho que nos esté sorprendiendo de nuevo con su última locura a través de ese impresionante salto en un precipicio noruego para el que entrenó durante meses, no podemos olvidar que ya se jugó la vida por el cine en el pasado. Que sus secuencias de riesgo están aumentando en cuanto a niveles de espectacularidad y grandiosidad visual, pero el riesgo siempre estuvo.

Y en el caso de la secuencia del despegue en Misión Imposible: Nación secreta encontramos una gran diferencia con el resto, y es que Tom Cruise no estaba en control de nada. Ni del avión, ni de los pájaros, clima o los elementos en general. Y así lo explicó él mismo.

“Es la cosa más peligrosa que hice nunca”, aseguraba en 2015 añadiendo que en las escenas de riesgo previas siempre estaba en control, pero al estar fuera de un avión, muchas cosas podían suceder. Y evidentemente, el director estaba estresadísimo ese día. Era su primera secuencia de este tipo con Tom Cruise. Normal. Tenía a la mayor estrella del celuloide del último siglo arriesgando su vida en su propia película. Evidentemente se lo estaban jugando todo. Pero el actor lo tranquilizó avisándole que no se preocupara si lo veía entrar en pánico, porque “solo estaba actuando”. Que se preocupara si lo veía enviarle una señal en plena secuencia: tocarse la cabeza.

Pero Tom Cruise lo hizo. Era una de las secuencias que soñaba rodar algún día desde que era niño. Al igual que la escena que hizo ahora, saltando de un precipicio en motocicleta para Misión Imposible 7. Las había imaginado durante mucho tiempo. Lo que no me sorprende cuando tenemos en cuenta su pasión por los deportes extremos y la adrenalina. Algo que lleva en la sangre a través de su madre, Mary Lee, a quien también le apasionaba vivir aventuras.

Lo contó durante una entrevista en The Late Late Show en 2018 (vía The Hollywood Reporter), recordando que en una ocasión le regaló un salto en paracaídas para el Día de la Madre durante el rodaje de Días de Trueno. Es decir, cuando él tenía unos 28 años y ella, 54. “No le dije lo que estaba pasando. Solo dije: ‘Ven conmigo, mamá'”, explicó. Y después de que le dijo lo que iban a hacer, ella respondió: “Está bien, cariño, hagámoslo”.

Con secuencias como estas, Tom Cruise ha ido moldeando su perfil profesional ante la audiencia, consiguiendo su propósito personal como defensor del cine tradicional: hacer que sus películas sean sinónimo de experiencias cinematográficas que demandan una visita obligada al cine más cercano.

Y a sus 61 años parece que esa ambición no tiene límites. No solo quiere continuar haciendo acción pasados los 80, como Harrison Ford con Indiana Jones y el Dial del Destino, sino que después de desafiar a la muerte con las secuencias más peligrosas del cine, ya estaría trabajando con Doug Liman en la película que quiere rodar en el espacio.

Solo de él podemos esperarnos estas cosas…

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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