El clásico de Tom Hanks que lo catapultó al estrellato por una decisión inesperada

Por Teresa Aranguez.- A veces se producen pequeños giros del destino que cambian la vida. Eso fue lo que le sucedió a Tom Hanks en 1988 cuando protagonizó Quisiera ser grande, la comedia que terminó de catapultarlo al estrellato. Aunque le precedieron títulos como Splash y Despedida de soltero, fue con esta historia de fantasía con la que encandiló al público de todo el mundo y gracias a un suceso de último minuto.

Navegar por la década de los '80 nos lleva a películas tan fantasiosas como Los Goonies, Indiana Jones o E.T., por citar algunas. Y esa lista de historias únicas que tuvimos el privilegio de disfrutar, bien de niños o adolescentes, incluye a Quisiera ser grande. Cómo olvidar esa escena de Tom Hanks bailando sobre el piano en la FAO Schwarz, una de las tiendas de juguetes más grandes del mundo. Lo que arranca como el deseo de un niño que sueña con ser mayor, concluye con una moraleja para adultos de la que hablaremos más tarde.

Lo que sí contaré por ahora es lo importante que es estar en el lugar adecuado y en el momento preciso. Y, más aún, no dejar pasar las oportunidades. Pocos saben que esta historia estuvo inicialmente en manos de Steven Spielberg en la dirección, y Harrison Ford como protagonista. Ya estaban manos a la obra cuando otros proyectos más jugosos y atractivos para ambos dejaron a Quisiera ser grande huérfana de su talento. "Harrison Ford no era considerado precisamente el rey de risas", comentó al Washington Post Penny Marshall, quien se convertiría en la directora de la cinta tras la baja de Spielberg.

Con ella a cargo, había que buscar un nuevo protagonista, y llegó. No fue Tom, sino Robert De Niro. Increíble, pero cierto. El que fuera el chico malo en joyas del celuloide como Taxi Driver o El Padrino, tendría que dar un giro absoluto a su imagen y ser un hombre dulce, bueno y delicado para meterse en el papel de Joshua. Años después y sin filtro alguno, la protagonista femenina de Big, Elizabeth Perkins reconoció que de haber sido así, la película hubiera muy diferente, no precisamente para bien. "Es una película muy distinta con Robert De Niro en mi cabeza", reconoció al programa Watch What Happens Live con Andy Cohen. "Él era más malhumorado. Hubiera sido una película de terror. Robert De Niro deambulando por las calles de Nueva York", bromeó con un toque de verdad en sus palabras.

Eso es algo que nunca lo sabremos.

El actor decidió en el último momento no hacerla y abandonó el proyecto cuando ya estaba casi todo listo, habían hecho el casting y ensayado escenas. "Tuvimos discrepancias, un asunto en las negociaciones, así que pasó lo que pasó. Pero todo bien", expresó De Niro al programa The Tonight Show Starring Jimmy Fallon. Y así, en medio del caos de volver a empezar la búsqueda de un nuevo candidato al puesto, apareció Tom Hanks. Su aire juvenil, su sentido del humor desplegado en películas pasadas y, sobre todo, su disposición, obraron el milagro en un momento de máxima tensión.

Perkins no pudo estar más contenta y feliz con su nuevo compañero. "Lo que Tom trajo consigo fue mucho más luminoso", añadió en su entrevista con Cohen. Aunque ahora lo vemos así desde la perspectiva del tiempo y con el éxito conseguido, su directora Penny sintió en su momento que De Niro brillaría en el papel. Estaba convencida que daría un vuelco a su carrera al tratar un género tan diferente a todo lo que había hecho. "Pensaba: 'Déjame sacarle de esas películas. Créanme. Mostraré al Bobby divertido. Y será tan diferente para él que verle bailar sobre el piano funcionará. Confíen'. Y a día de hoy sigo creyendo eso", reconoció en esta entrevista de los '80 con The Washington Post. "Tom lo llegó a hacer de forma brillante, así que no estoy descontenta, pero en su momento, no tenía a Tom y Bobby estaba muy interesado en hacer este papel", añadió.

El actor de origen italiano siguió su rumbo y Tom se hizo con las riendas de un proyecto que, aunque desde fuera parece divertido por aquello de los juguetes, la infancia y la temática, en realidad supuso un gran esfuerzo para todo el cast. "Ensayamos más para Quisiera ser grande que para ninguna otra película que he hecho, casi cuatro semanas antes de que empezáramos a hacerla, hasta el punto de casi quedar mudos. Pero a la larga ayudó mucho porque una vez que ya lo has hecho tantas veces y de formas distintas, eliminas todos los malos hábitos", reconoció el actor a Film comment.

Tanta repetición dio sus frutos. Quisiera ser grande fue un bombazo en la taquilla superando los $150 millones de recaudación y convirtiendo a su directora en la primera mujer en lograrlo. No lo tenía fácil. En esos mismos años se habían estrenado dos películas de la misma temática: niño que sueña con ser grande. De tal padre tal hijo (1987) era una de ellas, la otra, Viceversa (1988), "No sé si el estudio estaba preocupado, pero yo sí. Lo estaba y mucho. Así que me dije, 'vete por otro camino'", compartió justificando su deseo de que fuera De Niro el actor principal. A pesar de la competencia y del cambio de actor, ninguna logró restarle éxito ni interés.

Casi 35 años después, esta historia sigue despertando ternura y siempre es grato volverla a ver. De esos clásicos que nunca fallan. Más allá de la buena interpretación de Hanks y la dirección impecable de Mashall, me quedo con la moraleja de esta cinta, en la que nos invita a valorar, sin dejar de soñar, lo bueno que ya tenemos. Eso también es muy grande.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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