Un vestido de novia inspirado en las solapas de un libro y una tiara: la boda de María en Madrid

Vestido de novia Romancera
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Existen dos tipos de prometidas: las que, desde hace años, imaginan cómo será su vestido de novia y tienen montones de imágenes de inspiración guardadas y las, como María, nunca se lo habían planteado. Nos confiesa que tampoco estaba muy puesta en diseñadores nupciales y que llegó a Tamara Vázquez, directora creativa de Romancera, un poco por casualidad. "Una amiga se lo había hecho con ella hacía unos meses y me había hablado fenomenal. Me puse a investigar más sobre ella y me enamoré de la colección Volver", nos cuenta. Pero también de ella, de su forma de trabajar y de sus tejidos.

Vestido de novia de Romancera
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Un vestido de novia con mezcla de tejidos

Si algo tienen de especial los diseños de Romancera, además de sus siluetas y sus mangas, son los tejidos con los que están confeccionados. Suele haber uno predominante y varios que se entremezclan con la intención de crear texturas, volúmenes estratégicos... "Para mí, lo más importante de una prenda es el tejido, y en un traje de novia todavía más. En mi día a día me encanta mezclar tejidos de diferentes construcciones y pesos, pero siempre naturales. Con Tamara esto es fácil porque tiene una variedad infinita y calidades excepcionales", nos cuenta María.

Vestido de novia de Romancera
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Vestido de novia de Romancera
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Pero antes de aterrizar en el atelier de la creativa, la novia, que trabaja en el sector de la moda, decidió hacer un moodboard de inspiración, con patrones y siluetas muy diferentes, pero que la representaban. Pensó que aquello podría servir de guía para dar forma al vestido. "Predominaban los cuellos victorianos, sobreposición de tejidos, detalles art déco, chaquetas con siluetas variadas y muy marcadas, desde Christian Dior hasta Lacroix". Detalles que, en su mayoría, quedaron reflejados en el diseño final.

Vestido de novia de Romancera
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María recuerda con especial cariño su primera encuentro con Tamara, pero también las pruebas posteriores, en la que estuvieron presentes su madre y su hermana y en las que iba viendo cómo tomaba forma el vestido. Su traje, como la mayoría de las prendas actuales, estaba formado por dos piezas. Por un lado, estaba el vestido; una prenda con apariencia de falda más blusa de manga larga y cuello Perkins. Tenía el cuerpo drapeado, un corte en la zona de la cintura y unos volantes asimétricos decorando la parte inferior. La falda, de silueta A modificada, estaba confeccionada en un tejido más fluido, aunque texturizado.

Vestido de novia Romancera
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Vestido de novia Romancera
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Por otro, estaba la chaqueta. "Tenía unas hombreras muy marcadas y varias capas de muselina de seda plisada en la solapa que simulaban las páginas de un libro. Tamara y su equipo consiguieron darle el volumen y la presencia que buscábamos sin perder la armonía del traje en conjunto", apunta la novia, y nos cuenta que se la quitó en el almuerzo, para estar más cómoda.

Vestido de novia Romancera
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Una diadema geométrica y un ramo en tonos verdes

Cuando una novia lleva un vestido con tanto detalle como el de nuestra protagonista, es importante elegir bien los complementos para que el conjunto resulte armónico. Los zapatos fueron lo primero que tuvo —los compró antes de empezar con las pruebas del vestido—. Eran un diseño blanco, salpicado de encaje, con pulsera al tobillo de Forte Forte y se enamoró de ellos nada más verlos.

zapatos de novia
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María nos cuenta que, poco después de comprometerse con Rafa, su suegra le ofreció un velo y una diadema familiares. Tamara le aconsejó probarlos una vez que el vestido estuviera definido para evitar que interfirieran en el resultado final. Si le gustaban y encajaban, los llevaría; si no, buscaría otras opciones. "En la segunda prueba me lo probé con el vestido y a todas nos encantó, todo encajó perfectamente. Se convirtieron en el hilo conductor del traje".

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Sobre el resto de joyas, nos explica que los pendientes fueron un regalo de sus padres. "Eran muy sencillos y comodísimos, cinco barras de oro amarillo con brillantes. Llevé el anillo que me regaló mi suegra por la pedida y el que siempre llevo en el meñique".

La elección del ramo es muy personal. En estos momentos los diseños de tipo cascada conviven con las composiciones creadas con un solo tipo de flor. Pero María no se decantó ni por unos ni por otros; eligió un ramo en el que predominaban los tonos verdes y que tenía un marcado aspecto silvestre. "Lo hizo Elena Suárez, como toda la decoración floral de nuestra boda. Para mí era muy importante que todo tuviera armonía, que los colores fueran lentos y otoñales. Quise hacer un guiño a Galicia, donde he vivido los últimos cinco años. En el ramo llevaba una medalla de la Virgen de Lourdes que siempre llevo conmigo".

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ramo de novia
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Si la elección de los complementos es importante, seleccionar un maquillaje y un peinado que favorezca a la novia, encaje con el vestido y con el que no se sienta disfrazada es fundamental. María, que confió en Álvaro Talayero para su look, se decantó por un moño bajo, de inspiración bailarina, pero trenzado. En cuando al maquillaje, como la mayoría de las prometidas, apostó por la naturalidad.

maquillaje de novia
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Una boda de otoño en Madrid

A María y a Rafa los presentaron sus íntimos amigos y después de dos años y medio de relación decidieron dar el paso. El 5 de octubre de 2024 se casaron en la Basílica de San Miguel, una de las construcciones arquitectónicas más relevantes del barroco español, situada en el Madrid de los Austrias. Después se trasladaron a la finca Los Cuadros, donde disfrutaron del almuerzo junto a sus familiares y amigos.

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Dicen los expertos que la organización de una boda se puede complicar tanto como quiera la pareja, y pasar de algo muy sencillo a un montaje complejo y muy elaborado. Todo depende de las circunstancias, y también de los deseos de los protagonistas. "Ninguno de los dos vivíamos en Madrid y la conexión Coruña-Sevilla no era nada fácil, así que fuimos muy prácticos. Mi hermana se había casado hacía ocho años en Madrid y como todo había salido tan bien, decidimos tirar de todos sus proveedores y sin duda fue la mejor decisión, no cambiaríamos nada".

Decoración de boda
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Decoración de mesas de boda
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Decoración de boda
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De las flores de la iglesia y de la finca se encargó Elena Suárez, "sabía que trabajaban fenomenal y además sabía que iba a entender perfectamente lo que queríamos. Los meseros eran grabados de unos libros de caza antiguos que compré en la cuesta de Moyano y el seating era con acuarelas de diferentes animales", apunta la novia.

Seating plan
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Decoración de boda
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A María le cuesta con qué quedarse de aquel día, pero si tuviera que hacerlo elige, sin duda, la ceremonia. Y también nos deja un consejo para otras parejas que, dentro de poco, se darán el 'sí, quiero': "hay que simplificar, centrarse en lo importante y disfrutar de cada uno de los preparativos juntos, es cosa de los dos. Organizar una boda es maravilloso y no hay que dejarse llevar por los nervios, modas… La clave es hacerlo con cariño y pensar en la comodidad y disfrute de los invitados, ponérselo fácil".

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