Yahoo Estilo ¿Realmente necesitamos perfume para evitar mal olor en la zona íntima?
Una chica que no pasa de 30 años aparece en la pantalla del celular narrando sus desventuras ocasionadas por el mal olor de su zona íntima. Sin ningún pudor, narra una visita al gimnasio, se muestra sentándose en el sofá a ver la tele y en todas las situaciones termina lamentándose mientras dilata sus fosas nasales en una expresión desagradable, pero sus problemas terminan al momento de aplicar perfume íntimo.
Quisiera entrar por la pantalla del teléfono y decirle: “Visita al médico. El olor te está diciendo algo que no puede taparse con perfume”. Y es que como si de champú se tratara, los avisos publicitarios incentivando el uso de fragancias en la zona íntima abundan, pero el problema es que el uso de perfumes y otros productos cosméticos en la zona, lejos de solucionar problemas, pueden empeorarlos.
La doctora Sofía Herrera, ginecólogo, explica que es fundamental normalizar el olor natural de nuestro cuerpo, y que en la inmensa obsesión de tener la zona vaginal ultra limpia, muchas mujeres exageran y terminan aplicando productos que no son adecuados para su equilibrio.
La experta explica que entre los fines principales de esa limpieza exagerada está esconder el olor natural de la vagina y que consideran que debería oler a flores, con lo cual recurren a productos que no son recomendables, que pueden perjudicarnos, irritando, resecando o alterando la microbiota de la zona.
La piel de la vulva es tan delicada como la del rostro, y si los perfumes y otros aditivos en cremas y otros productos de belleza pueden afectarnos la cara e incluso el cuerpo causándonos irritación y alergias, es seguro que también podrían afectar la delicada zona íntima.
Si hay una duda con relación a los olores que despedimos, antes de introducirnos un ovulo, aplicarnos la crema del cuerpo o un perfume cosmético, es conveniente identificar si realmente hay un problema.
En un reporte de Medical News Today se explica que es normal tener un olor en la zona y que este puede cambiar durante el ciclo menstrual, así como también con cambios hormonales como la menopausia y el embarazo. Sin embargo, si el olor es fuerte o cambia de manera drástica lo más recomendable es acudir al especialista, y se detallan algunos de los tipos de olor que pueden llamar la atención.
El más común es el olor a pescado. El doctor Vladimir Galavis, médico cirujano ginecólogo y oncólogo, señala que este puede ser síntoma característicos de vaginosis bacteriana, sobre todo si empeora después de la relación sexual, y después de la menstruación.
En este caso, la solución es tratamiento médico, así como también evitar hábitos de higiene íntima que pueden empeorar la situación como el uso de duchas vaginales, introducir productos saborizados o perfumados.
Otro olor frecuente es edulcorado y parecido a la fermentación. En Medical News Today se indica que puede parecerse al aroma de la cerveza o a la masa de harina. Esto puede ocurrir en caso de una infección por hongos y contempla síntomas como ardor, flujo blanco y espejo, y prurito vaginal.
En este caso, la solución es similar a la anterior, pues se requiere tratamiento médico. Adicionalmente, hay que destacar la importancia de, en todos los casos, mantener una higiene íntima adecuada con productos diseñados especialmente para la zona íntima y mantenerla bien seca. Esto quiere decir que debe secarse bien después del baño, así como también evitar el uso prolongado de la ropa íntima o traje de baño húmedos.
Finalmente, algunas recomendaciones esenciales para evitar malos olores y en consecuencia el uso de perfumes que pueden irritar la microbiota vaginal, son lavar la ropa interior con productos sin fragancias, ducharse después de sudar para evitar que el sudor quede atrapado en la zona y además de mal olor ocasione picazón; orinar después de sostener relaciones sexuales; y usar jabones especiales para la zona sin perfume y solo por la parte externa. Si aún siguiendo estas recomendaciones se percibe un olor molesto, la solución no es el perfume, es ir al médico.
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