El año de contrastes de Glenn Close: nominada a mejor y peor actriz por el mismo papel
El mismo año en el que está nominada a la vez a mejor actriz en los premios Óscar y a peor en los Razzie, Glenn Close podría conseguir un hito en su carrera. Después de cincuenta años en la profesión, la intérprete ha recibido con los brazos abiertos, y hasta en ocho ocasiones, la posibilidad de llevarse una de las preciadas estatuillas, pero hasta ahora no ha podido alzarse con el premio.
Esta vez opta al galardón por su papel en Hillbilly, una elegía rural, el filme que puedes ver en Netflix cuenta la historia de un pequeño pueblo estadounidense tan pequeño que nadie quiere volver. Aunque la película no se ha llevado las mejores críticas, podría convertirse en una de las que son difíciles de olvidar.
Si casos como el de Leonardo DiCaprio fueron muy comentados porque, tras veinte años de carrera y cuatro nominaciones a los Óscar, no se llevó su estatuilla hasta la quinta... ¿Por qué nadie habla de que Glenn Close quien lleva ya siete intentos fallidos? La actriz se equipara en esta nueva edición de los premios al intérprete irlandés Peter O'Toole, a quien le dieron en 2002 un galardón honorario pero previamente había perdido en ocho ocasiones. El intérprete, conocido por su participación en filmes como Troya o, sobre todo, Lawrence de Arabia, falleció a los 81 años en 2013. No hay nadie con más opciones y ninguna victoria, siendo el siguiente Richard Burton o Amy Adams con seis "casi me lo llevo". Que ya son más que los que se criticaban del protagonista de Titanic.
Para Glenn Close, la carrera a los Óscar, que conlleva mucha prensa, muchos eventos y mucha vida social, ha cambiado mucho desde que ella recibiera su primera nominación en 1982 por El mundo según Garp. "Está muy bien hacer llamadas de Zoom y poder hablar con gente; me da la sensación de que si estás en la habitación le ves la cara a la gente, pero cuando estás en un grupo muy grande es muy difícil tener las conversaciones que hemos tenido este año", ha contado la intérprete en una entrevista con Variety. "Me encantan mis compañeros actores y poder tener una conversación tranquila juntos. Hablar de lo que sea que nos han preguntado. Ha sido muy enriquecedor, me siento muy agradecida, tenemos una comunidad fantástica", ha compartido la protagonista de La buena esposa.
Pero los cambios van más allá de la pandemia, porque las alfombras rojas precovid eran algo totalmente diferente a lo que eran cuando ella empezó: "En la premiere de Garp en Los Ángeles, si lo recuerdo bien, fue en ese teatro grande de Westwood y John Lithgow y yo llevamos nuestra propia ropa, de nuestro armario", recuerda Glenn, de 74 años. "Solo había que entrar en la ceremonia. Ahora ha cambiado totalmente", ha comentado.
Por supuesto, cuarenta años después la profesión ha cambiado mucho, pero Glenn sigue ofreciendo lo mejor de sí misma para un mundo del cine que aún está adaptándose para que haya espacio para todos, incluidas las mujeres mayores.
Artistas como Jane Fonda han criticado en más de una ocasión lo exigente que es Hollywood con el género femenino, pero en el caso de la protagonista entre sus papeles de los últimos años parece haber habido sitio para todo tipo de proyectos: desde taquilleros como Guardianes de la Galaxia hasta dignas de Oscar como La buena esposa.
Sin embargo esta es la primera vez en la historia que un intérprete es nominado a los premios más famosos del cine por el mismo papel por el que entra en la carrera por un Razzie. Lo que demuestra que, o bien hay muy pocas películas este año, o bien que nada puede parar a la actriz este año para que se lleve el merecidísimo galardón.
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