Último adiós a Caritina Goyanes: una inesperada tragedia que deja consternada a su familia
La tragedia ha vuelto a sacudir a la familia Goyanes Lapique, una de las más emblemáticas de la alta sociedad y del mundo de los negocios y el espectáculo. Diecinueve días después de la muerte del empresario y promotor inmobiliario Carlos Goyanes, el pasado 7 de agosto, en su casa de Marbella a los 79 años, este lunes se producía el repentino, sobrecogedor y dramático fallecimiento de su hija, Caritina, en esta misma localidad donde, desde hace décadas, tenían fijada su residencia de verano.
La primogénita de Cari Lapique perdía la vida de manera completamente inesperada. A los 46 años. Sufría una crisis cardíaca fulminante, y todos los esfuerzos resultaron vanos para reanimar su corazón. "Estamos completamente consternados. No podemos creernos la noticia. Menos aún, después de la muerte de su padre. No hay mayor drama…", aseguran personas del entorno de la familia a ¡HOLA!
Según las mismas fuentes, la chef, que desde hace dos décadas triunfaba con su catering Sixsens —uno de los más solicitados de la capital—, se encontraba de vacaciones junto a su marido y sus hijos. Se había sentido indispuesta a primera hora de la tarde y, a pesar de los esfuerzos por devolverle el aliento, lamentablemente nadie pudo hacer nada por su vida. Aunque rápidamente fue trasladada al hospital, aparentemente consciente, los médicos no consiguieron su reactivación cardiopulmonar.
A pesar de lo que se ha publicado, Caritina y su familia no se encontraban en la casa de sus padres, ubicada en la urbanización Guadalmina y donde ella misma encontró el cuerpo sin vida, no hace ni tres semanas, de su padre. Desde hace años, tanto Carla como ella, alquilan sus propias residencias de verano para mayor comodidad de todos, aunque todas las reuniones familiares tuvieran lugar junto a sus padres.
"Estamos completamente consternados. No podemos creernos la noticia. Menos aún, después de la muerte de su padre. No hay mayor drama…", relatan a ¡HOLA! fuentes cercanas
De hecho, esta semana ni su madre ni su hermana se encontraban en Marbella. Carla había viajado de vuelta a Madrid, y Cari estaba en Mallorca, en casa de su hermana Myriam, donde intentaba refugiarse del dolor por la muerte de su marido, del que siempre estuvo "profundamente enamorada".
La odisea de Cari Lapique
Concretamente, en Formentor. Allí, en casa de su hermana, recibía la peor noticia que puede recibir una madre. Porque desde la muerte de Carlos Goyanes, Myriam se había convertido en su mayor apoyo. Junto a ella quería pasar su duelo. Cari Lapique necesitaba unos días de desconexión, de descanso, de calma y sosiego, y no había mejor compañía que su hermana para poder recomponerse. Especialmente, cuando nadie mejor que ella para entender el vacío emocional de una pérdida.
Cari Lapique, que se encontraba en casa de su hermana Myriam en Mallorca, vivió una "auténtica odisea" para conseguir viajar hasta Marbella, y poder despedir a su hija, junto a su yerno y sus nietos
Cabe recordar que Myriam pasó por el mismo trance durante la pandemia, cuando Alfonso Cortina fue víctima del coronavirus. Pero nadie podía ni imaginar que, durante estos días, pudiera recibir un varapalo de esta magnitud, tan fortuito, tan duro, tan incompresible… Y agravado, además, por la complejidad de las conexiones y el transporte.
Llegar a Marbella desde Mallorca, de pronto, era casi una empresa perdida: solo se podía llegar en avión y no había prácticamente vuelos disponibles.
Tal y como han relatado las fuentes consultadas, para Cari fue "una auténtica odisea" llegar hasta el tanatorio de San Pedro de Alcántara, donde se había instalado la capilla ardiente de su hija, el mismo donde hace dos semanas despedía a su marido. Tal era la dificultad, que incluso "se planteó alquilar un avión privado para estar lo antes posible junto a sus nietos, a quienes adora y por quienes está sufriendo más como abuela que como madre".
Así nos lo confesaba ella misma en una entrevista intergeneracional, que publicamos en exclusiva en ¡HOLA!, poco antes de este malogradísimo verano, que ella fue siempre muy protectora con sus hijas, pero que como "abuelona", tal y como la llaman sus cinco nietos, no puede sentirse más realizada. "Ser abuela es lo mejor que me ha pasado en la vida".
Una familia hecha pedazos ahora por el dolor, pero que siempre, sin embargo, ha estado muy unida. En el sentido más literal del término. "Estamos todo el día juntos —nos contaba Cari con cierta sorna—. Yo vivo un piso más abajo de mis padres, y mis hijos siempre pasan un rato con sus abuelos. Y aunque nos escapemos un finde, las vacaciones son siempre en familia…".
La despedida de Caritina tuvo lugar en el mismo tanatorio en el que, 19 días antes, se instaló la capilla ardiente de su padre, Carlos Goyanes, que también murió repentinamente durante sus vacaciones en Málaga
Tres tragedias en 20 días
Esta no es la única pérdida que ha sufrido la familia en las últimas horas. Tito, hermano de Carlos Goyanes y tío de Caritina, también perdía la vida a causa de otro fallo cardíaco del que, sin embargo, no han trascendido detalles hasta la publicación de esta triste noticia.
Un golpe terrible para una familia que aún estaba tratando de asimilar la también súbita muerte del cabeza de familia, quien, a pesar del infarto que sufrió en 2016, en la actualidad gozaba de buena salud. "Aún no me lo puedo creer", respondía la propia Caritina hace unos días, cuando compañeros le daban el pésame después de la pérdida.
El entorno familiar aún se encuentra conmocionado por lo ocurrido y han cerrado filas para consolar, en estos momentos de absoluta tragedia, a Cari y a su hija Carla, pero sobre todo a su viudo Antonio Matos —con quien hace apenas unos días había celebrado 16 años de matrimonio— y sus dos hijos, Pedrito y Mini Cari, de trece y diez años respectivamente.
Amigos y familiares, nada más conocer la noticia, rápidamente hicieron el equipaje y pusieron rumbo a Málaga, donde pudieron darle su último adiós en el citado tanatorio, cercano a Marbella. La misa funeral se celebró al día siguiente en la capilla del tanatorio.
Madre y esposa ejemplar
Hace apenas unos meses, concedió junto a su madre y su hija una entrevista para el recuerdo, con las tres generaciones de Caris, en la que confesó lo profundamente unida que estaba a ellas. Sobre todo a su pequeña, "una pegatina" que no se despegaba nunca de ella.
"Soy consciente de que crecerá y que nuestra relación pasará por mejores y peores momentos, pero siempre intento pasar tiempo con ella, hablar con ella, que me cuente sus cosas. Creo que es importantísimo crear una relación de confianza. Cuando sea mayor, me gustaría que me admirase como yo admiro a mi madre". Unas palabras que ahora, vistas con la perspectiva del tiempo, cobran aún más emotividad si cabe.
"Madre ejemplar", en palabras de Cari Goyanes, tenía "una capacidad brutal para poder con todo". Feliz tanto en su papel de madre como en el de esposa, a pesar de las crisis que, como ellos han confesado, han marcado su relación, hace apenas cuatro semanas felicitaba a su marido en Instagram, con una declaración de amor que zanjaba cualquier atisbo de distanciamiento entre ellos. "¡16 años! Y 16.000 millones de veces te volvería a elegir para recorrer este camino juntos", escribió acompañando a una foto juntos. La última que la empresaria compartió en sus redes.
Siempre risueña y amable con todos, cariñosa y atenta, dejará en la memoria de todos los que la trataron una huella imborrable.
Siempre risueña y amable con todos, cariñosa y atenta, dejará en la memoria de todos los que la trataron una huella imborrable, que siempre vivirá en sus hijos, Pedrito y Mini Cari