Alejandra Guzmán y el quiebre profundo entre las Pinal que ni una boda pudo reparar
El matrimonio de Michelle Salas pareció empeorar las cosas entre los hijos de la diva mexicana
Alejandra Guzmán y sus hermanos Sylvia Pasquel y Luis Enrique Guzmán no han tenido las mejores relaciones casi que desde su nacimiento. Es algo que no solo ellos han admitido, sino que su madre Silvia Pinal contó en su libro. Las rencillas de la infancia, comenzando por una diferencia de edad gigante, solo se han ido acumulando, hasta el punto de que ni Alejandra, ni Luis Enrique fueron invitados a la boda de Michelle Salas, la nieta de Sylvia.
Como en todas las familias, famosas o no, en la historia de la familia Pinal hay muchos triunfos y fracasos, amores y desamores, embarazos inesperados, nacimientos y muertes. En el caso de las últimas, demasiado tempranas. También, como suele suceder han tenido peleas. Hasta hace unos años, los quiebres habían sido potentes, pero manejables.
Las cosas parecen haber cambiado irreversiblemente en 2019.
El huracán Frida Sofía
Aunque en el día a día no fueran los más cercanos, los hijos de Silvia Pinal y sus descendientes tenían a su público acostumbrado a reuniones en los cumpleaños, Navidad y otras ocasiones especiales. En las redes sociales subían a menudo fotos en las que estaban todos, o casi todos, según los compromisos de cada quien.
Todo comenzó a cambiar en diciembre de 2018, cuando Frida Sofía Guzmán, la hija de Alejandra Guzmán, debió pasar las Navidades sola en Miami. La joven estaba en pleno proceso migratorio en Estados Unidos y no era recomendable que saliera del país. Paralelamente, la carrera de Michelle Salas, la nieta mayor de Sylvia Pasquel comenzaba a despuntar. La hija de Stephanie Salas y Luis Miguel se estaba convirtiendo en una de las influencers más reconocidas de México.
Mientras que Salas era una brisa calma y refrescante, Frida Sofía era un vendaval. Las chicas se llevan apenas tres años. Prácticamente crecieron juntas. Las comparaciones entre ambos estilos fueron inevitables y no siempre favorecieron a Frida Sofía. Eventualmente, la hija de Alejandra Guzmán estalló en febrero de 2019.
“Güey, ya sé que no soy la más bonita, ni la más cute (…) ya estoy hasta la madre que me comparen con Michelita, niñita linda güey, o sea nada que ver, ¡ya estoy hasta la madre!”Frida Sofía en 2019
Aunque las Pinal, incluyendo a Alejandra, trataron de mantenerse al margen y Michelle guardó absoluto silencio, Frida Sofía siguió echándole leña al fuego. En marzo se refirió a la relación que su prima tuvo con Alejandro Asensi, quien era manager de su papá Luis Miguel en la época.
"No sabía que era muy elegante revolcarse con el manager de tu papá. Ay que 'classy'".Frida Sofía - marzo 2019.
Lo que siguió fue un infierno familiar. Por un lado Sylvia Pasquel aplaudía la "elegancia" de su hija y sus nietas. Por el otro, Alejandra Guzmán trató de calmar las aguas. Al mismo tiempo, contrató al que era novio de Frida, Christian Estrada, para trabajar con ella. Posteriormente, se supo que Frida había quedado embarazada de Estrada, que decidió hacerse un aborto ante la reacción del hombre y que Alejandra lo mantuvo en su equipo.
Eso provocó un alejamiento entre madre e hija que aún persiste.
Cuando el abuelo materno, Enrique Guzmán, se metió en el pleito, Frida Sofía lo acusó de haberla tocado inapropiadamente a los cinco años. Un verdadero infierno para todos los implicados.
En todo este huracán familiar, que además ha sido muy público, la salud de la matriarca fue empeorando.
Pleitos de hermanos
Las enfermedades suelen generar mucho estrés en las familias. Pero las enfermedades de la persona que los une a todos suele tener un efecto catastrófico. Para no ir muy lejos, basta recordar la crisis entre Laura Zapata y sus hermanas, especialmente Thalía, en torno al cuidado de la abuela.
Los primeros cañonazos en la parte pública de esa batalla los detonó Sylvia Pasquel, quien acusó a su hermano Luis Enrique de "mantenido" por su mamá y de querer quedarse con gran parte de la herencia. Además, se quejó de cambios de personal en la casa de Silvia Pinal.
"Se convirtió ya en el vocero oficial de mi mamá, de sus desgracias, porque no hace más que hablar de sus desgracias. No tiene que estar hablando de todas las cosas malas, que según él le pasan, porque al final día ¿quién está destapando la caja de Pandora? Pues es nuestro querido hermano, ni modo, dice en primera instancia", se escuchó a Pasquel en una una grabación, refiriéndose a Luis Enrique.
Además, se quejó de la vigilancia que había organizado dentro de la casa, para garantizar el cuidado de Pinal. "Ya hasta parece la casa de Big Brother, ya uno no puede llegar ahí a hablar con mi mamá tranquilamente porque hay cámaras, micrófonos, ha cambiado mucho mi hermano...Y claro, pues el único que puede estar al pendiente de ella es él, porque es el único que no trabaja, pero ni creas que está metido ahí todos los días ni todo el día. Llega un ratito a llevarle al niño (Apolo, que resultó no ser hijo de Luis Enrique), que le quieren meter al niño hasta por los ojos, y luego cuando va a cobrar su cheque porque mi mamá lo mantiene, el departamento donde está viviendo ahorita mi mamá se lo prestó para que viviera ahí, pero ella se lo amuebló todo, todos los muebles, los refrigeradores, estufa, todo, todo lo compró mi mamá. Él está a las vivas, le dan una pensión, recibe dinero (...) Ya me doy cuenta de muchas cosas ahora, como que me caen veintes".
Con Alejandra las cosas tampoco han estado muy bien. "(La relación) Nunca fue muy cercana, nunca fue muy buena realmente, tenemos mucha diferencia de edades", dijo diplomáticamente La Reina de Corazones.
Eso sí, entre todos han dejado claro que el problema no es de dinero. Según Luis Enrique, Silvia Pinal ya repartió sus pertenencias. Por su parte, Alejandra ha expresado su desilusión porque lo único que quería era el cuadro que el pintor y muralista mexicano Diego Rivera le hizo a su madre, pero este ya fue donado al museo del artista.
La fabulosa casa de Silvia Pinal será convertida en otro museo en su honor.
Los que fueron a la boda de Michelle Salas
Muchas de las rencillas familiares se resuelven en los grandes eventos que suelen suceder en la vida de padres, hermanos, tíos y primos. Es decir, el matrimonio de la nieta mayor de Sylvia Pasquel habría sido ideal para limar asperezas, pero al parecer la brecha es, al menos por ahora, insalvable.
Michelle y su ahora esposo Danilo García Granado hicieron una cena en la Ciudad de México para celebrar sus votos nupciales con la bisabuela Silvia Pinal. En la cena estuvo hasta Alejandro Basteri, el tío de la novia por parte de papá. Sin embargo, no fueron invitadas ninguna de las abuelas-tías como Alejandra Guzmán ni Rocío Banquells, hermana de Sylvia por parte de padre (Pasquel, su apellido artístico, es una combinación de Pinal y Banquells).
Alejandra, por cierto, es la madrina de bautizo de Michelle.
Frida Sofía no ha dicho ni pío al respecto. Sin embargo, La Guzmán ha optado por ser generosa. Hasta pareció tenderle una rama de olivo a su hermana mayor y su familia. ¡Ojalá que, si esa fue la intención, que funcione!
"La amo a Michelle, le mando un beso, que tenga el día más feliz de su vida. Me da mucho gusto de que esté ella feliz (...) Hay que brindar para que sean felices".Alejandra Guzmán el día de la boda de Michelle Salas