El alto precio que pagó una actriz de ‘Cazafantasmas’ por formar parte de la historia

Ninguna de las actrices que protagonizó el reboot de Cazafantasmas podrá decir que tiene un buen recuerdo del estreno en 2016. Su camino hacia las salas de cine estuvo minado por el rechazo de los defensores puritas del clásico masculino, pero también de críticas y ataques misóginos, creando una campaña negativa de la que no tuvo escapatoria. Sin embargo, una de sus protagonistas habría pagado un alto precio por aceptar formar parte de esta historia.

Así lo cuenta Leslie Jones en sus memorias, la integrante afroamericana de las cazafantasmas que completaban Melissa McCarthy, Kristen Wiig y Kate McKinnon, tras vivir una experiencia más difícil todavía. Porque además de las críticas, polémica y misoginia, se sumaron ataques y amenazas racistas. Y le tocó vivirlo habiendo cobrado “mucho menos” que sus compañeras.

“En ocasiones, durante el proceso, me dejaron claro que tenía suerte incluso de estar en esa película, pero, sinceramente, estaba pensando: 'No tengo por qué estar en esta hija de p*ta', especialmente porque me pagaron mucho menos que a Melissa McCarthy y Kristen Wiig”, escribió Jones en su libro Leslie F*cking Jones, según Rolling Stone.

“No las critico, pero mi primera oferta fue hacer esa película por 67.000 dólares. Tuve que luchar para conseguir más (al final obtuve 150.000 dólares)”, añade mientras deja entrever el menosprecio que habría sentido en aquella situación. Porque es cierto que Melissa McCarthy es una de las comediantes más célebres del género, con un caché que fue aumentando desde el éxito de Damas en guerra. Sin embargo, la diferencia habría sido abismal porque, según The Hollywood Reporter, la actriz habría cobrado $14 millones. Y cuando la película contó con un presupuesto digno de un blockbuster de $144 millones.

La actriz, que por entonces era una figura constante en Saturday Night Live, sugiere que aceptó la oferta porque le prometieron que la película la lanzaría al estrellato. “El mensaje era claro: 'Esto te va a hacer estallar; después de esto, estarás hecha para toda la vida', todo ese tipo de mierda. Como si no tuviera décadas de carrera exitosa”.

"Y al final, todo lo que me generó fue dolor de corazón y una gran controversia", sentencia.

Evidentemente, el tiempo demostró que no eran más que promesas rotas. Porque desde el momento que el director Paul Feig anunció que iba a desarrollar un reboot del clásico de 1984, cambiando el género de sus protagonistas, se desató la controversia. Y hubo de todo. Desde fans de la película original que se vieron con el derecho de criticar y atacar la propuesta motivados por la apropiación defensora típica del fanatismo tradicional (esa que vemos cuando Star Wars intenta cambiar los aires de la saga), como el rechazo misógino contra la idea de un reboot femenino, así como el ataque racista contra Leslie Jones.

Cada tráiler fue recibido con rechazo. Sin ir más lejos, el primero se coronó como el tráiler con más ‘dislikes’ (no me gusta) de YouTube mientras que el producto final tampoco ayudó a cambiar la narrativa. Cazafantasmas carecía de elementos nostálgicos o referencias que la identificaran como parte del mismo universo creado por Dan Aykroyd y Harold Ramis, y por momentos se sentía como una comedia entretenida pero sin suficiente originalidad como para convertirla en un clásico reivindicable.

Como resultado, mientras todas las actrices intentaban defender la película en diferentes entrevistas, Leslie Jones era víctima del odio viral con ataques racistas, misóginos y amenazas de muerte. La situación escaló tanto que tuvo que cerrar su cuenta durante 24 horas, mientras la propia plataforma tomó cartas en el asunto. El entonces CEO de Twitter, Jack Dorsey, la contactó personalmente para ayudarla a protegerse de piratas informáticos que intentaban jaquearla. “Era consciente de que estaba siendo brutalmente atacada con insultos raciales y más, y pusieron personas a monitorear mi cuenta porque alguien estaba siempre intentando jaquearme”, escribe Jones.

Sin embargo, su web personal sí fue jaqueada, reemplazando su contenido con fotos de su pasaporte y licencia de conducir e imágenes suyas presuntamente íntimas. Semejante situación despertó una campaña de apoyo a su favor con figuras como Ellen DeGeneres, Ava DuVernay, Katy Perry, Octavia Spencer, Hillary Clinton y muchas más a través del hashtag #LoveForLeslieJ.

Al final, las promesas de Hollywood nunca se cumplieron. La campaña de odio contra la película fue más grande que todos los intentos de marketing por mantenerla a flote, concluyendo su paso en cines como un fracaso de taquilla (recaudó $229 millones, pero no fueron suficientes: Forbes estima que generó pérdidas de $70 millones para el estudio). Y en consecuencia, si bien Leslie Jones es una comediante de éxito en EE. UU., no podemos decir que Cazafantasmas la colocara en un pedestal distinto. Y para colmo de males, habiendo cobrado menos que sus compañeras. Una realidad que puede sentirse como un menosprecio añadido en toda esta pesadilla.

Porque la sensación de menosprecio no terminó en 2016. Cuando Ivan Reitman, el director del reboot de 2021, Ghostbusters: El legado, e hijo del director de la saga original, Jason Reitman, dijo en un podcast que iba a intentar “volver a la técnica original y devolver la película a los fans”, Jones lo tomó como un ataque a lo que ella y sus compañeras tuvieron que soportar. Le pareció “imperdonable”.

Reitman rectificó pero la comediante cree que “el daño estaba hecho”. “Mencionar la idea de devolver la película a los fans fue un reconocimiento bastante claro a todos esos perdedores que nos persiguieron por hacer una película exclusivamente femenina”, escribe ahora.

Leslie Jones no aclara si se arrepiente o no de haber formado parte de la película pero, sin dudas, deja entrever que vivió una situación infernal con un salario que no lo justificaba. No cuando compañeras como Melissa McCarthy habrían cobrado una diferencia millonaria.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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