La vez que Anne Hathaway usó sus escenas de desnudos para un propósito noble

Habrá quien piense que las comedias románticas son productos livianos sin significado detrás, pero lo cierto es que pueden sorprender donde menos te lo esperas. Fue lo que ocurrió con De amor y otras adicciones, la película protagonizada por Anne Hathaway y Jake Gyllenhaal en 2010 bajo la dirección de Edward Zwick, el responsable de clásicos como Leyendas de pasión con Brad Pitt o El último samurái con Tom Cruise.

El film giraba sobre un joven de la industria farmacéutica cuyo encanto le sirve tanto para acaparar la mirada de las mujeres como para ser un as en las ventas, pero su vida cambia cuando conoce a Maggie, una chica con Parkinson de la que acaba enamorado. Por superficial que pareciera el argumento, ponía sobre la mesa la frialdad tras este negocio, la situación de enfermedades como la de su protagonista o su normalización, a lo que contribuyó una encomiable labor realizada por Hathaway.

En la parte romántica, no supuso un esfuerzo añadido. Ambos protagonistas ya trabajaron juntos en Brokeback Mountain, donde, al tejer la relación de aquel vaquero que fingía su amor al personaje de Hathaway mientras vivía enamorado del de Heath Ledger, se enfrentaron a un reto de altura. Por esta razón, esta película, con una propuesta mucho más ligera, se sentía como un paseo al que llegaban con los deberes hechos. No obstante, en el trasfondo dramático que escondía este relato de apariencia cómica, aún había mucho en lo que profundizar.

Lo contó la actriz en una entrevista con la publicación británica Glamour Magazine, en la que fue preguntada acerca de las escenas sexuales de De amor y otras adicciones y su cambio físico para la película, donde apostó por una apariencia más delgada de lo habitual. Es fácil dejarse llevar por lo superficial y pensar que adelgazó para lucir mejor en pantalla en sus escenas de desnudo, pero la razón real es muy contraria a esta visión.

Según sus palabras, investigó mucho acerca de las personas que sufren Parkinson, sobre todo acerca de cómo viven su día a día y de los efectos secundarios de los medicamentos. Fue entonces cuando descubrió que la medicación afecta al físico, lo que a veces se traduce en que las personas con la enfermedad tengan una apariencia muy delgada. Teniendo en cuenta la importancia de las escenas sexuales en el film, la actriz vio una oportunidad de oro para apoyar el mensaje de normalización de esta historia, convirtiendo algo aparentemente superficial como un desnudo en una imagen con significado.

“Cuando llegó el momento de decidir cómo se vería el personaje, investigué mucho sobre los efectos secundarios que los medicamentos para el Parkinson tienen en el cuerpo humano, y, de hecho, descubrí que en la mayoría de las situaciones hace que las personas pierdan peso. Ese fue mi punto de partida sobre cómo iba a lucir en la película”, contaba Hathaway.

La normalización del cuerpo y la desnudez

De hecho, Hathaway matiza que si se hubiera dado el caso contrario, si hubiera descubierto que la medicación frente al Parkinson propicia un aumento de peso, habría engordado y mostrado encantada su cuerpo en pantalla. Además, ve preciso recalcar la naturalidad de la desnudez de cualquier tipo de cuerpo, puesto que es algo que se tiende a tachar como frívolo y considera que siempre guarda un elemento íntimo y sentimental muy reivindicable, lo que también jugó un papel esencial en esta película.

“No me apoyaba en un optimismo descarado”, continuaba sobre su idea de adelgazar. “Si la medicación hubiera hecho que la gente ganara peso, habría aumentado de peso y aun así habría hecho los desnudos, porque creo que la desnudez es una parte realmente esencial de la historia y muestra la intimidad que nuestros personajes tienen y cómo su relación pasa del sexo al amor. Creo que la película es una explicación realmente maravillosa y veraz de la intimidad en una relación”.

De amor y otras adicciones no gustó mucho. Aunque en taquilla recaudó más de 100 millones de dólares frente a un presupuesto de solo 30, en webs como Rotten Tomatoes, donde el porcentaje de reseñas positivas solo asciende al 49% en el caso de la crítica y al 53% en el de los espectadores, se puede comprobar que despertó muy pocas pasiones. Por esta razón, y tal vez sumado a que el cambio físico de Anne Hathaway no fue muy perceptible, es probable que el mensaje que la actriz quiso transmitir sobre el físico y las enfermedades no llegara, aunque no se puede negar que fue una forma muy reivindicable de abordar al personaje y una propuesta como la de esta película.

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