¿Por qué simulo?
La compleja escena donde a veces las mujeres fingen un gozo no sentido las deja a ellas mismas desconcertadas. Las causas pueden ser varias: vergüenza a mostrarse "fría", miedo al enojo del compañero, ganas de sentirse y de mostrarse superhembra, falta de confianza en sí misma y muchas otras razones más.
Marta (44 años): Si fuera diez años más joven, me hubiera revelado y me hubiera separado. Pero ya no. Me gusta cómo es él y no quiero hacer un escándalo por eso. Creo que si lo supiera se sentiría mal, poco hombre, ¡qué sé yo!. Como si él sintiera la obligación de satisfacerme y yo sé que él hace todo lo que supone que les gusta a las mujeres.
Elena (38 años): A mí me parece que no me alcanza y hasta me sería difícil decir de qué se trata. A veces estoy segura de que con otras caricias bastaría, o con más tiempo, pero otras veces creo que es su manera de acercarse, o que soy yo misma, nada me viene bien.
Lo primero que se nos ocurre cuando nos enfrentamos con la imposibilidad de conseguir el tan buscado orgasmo, es ponernos el rótulo de "frígidas", término peyorativo que considera que las mujeres que no alcanzan el orgasmo son frías. Esto no es cierto, ya que esas mujeres pueden gozar con todas las etapas anteriores al orgasmo; desean y se excitan frente a determinados estímulos pero les cuesta llegar al clímax.
Muchas mujeres pasan por situaciones sexualmente no satisfactorias y complicadas. Aunque evaluar los pros y contras es algo difícil, hay algunos interrogantes que hay que considerar:
-¿Estoy segura de que quiero sentir placer?
¿Me gustaría en serio tener un orgasmo?
-¿Intenté las diversas formas de hablar con él sobre el tema?
-¿Qué tal si le cuento cómo funciona la sexualidad femenina y cómo la percibo yo misma?
-¿Es justo que yo tenga vergüenza? ¿De qué?
-¿Cuándo voy a decidir considerarme "normal"?
-¿Ya decidí que lo que a mí me gusta es lo "bueno" para mí?
Algunas investigaciones han mostrado que en general las mujeres que simulan, son aquéllas que conocen el orgasmo y que por alguna razón no lo alcanzan en la presente relación.
A veces es muy difícil plantear algo que tememos empeore la situación. Muchas mujeres se establecen así como cuidadoras de la autoestima masculina, colocando en un aplazable segundo término las propias necesidades.
Diana Resnicoff es licenciada en psicología, sexóloga clínica y secretaria científica de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (S.A.S.H.).
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