Un boom: Barbie superó el millón de entradas vendidas y llevó a la taquilla local hasta las cifras anteriores a la pandemia
En el mundo de Barbie, la película protagonizada por Margot Robbie y dirigida por Greta Gerwig, la muñeca de Mattel vive en una tierra de fantasía, Barbie Land, rodeada de aparentemente infinitas versiones de sí misma. Ahí están la Barbie presidente, la integrante de la Corte Suprema, la escritora ganadora del premio Nobel, la doctora y sí, la rubia debilidad de las niñas desde su lanzamiento en 1959 que encarna Robbie. Claro que después de este fin de semana una nueva versión del personaje podrá integrar el panteón rosado: la Barbie fenómeno de taquilla munida con una valija llena de dólares como su accesorio favorito.
En sus primeros cuatro días en las salas argentinas, la película ya superó el millón de espectadores (1.006.309), una marca que no solo la convirtió en la más vista del fin de semana sino que también la coronó, según las cifras aportadas por la consultora Ultracine, en el arranque más taquillero del mercado local desde 2019. También, esos números convierten a Barbie en la película que más rápido llegó al millón de entradas vendidas desde el inicio de la pandemia, con un promedio de 1.777 espectadores por sala.
Así, gracias a su impulso -Barbie fue responsable del 57 por ciento de la asistencia, un porcentaje que subió hasta el 81 combinado con los resultados de Elementos y Oppenheimer-, el fin de semana fue el más taquillero desde el inicio de la pandemia. Aunque siempre el primer fin de semana de vacaciones de invierno suele ser el más exitoso en términos de venta de entradas a nivel nacional, la cifra impacta: entre el jueves y el domingo se vendieron 1.747.568 entradas en los cines argentinos, lo que supuso un aumento del 140 por ciento de la taquilla respecto a los tickets vendidos el fin de semana anterior. Gracias a la venta anticipada de entradas que, como había adelantado LA NACIÓN, alcanzó los 370.000 tickets -una marca que en la historia reciente solo fue superada por el boom de Spider Man: sin camino a casa, a fines de 2021-, aun antes de que Barbie llegara a los cines se podía prever el fenómeno por venir. Y, sin embargo, ni siquiera los responsables de la intensa campaña de marketing en la que, según una nota de Variety, los estudios Warner invirtieron 150 millones de dólares sumados a los 145 que costó producir la película, pudieron pronosticar lo que sucedió: hasta ayer, Barbie ya había logrado una recaudación de 337 millones de dólares en todo el mundo.
En medio de la crisis que atraviesa Hollywood por las huelgas del sindicato de guionistas y el de actores, la primera vez que coinciden ambos gremios desde 1960, el éxito de la película inspirada en la historia de la muñeca articulada inspiró análisis variopintos en los medios especializados afincados en Los Ángeles. Para muchos, lo más destacado del fenómeno es que Barbie es una película dirigida y protagonizada por mujeres y que en apenas tres días en las salas (en Estados Unidos los estrenos son los viernes) ya sobrepasó a nivel global las taquillas totales de otros films dirigidos al público femenino como Ocean’s 8: Las estafadoras (297.7 millones de dólares), Aves de presa y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn, dirigida por Cathy Yan y encabezada también por Robbie (205.3 millones), y Mujercitas, la película más vista de Gerwig hasta ahora, que había alcanzado 218.8 millones dé dólares de recaudación.
Que Barbie sea la película más taquillera dirigida por una mujer resulta un análisis algo miope y muy a tono con el mensaje de la película, que dejó de lado el hecho de que, más allá del género de su directora, el film ingresó en el puesto 24 de las películas con mejor fin de semana de arranque en la historia del cine. Un lugar de privilegio que hasta ahora no tenía ningún film que no fuera parte de una franquicia de superhéroes, una saga cinematográfica, una adaptación literaria o una remake.
Por supuesto que muchos dirán que Barbie es una marca establecida, uno de los juguetes más populares de los últimos sesenta años y por ende que su éxito es más un mérito del marketing enfocado en vender más muñecas y todos sus productos derivados que un verdadero hecho artístico. Esa gente, claro, no debe haber visto la película de Gerwig, una comedia divertida, inteligente, profunda, impecablemente actuada y extremadamente original. Una sorpresa de esas que exceden los cálculos y las previsiones y cuyas consecuencias a largo plazo son difíciles de anticipar pero que potencialmente podrían cambiar el modo en que Hollywood organiza su negocio.
Después de una seguidilla de decepciones en la taquilla con películas como Ant Man And The Wasp: Quantumania, Flash, Indiana Jones y el dial del destino y en menor medida Misión: imposible 7, tal vez los estudios lleguen a la conclusión de que la fatiga de superhéroes es real, que tener un número detrás del título ya no es garantía de éxito rotundo y que es hora de probar con volver a concentrarse en historias nuevas y personales hechas por realizadores con la capacidad de contarlas en sus propios términos. Que, como demostró Barbie este fin de semana, puede que hasta coincidan con lo que los espectadores de todo el mundo eligen ver.
Para todos los gustos
El neologismo “Barbenheimer”, acuñado para resumir la llegada simultánea a los cines de Barbie y Oppenheimer, vino acompañado durante el fin de semana con las imágenes repetida de los muchos grupos de amigas vestidas de rosa que fueron a ver la película de Gerwig. Una salida que se transformó en un jubiloso ritual y una ceremonia sorora en casi todo el mundo que, del otro lado del espectro, la biografía de J. Robert Oppenheimer dirigida por Christopher Nolan no tenía forma de imitar. De todos modos, la estrategia de contra programación que postuló a la biopic de tres horas como una alternativa para aquellos menos afectos a los colores pasteles y el humor absurdo funcionó muy bien para el film de Nolan.
A nivel local Oppenheimer quedó en el tercer puesto de la taquilla con 164.723 espectadores, mientras que en términos globales su recaudación ascendió a 174.2 millones de dólares, una marca que superó hasta los pronósticos más optimistas de sus realizadores. Más allá de la atención que despertó Barbie en su primer fin de semana en salas, entre las películas más vistas en la Argentina, Elementos, el más reciente film de Pixar, se acomodó en el segundo puesto con 259.867 espectadores, una cifra que lo acercó a la marca de las dos millones de entradas vendidas que seguramente alcanzará hoy, a pesar de haber pedido un 11 por ciento de su convocatoria con respecto a la semana anterior.