La promesa incumplida de Brendan Fraser que lo llevó a los tribunales

A finales de '90, Brendan Fraser se consolidó como un icono de los blockbusters de Hollywood gracias a películas como George de la selva o La momia. No fue un trabajo sencillo, puesto que estos papeles requirieron de una preparación física que lo superó, en especial el de la película de Disney donde interpretó a aquella parodia de Tarzán.

Como contó en varias ocasiones, como en la entrevista que dio a Variety en 2022 cuando fue nominado al Oscar por La ballena, se vio “privado de carbohidratos” para lucir el físico trabajado que requería el personaje, lo que generó problemas preocupantes de salud como mareos o fallos de memoria. “Conducía a casa después del trabajo y me detenía para comer algo”, recordaba. “Un día necesitaba algo de efectivo, fui al cajero automático y no podía recordar mi número PIN porque mi cerebro fallaba... Esa noche no comí”.

Pero las secuelas físicas y psicológicas del proceso no fueron el único inconveniente durante su ascenso al estrellato de Hollywood, puesto que su entrenador personal, el que se encargó de aconsejarle y de prepararlo para que su cuerpo estuviera a la altura de la acción de George de la selva, involucró a Fraser en problemas legales a causa de una promesa que la estrella de La momia nunca cumplió.

Aparentemente, el acuerdo al que llegó el actor con su entrenador, un hombre llamado Daniel S. Field, fue aceptar sus servicios a cambio de no solo una retribución económica, sino también de una mención en los créditos de la película junto a otros de sus principales responsables. El preparador consideraba que, estando Fraser en un estado físico alejado de los requerimientos del film, su trabajo era tan esencial como el de cualquier intérprete u especialista, viendo una oportunidad perfecta para hacerse valer y que su nombre sonara por todo Hollywood. Pero su plan no salió como hubiera querido.

Durante la producción de George de la selva todo marchó sobre ruedas y Field trabajó cordialmente con Fraser y el equipo de Disney implicado en la producción, sin embargo, cuando esta comedia de aventuras llegó a los cines en enero de 1997, se encontró con que se incumplió el acuerdo al que llegó con el actor. Lo más doloroso fue ver que, mientras su nombre se quedaba fuera de los créditos, el de otros entrenadores contratados para la película aparecían, por lo que, con contrato en mano, se presentó ante el Tribunal Superior de Los Ángeles a presentar una demanda.

Las implicaciones ante los tribunales

Como informaron medios como Los Angeles Times, Daniel S. Field pidió una indemnización no especificada por fraude e incumplimiento de contrato. Según estipuló en la denuncia, consideraba que un crédito para un entrenador en Hollywood tiene su peso en oro para seguir trabajando, por lo que esta omisión le suponía un percance. También señalaba que Brendan Fraser “no estaba en forma en aquel momento” y que necesitaba de “amplio asesoramiento, formación y experiencia”, por lo que recalcaba la importancia de su trabajo como preparador físico en el conjunto global de George de la selva.

El texto presentado en los tribunales añadía que si Field “hubiera sabido de la intención secreta [de Fraser] de no otorgar ningún crédito, no lo habría entrenado”, sin embargo, la realidad es que este tipo de suposiciones tienen pocas opciones de llegar a buen puerto en un procedimiento legal sin pruebas convincentes y una buena defensa de por medio. Desde luego, estuvo mal por parte del actor hacer una promesa que no cumpliría, pero, en el fondo, ni hubo intención secreta de querer perjudicar a nadie ni seguramente Fraser tuviera poder alguno sobre los créditos de George de la selva.

Al final, era Disney la responsable de la película, y aunque su protagonista podría haber negociado con el estudio esta cláusula que firmó con su entrenador, su poder no dejaba de ser limitado. Por todo ello, la denuncia se desestimó en los tribunales, librando a Brendan Fraser de cualquier problema legal y dejando en el limbo a su preparador físico, lo que en parte deja un regusto amargo por lo injusta que fue la situación para él.

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