Ninel Conde y los prejuicios detrás de su molestia por las especulaciones sobre su edad
"Mi amor, cumplo 45, aunque por ahí los cizañosos y la gente infeliz que quiere a toda costa destruir y atacar diga que cumplo 50, no se dejen engañar por esta gente, no se dejen engañar por verdades a medias, hay ciertos programas en los que tristemente lo hacen aparentemente y supuestamente con dolo, lo hacen aparentemente y supuestamente ya con una actitud destructiva, para dañar", respondió muy molesta la actriz y cantante mexicana, Ninel Conde, a través de sus redes sociales.
Con documentos en mano reaccionó al tema demostrando que se cometió un error, y que en lugar de tener 50 años, tiene 45. No nos deja de sorprender cómo el asunto de la fecha de nacimiento puede ser tan irritante para algunas personas, al punto de asumirlas como un insulto.
Es una realidad absoluta que la industria del cine y la televisión puede discriminar a los talentos por su edad, pero también es cada vez más claro que estos mitos se están derrumbando, que cada vez hay mayor respeto por actrices, actores y otros involucrados por su trayectoria, su talento y su experiencia, más que por su edad.
Así lo han demostrado mujeres como Jennifer López, que se mantiene en la palestra como una de las estrellas más influyentes a sus 52 años; Jennifer Aniston, también de 52 años, y cuyo encanto sigue cautivando a millones de televidentes; Naomi Campbell, que a sus 51 acaba de dejar boquiabiertos a los fanáticos de la moda con su más reciente aparición en un desfile de Versace; Nicole Kidman, es sinónimo de éxito con cada trabajo actoral que realiza, ahora a sus 54 más que a sus 30; y hay muchos ejemplos más de que la edad, definitivamente, no es un insulto.
¿De dónde viene esta obsesión -frecuente en Latinoamérica- por ocultar la edad, por rebajarla y por sentirnos afectados por el paso del tiempo, aunque es inevitable? Es una reflexión que vale la pena hacer, por lo cual consultamos a la psicólogo clínico Giovanina Vivas, quien considera que esto tiene que ver con un factor cultural, e incluso que podría hasta relacionarse con el clima.
"Donde hace calor, sueles usar menos ropa, con lo que siempre eres visible, y es posible que sientas que la gente te determina y según lo que se cree que es bueno o aprobado, te juzgan y calculan la edad. Pero puede que esto no pase… Puede que seas tú quien piensa así por factores relacionados con tu historia y con los parámetros culturales que tienes en relación a la edad, a la juventud y a la belleza".
Para la experta, la juventud está muy valorada y se considera sinónimo de lo bueno, lo bello, lo exitoso. "Culturalmente es mejor ser joven que ser viejo, porque si estás viejo estás en desuso, ya no sirves, o estás más cerca del final de tu vida. En este sentido, la juventud se ha vuelto un valor, sobre todo para las mujeres".
Adicionalmente, Vivas menciona que dentro de la misma cultura existen otros factores vinculados con la idiosincracia latinoamericana que también dan demasiado valor a la juventud. "Los concursos de belleza, por ejemplo, que hacen que se le ponga mucha atención al aspecto físico, a como te ves y, exaltan que ser más joven es un atributo. Puedes tener 25 pero si aparentas 20 para el concurso será mejor".
En esta obsesión por ocultar o restarnos edad influye, según explica, lo cultural, los parámetros de belleza establecidos y la percepción que tienen las mujeres sobre sí mismas. "No me gusta generalizar porque conozco muchas mujeres que no piensan en esto, pero sí comprendo que es una tendencia".
Roberto Rodríguez Mijares, periodista de cultura pop, opina que el problema no es la edad, es cómo se lleva. "De allí creo que nace la idea de mentir sobre la edad. Igual hay una romantización, un tanto inexplicable, sobre el tema de que las mujeres nunca dicen su edad, pues ese vacío cronológico le da un halo de misterio a lo que rodea lo femenino. Pero así como hay quienes lo ocultan o mienten, hay quienes se van al otro extremo… Mi abuela, por ejemplo, solía ponerse más años de los que tenía para que le dijeran que se veía muy bien para su edad".
El también fotógrafo radicado en México observa que la obsesión con la juventud está ligada estrechamente con el tema de la belleza, pero bajo estándares cada vez más desgastados. "Estéticamente no es lo mismo tener 50 años ahora y verse como JLo, que haberlos tenido en la década de los 70 y verse como Betty White".
"Sin duda se cree que con la edad se pierden atributos y no se repara en la experiencia de vida que se gana. Envejecer es inevitable, y creo que cada día nos acostumbramos más a esa idea, hombres y mujeres por igual. Considero que gracias a figuras como Iris Apfel, Jane Fonda, Sophia Loren, Cher, y hombres como Clint Eastwood, Jared Leto, Tom Cruise y Paul Rudd, la idea de envejecer ya no se percibe como algo tan malo", apunta.
Finalmente, algo en lo que todos coincidimos es en la importancia de preservar el capital físico y fortalecer el emocional. Si nos vemos bien, nos sentimos mejor, invertimos activamente en cuidarnos y sobre todo, nos preocupamos por disfrutar la vida, poco importan las cifras, que hoy, afortunadamente, son cada vez menos valiosas. Hoy en día, ser honestos, transparentes, frescos y reales, es sinónimo de dignidad e incluso de poderoso atractivo.