La desconocida deuda que 'Destino final' mantiene con 'Los expedientes secretos X'

Recorte del póster de 'Destino final' (New Line Cinema)
Recorte del póster de 'Destino final' (New Line Cinema)

Destino final marcó un hito en el cine de terror a principios de los 2000. Su retorcida historia de premoniciones, con la muerte persiguiendo a los supervivientes de un vuelo en el que debían de haber muerto, dio lugar a algunas de las ideas y escenas más memorables del género con la tensión poniéndonos al borde de la butaca. Tal fue su éxito que no tardó en convertirse en una de las sagas más prolíferas y recordadas por los amantes del horror, dándonos un total de cinco secuelas con la que su fórmula se fue perfeccionando y llevándonos a situaciones más gore y traumáticas.

Sin embargo, la película estuvo cerca de no existir, puesto que en su origen no fue planteada como un largometraje, sino como un capítulo de una serie de televisión. Y no de una cualquiera, ya que su primer guion se planteó como un caso paranormal para Danna Scully y Fox Mulder, los protagonistas interpretados por Gillian Anderson y David Duchovny de la clásica Los expedientes secretos X. Y la historia de su concepción, que tiene su origen en un intento de ascenso de un guionista de su productora, es realmente curiosa, sobre todo por los cambios que planteaba el proyecto original y cómo enlazaba con la trama de este clásico de la ciencia-ficción.

Hay que remontarnos unos cuantos años antes del estreno de Destino final, a 1994, cuando Jeffrey Reddick, uno de los tres guionistas de la película, leyó una historia que le inspiró a escribir el primer guion en el que se basaría este título de terror. Esta giraba en torno a una mujer que recibía una llamada desesperada de su madre exigiendo que cambara su vuelo de regreso a casa, lo que le hacía evitar un accidente aéreo mortal. Básicamente, el mismo punto de partida del título de terror del año 2000.

 

En aquel momento Reddick tenía contactos dentro de New Line Cinema, productora en dónde había cargos que también trabajan para Los expedientes secretos X, que estaba siendo producida por Fox. Debido a que profesaba una fuerte admiración hacia las aventuras de Mulder y Scully y soñaba con abrirse paso a lo más alto desarrollando un proyecto de altura, la historia sobre el accidente aéreo le encendió la chispa para crear un caso de investigación para los personajes, lanzándose a escribir un episodio titulado Vuelo 180 que esperaba vender y empezar a despuntar en Hollywood.

Este guion original, que en 2015 se filtró en internet, giraba en torno a la investigación de los supervivientes de un accidente aéreo después de descubrirse que uno de ellos tuvo una premonición antes de que ocurriera. El pasajero en cuestión, al que en la película dio vida Devon Sawa, era Charles, el hermano de Scully al que nunca llegamos a ver físicamente en la serie salvo en flashbacks. Obviamente, no era la excepción, porque el capítulo se centraba en el misterio de cómo el resto de supervivientes empezaba a morir en circunstancias misteriosas.

La idea parece idéntica a la de Destino Final, pero lo cierto es que las mejores virtudes de la película estaban ausentes. El tema sobrenatural de la premonición se mantenía, pero, como se deja ver en el texto original, la idea de la muerte como ente abstracto que persigue a los que evitaron el accidente no existe como tal, ya que al final del episodio se desvela que un sheriff los estaba asesinando.

Además, la trama ponía más el foco en los dramas familiares de la familia de Scully que en jugar con el concepto de la historia. La serie se encontraba en un punto donde el personaje de Gilliam Anderson lidiaba con la muerte de su padre y su hermana, que se habían producido en un lapso de pocos años. En este contexto, la posibilidad de perder a un tercer miembro, su hermano, le asola como una carga muy dolorosa.

Es decir, nada de escenas retorcidas, sangre o terror. Por suerte, tal y como relatan medios como ScreenRant, una vez que el guion se presentó, desde New Line Cinema identificaron sus posibilidades más allá de un capítulo de Los expedientes secretos X. Y así, James Wong y Glen Morgan, que eran dos de los responsables de la serie que también trabajaban dentro de este estudio, convencieron a Jeffrey Reddick para que desarrollaran conjuntamente un largometraje a partir de su guion.

De hecho, les resultó tan atractiva la idea que se adueñaron en gran parte del proyecto, le dieron un giro completo al terror y Wong incluso se lanzó a dirigir la película. Y no hace falta comentar lo que vino después, porque las muchas secuelas que ha tenido Destino final y lo mucho que sus enervantes secuencias mortales quedaron grabadas en la cultura popular habla por sí solo. No obstante, si el estudio no hubiera tenido esta chispa, es probable que este concepto tan escalofriante de la muerte velando por el destino mortal de supervivientes a través de secuencias sangrientas y retorcidas, hubiera quedado sepultado bajo las tramas de Los expedientes secretos X.

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