El lamento de Russell Crowe ahora que ‘Gladiador 2’ está cada vez más cerca
El actor del clásico de Ridley Scott no puede participar en la secuela debido al destino de su personaje
Gladiador 2 está cada vez más cerca y el entusiasmo se percibe en el ambiente. Solo hay que ver las palpitaciones nostálgicas que provocan las imágenes filtradas del rodaje en redes sociales, esas que muestran a Paul Mescal vestido de gladiador romano, con escudo, sandalias y sangre. No cabe duda que estamos ante una de las superproducciones más esperadas del año. Una apuesta descomunal por parte de Ridley Scott que transcurre unos 15 años después de la primera película, posándose en la figura de Lucio (Mescal), el hijo de Lucila (Connie Nielsen en la primera película) y sobrino de Cómodo (Joaquin Phoenix), que lleva todo este tiempo viviendo en territorio salvaje y lejos de su familia (según contó el propio director a Rotten Tomatoes).
Sin embargo, aunque se trate del clásico más emblemático en la carrera de Russell Crowe, el actor neozelandés no tiene ni voz ni voto a raíz del desenlace de la primera película. La historia de Máximo Décimo Meridio concluyó con su venganza final en el Coliseo, asestando el golpe mortal a Cómodo mientras se desangraba en la arena, reencontrándose finalmente con su familia en la otra vida. Por este motivo, no tiene participación ninguna en la secuela y Paul Mescal ni siquiera intentó hablar con él a la hora de prepararse, ni pedirle consejos, ni nada parecido porque los personajes no tendrían nada en común.
Pero después de quejarse porque los medios de prensa le preguntaban todo el tiempo sobre la secuela cuando no forma parte del proyecto, Russell Crowe finalmente se sincera. En una entrevista con Kyle Meredith With… dijo que se siente “un poco incómodo, con el hecho de que hayan hecho otra” película de Gladiador. “Porque, por supuesto, estoy muerto y no tengo voz y voto en lo que se hace. Un par de cosas que escuché me hicieron decir: 'No, no, no. Eso no está en el viaje moral de ese personaje en particular’. Pero ya saben, no puedo decir nada. Ese no es mi lugar. Estoy seis pies bajo tierra”.
Al actor le toca esperar y descubrir el resultado junto al resto de mortales. Sin embargo, confiesa que no puede evitar el deseo de reflexionar, evaluar el impacto que Gladiador tuvo en su carrera y tener sensaciones de todo tipo. Después de todo fue la producción que le valió su único Oscar -la cinta ganó otras cuatro estatuillas, incluida Mejor película- y la responsable de demostrarle a todo Hollywood que tenía madera como estrella de taquilla.
“Reflexiono sobre la edad que tenía cuando hice esa película y todas las cosas que vinieron después y las puertas que esa película en particular me abrió”, dijo tras rodar la producción cuando tenía 35 años (ahora tiene 60). “Así que definitivamente hay un matiz, y para ser puramente honesto, un matiz de melancolía, un matiz de celos. Porque recuerdo cuando tenía tendones”, sentenciaba con buen humor.
Los comprensibles celos de Russell Crowe: la secuela que soñó
Que la estrella de Una mente brillante sienta celos resulta comprensible. Y por varios motivos. Desde el reconocimiento forzoso del paso del tiempo, la melancolía de recordar una etapa especial en su vida y un rodaje que definió su carrera, al deseo interno de volver a vivir la experiencia dando lugar a esos pequeños “celos” que le despierta el desarrollo de la secuela con Paul Mescal.
Pero, sobre todo, se entienden mejor cuando recordamos los esfuerzos personales que Russell Crowe puso en desarrollar su propia secuela. Una idea de lo más extrema y alocada que, si su guionista se hubiera salido con la suya, hubiéramos visto a Máximo convertido en viajero del tiempo, luchando contra una figura como Jesucristo y en la Guerra de Vietnam.
El guion estuvo terminado pero nadie se atrevió a ponerlo en marcha.
Aunque Ridley Scottse encuentre ultimando los detalles de la secuela con la regrabación de algunas tomas en Sussex, Inglaterra (que explican la filtración de las nuevas imágenes), la verdad es que la idea de hacer una segunda parte llevaba circulando desde el año 2001.
Russell Crowe era consciente que sería muy difícil que lo incluyeran en la historia tras la muerte de su personaje, pero quería protagonizar Gladiador 2 a toda costa. Y así, en 2006 le pidió a Nick Cave -el de The Bad Seeds- que escribiera el guion. Cave ya había escrito algunas novelas como Y el asno vio el ángel (1989), pero a nivel cinematográfico apenas tenía dos guiones en su haber, Ghosts… of the Civil Dead y Propuesta de muerte. Estaba enfocado de lleno en su música, pero aceptó de todos modos. “¿Pero no morías en Gladiador 1?”, le preguntó Cave según reveló en un podcast de 2013 a Den of Geek (como apuntaba NME por entonces). “Si, descífralo”, le contestó Russell dejando la solución en sus manos.
Con vía libre y sin ninguna idea de partida, el músico se explayó al máximo creando un guion que, si no fuera porque contaba con Máximo como protagonista, seguramente ya habría pasado por los cines con otro personaje. Era alocado, tenía drama, historia, deidades y ciencia ficción. Tanto que Máximo terminaba siendo el salvador de los cristianos durante la persecución romana. Nada más ni nada menos.
El guion comenzaba justo donde termina la película original: con Máximo llegando al Más Allá (vía BBC). Para su decepción, y la nuestra, no era el Elíseo soleado que veíamos en el final de Gladiador, sino un infierno lluvioso con refugiados apiñados a orillas de un océano negro.
Digamos que no había hecho cosas muy buenas en su vida como para llegar hasta donde su mujer e hijo estaban pasando la vida eterna. Sin embargo, un guía fantasma llamado Mardoqueo lo llevaba hasta una templo en ruinas donde se encontraba con Júpiter, Marte y otras cinco deidades romanas decrépitas. Allí, le explicaban que uno de los dioses del grupo, Hefesto, los había traicionado y se encontraba predicando el evangelio de otro Dios más poderoso (el cristiano) y le ofrecían un trato: si mataba al traidor, podría reunirse con su familia en los campos de trigo dorados. Es decir, llegar al mismo final que la película original.
De esta manera, el guion, devolvía al héroe de las sandalias a la vida, aterrizando en Roma veinte años después de su muerte. Se topaba con cristianos mientras buscaba aniquilar a esta figura similar a Jesucristo, se reencontraba con su hijo adulto -que en esta versión estaba vivo- y con su antiguo compañero en la arena, Juba (Djimon Hounsou), mientras que el villano de turno no era otro que Lucio, el sobrino de Cómodo. Es más, con la ayuda de Juba entrenaba un ejército de resistencia cristiana en secreto y así llegaba el enfrentamiento final contra el ejército romano de Lucio.
¿Y el Coliseo? Tampoco faltaba, aunque en esta ocasión lo llenaban de agua para recrear una batalla con 100 caimanes. Es decir, esta Gladiador 2 era un puro espectáculo de acción. Sin sentido, pero cargada de acción.
El guion se filtró hace unos años, aunque más tarde fue eliminado. Y según confesó Cave en el podcast, quería llamar al proyecto “asesino de Cristo” porque en esta historia -y atención que aquí viene el giro sorpresa de la película: el supuesto mesías era el hijo de Máximo, a quien debía asesinar por orden de los dioses. ¡Una locura total!
Entonces ¿lograba la felicidad eterna junto a su familia como le habían prometido? No, el guion describía una secuela aun más alocada. Al elegir el combate armado en lugar de la resistencia no violenta, los dioses lo condenaban a vivir eternamente sirviendo de ejemplo para quien osara contradecirlos. ¿Su castigo? Pasar por todas las guerras. Y así, en una escena final similar a la de X-Men orígenes: Wolverine (2009) lo veíamos en las Cruzadas, en la Primera y Segunda Guerra Mundial, en la de Vietnam y, finalmente, en el mismísimo Pentágono.
Seguramente se estén preguntando “¿Y qué pasó con el guion?” Russell Crowe se debe de haber quedado atónito porque, según reveló Cave en el mismo podcast, le dio un veredicto alto y claro: “No me gusta”. De todos modos, Ridley Scott leyó el libreto e incluso intentó buscarle una vuelta para ponerlo en marcha. “Lo intentamos”, dijo el cineasta a UGO en 2009 (vía The Guardian). “Russell no quería dejarlo pasar, obviamente, porque funcionaba bien. Y cuando digo que ‘funcionaba bien’ no me refiero a que hubiera tenido éxito. Sino que como pieza funcionaba. La historia funcionaba de forma brillante. Creo que [Cave] disfrutó escribiéndolo”.
Como era de esperar, la idea quedó enterrada.
La verdad es que al leer los diferentes capítulos de esta versión jamás hecha de Gladiador 2 me fue muy fácil imaginar a Máximo en todas estas facetas guerreras. Y, emulando a Cómodo, le daría un pulgar hacia arriba si Nick Cave decide algún día convertirla en novela gráfica. De todos modos, el tiempo pasó y después de varias ideas, Ridley Scott encontró el camino hacia su secuela con un guion de David Scarpa, con quien ya había trabajado en Napoleón (2023) y Todo el dinero del mundo (2017).
La película verá la luz el 22 de noviembre, siendo una de las apuestas más arriesgadas de Hollywood en medio de un año difícil para la taquilla global, al haber invertido un presupuesto bestial que, según The Hollywood Reporter, rondaría los $250 y $310 millones. Afortunadamente parte con ventaja al tratarse de la continuación de un clásico que ocupa un lugar privilegiado en el recuerdo popular.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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