La película que puso la salud de Russell Crowe contra las cuerdas

La estrella de 'Capitán de mar y guerra' o 'Una mente brillante' se enfrentó a un reto físico más exigente que el de 'Gladiador'

Russell Crowe durante la premiere de 'El luchador' en Nueva York en 2005 (Foto: Richard Corkery/NY Daily News Archive via Getty Images)
Russell Crowe durante la premiere de 'El luchador' en Nueva York en 2005 (Foto: Richard Corkery/NY Daily News Archive via Getty Images)

Como bien demostraron películas como Gladiador, Russell Crowe se toma muy en serio la preparación física para sus películas. Para este clásico de Ridley Scott, se enfrentó a un duro entrenamiento para portar aquellas armaduras, lucir la masa muscular de los gladiadores de la Antigua Roma y afrontar la intensidad de los combates. No fue fácil, ya que en su idea de llevarlo al terreno más impactante posible acabó incluso con lesiones que arrastró de por vida. Sin embargo, esto no fue nada en comparación con lo que vivió durante la producción de otro de sus títulos más aclamados.

Ocurrió en al rodaje de El luchador (Cinderella Man), la película de Ron Howard con Renée Zellweger y Paul Giamatti en la que se puso en la piel de James J. Braddock, boxeador que tras retirarse se vio obligado a regresar al ring para mantener a su familia durante la Gran Depresión. Volvía a estar ante un personaje de grandes atributos corporales, lo que sumado a las exigencias de un biopic, donde el parecido físico juega un papel importante, motivó a Crowe a volver a llevar su preparación al extremo.

Aunque esta vez se pasó de la raya.

Para alcanzar las proporciones de Braddock y ser lo más realista posible en los combates de boxeo, siguió los mismos métodos de entrenamiento que un boxeador real. Realizó el ejercicio pertinente, practicó con boxeadores reales e incluso contrató a Angelo Dundee, el que fue el entrenador de leyendas de este deporte como Muhammad Ali. Puede parecer un reto asumible para un actor acostumbrado a estas tareas, pero Crowe, que por aquel entonces tenía 40 años y su cuerpo arrastraba las secuelas de películas como Gladiador, se dio cuenta de que estaba traspasando sus límites.

“Yo diría que El luchador fue aproximadamente cuatro veces más difícil que Gladiador. Allí se trataba de tener músculos grandes y redondeados y usar instrumentos de muerte muy pesados. No buscaba lo mismo que en esta película”, afirmaba Crowe en una entrevista con South Coast Today en 2005. "Fue el entrenamiento más duro que he hecho jamás y ahora tengo más de 40 años, así que probablemente no fue el momento adecuado para empezar. Hay muchas viejas heridas de guerra que regresaron".

Las lesiones de Russell Crowe

Para ser exactos, mientras grabó El luchador se enfrentó a lesiones en sus rodillas y a una afección en el tendón de Aquiles que ya sufrió en el oscarizado clásico de Ridley Scott, aunque lo más grave fue un dislocamiento de su hombro por el que requirió ingreso hospitalario e intervención quirúrgica en medio del rodaje.

En lugar de esperar a su recuperación, Russell Crowe se empeñó en seguir rodando, por lo que tras pasar rápidamente por rehabilitación volvió en apenas una semana al set. Como bien se detalla en la entrevista, en la que también intervino el entrenador Angelo Dundee, el actor necesitó de inyecciones de antinflamatorios para boxear ante cámara y estuvo bajo continua supervisión a través de escáneres óseos. Además, su médico advirtió al director Ron Howard de que Crowe probablemente también se estuviera enfrentando a conmociones cerebrales.

Como bien detalló Dundee, este método extremo, y el empeño en seguir trabajando tras una lesión grave, ni siquiera se plantea en los círculos profesionales del boxeo, puesto que lo habitual es un descanso de mínimo seis meses. Sin embargo, Crowe, queriendo ser lo más realista posible y ofrecer una gran interpretación, no valoró ningún consejo. "Si un luchador tuviera una lesión como la suya, no pelearía durante seis meses", destacaba el entrenador.

El esfuerzo tuvo su recompensa y, aunque se quedó fuera de los Oscar y fue su compañero de reparto Paul Giamatti quien se llevó la atención en el terreno académico, Crowe obtuvo grandes críticas por su trabajo, fue nominado a premios como los Globos de Oro y contribuyó a que El luchador fuera de las películas más aclamadas de 2005. Eso sí, el precio a pagar fue alto, ya que la calidad de un filme o un papel no justifica poner en riesgo la salud hasta tales extremos.

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